Inflación a dos velocidades: la general en plena marcha, la subyacente en pausa

La inflación general alcanzó el 2,2% en abril, como adelantó el INE el día 29 de abril, lo que corresponde a un aumento de 0,9 p.p. respecto a marzo (y 2,2 p.p. respecto a febrero). De esta forma, se sitúa ahora en su nivel más alto desde octubre de 2018. El aumento de la inflación se explica una vez más por la evolución de los precios de la energía, en particular de la electricidad, con un fuerte avance por segundo mes consecutivo, frente a caídas en el mismo período del año anterior. El aumento de la inflación fue parcialmente mitigado por el descenso de los precios de alimentos no elaborados. Por su parte, la inflación subyacente (general sin energía ni alimentos no elaborados) disminuyó tres décimas hasta el 0,0%, con un descenso del precio de los servicios. Con estos datos, la inflación general sube a su nivel más alto en dos años y medio, mientras la subyacente llega a su nivel más bajo desde 2014. La publicación del dato de inflación general está claramente por encima de la previsión de CaixaBank Research.

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IPC España
Dato
  • El IPC registró una variación interanual del 2,2% en abril (1,3% en marzo).
  • La inflación subyacente se moderó hasta el 0,0% en abril (0,3% en marzo).
  • La variación intermensual del IPC fue del 1,2% (0,3% en abril 2020).
Valoración
  • La inflación general alcanzó el 2,2% en abril, como adelantó el INE el día 29 de abril, lo que corresponde a un aumento de 0,9 p.p. respecto a marzo (y 2,2 p.p. respecto a febrero). De esta forma, se sitúa ahora en su nivel más alto desde octubre de 2018. El aumento de la inflación se explica una vez más por la evolución de los precios de la energía, en particular de la electricidad, con un fuerte avance por segundo mes consecutivo, frente a caídas en el mismo período del año anterior. El aumento de la inflación fue parcialmente mitigado por el descenso de los precios de alimentos no elaborados. Por su parte, la inflación subyacente (general sin energía ni alimentos no elaborados) disminuyó tres décimas hasta el 0,0%, con un descenso del precio de los servicios. Con estos datos, la inflación general sube a su nivel más alto en dos años y medio, mientras la subyacente llega a su nivel más bajo desde 2014. La publicación del dato de inflación general está claramente por encima de la previsión de CaixaBank Research.
  • La volátil evolución  de los componentes no subyacentes ha explicado el fuerte aumento observado en el índice de la inflación en abril. Los precios de la electricidad han aumentado un 36,9% interanual en abril, tras una escalada de 40 p.p. en marzo y abril (desde el -3,1% en febrero). Asimismo, los precios de la electricidad acumularon una segunda subida intermensual consecutiva de dos dígitos (12,6% en abril y 11,6% en marzo), frente a los fuertes descensos de hace un año (-5,6% en marzo y -5,8% en abril 2020). Por otro lado, los precios de los carburantes mantuvieron en abril su tendencia alcista observada a lo largo de los últimos meses, con un crecimiento del 14,6% interanual, producto de fuertes efectos de base, observándose una variación intermensual del 0,1% (vs. un descenso del 7,6% un año antes). Los significativos efectos de base observados a partir de marzo –por la elevada volatilidad de precios en los bienes energéticos y alimentos hace un año – deberían seguir dominando la dinámica de la inflación en los próximos meses.
  • Los componentes subyacentes contribuyeron a moderar la inflación en abril. Destaca el descenso de la inflación en el sector de servicios, llegando al -0,4% (vs. 0,0% en marzo) y de los alimentos elaborados, que mantuvieron su trayectoria a la baja observada desde el inicio del año, emplazándose en el 0,3% (vs. 0,6% en marzo). Por otro lado, los precios de bienes industriales subieron ligeramente en abril, y crecieron un 0,4% interanual (vs. 0,3% en marzo).
  • El dato de inflación para el mes de abril situaría el promedio de 2021 algo por encima de las previsiones de CaixaBank Research para el conjunto del año. Se espera que los efectos base tengan un efecto neto alcista, aunque transitorio, que deberían empezar a disiparse a partir del mes de junio, especialmente en los bienes energéticos. En un entorno marcado por un elevado grado de incertidumbre, se espera que la recuperación de la demanda interna a partir del segundo trimestre pueda favorecer una recuperación del consumo y, de su mano, de los precios de los componentes subyacentes de la inflación.
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