La demanda extranjera de vivienda, clave para la recuperación del sector

La crisis de la COVID-19 está castigando la compraventa de viviendas. Una vez superado el desplome que sufrieron las transacciones durante el confinamiento, la evolución de la demanda dependerá en gran medida de la recuperación del mercado laboral y del turismo internacional en los próximos meses. Nuestro escenario de previsiones contempla una recuperación gradual de la demanda, si bien en 2021 todavía no se registrarán el más de medio millón de transacciones de 2019.

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14 de julio de 2020
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La compraventa de viviendas se ha visto muy afectada por la crisis del coronavirus en el primer semestre de 2020

Durante las semanas que duró el estado de alarma, la compraventa de viviendas estuvo en estado de hibernación. Las restricciones a la movilidad no indispensable, el cierre temporal de las agencias inmobiliarias físicas y de las notarías, excepto en casos urgentes e inaplazables, paralizaron la formalización de nuevas transacciones inmobiliarias. Según la estadística del INE, en abril las compraventas cayeron un 39,2% interanual y la nueva concesión de crédito para la compra de vivienda, un 51,0% interanual. Asimismo, los datos de contabilidad nacional muestran que la inversión residencial retrocedió un 9,0% intertrimestral en el 1T 2020, un dato que implica una caída alrededor del 50% en la segunda quincena de marzo si se asume que antes del 14 de marzo la inversión residencial se mantuvo estable. 

Gracias a las nuevas tecnologías, el sector ha seguido estando operativo

A pesar de tratarse de cifras muy abultadas, durante el estado de alarma el sector ha seguido estando operativo gracias a las tecnologías digitales. Según la información publicada en varios portales inmobiliarios, las búsquedas online de vivienda han aumentado significativamente durante las semanas de confinamiento (en especial las búsquedas relacionadas con viviendas con más espacio exterior, lo cual apunta a cambios en las preferencias de la demanda) y las inmobiliarias han seguido ofreciendo sus servicios de manera digital (con visitas de pisos virtuales, etc.). En cuanto a la vivienda de obra nueva, la información del mercado apunta a que el ritmo de entregas ha seguido el calendario previsto salvo algunos retrasos puntuales (actualmente se están entregando viviendas cuya decisión de compra se efectuó hace unos 18 meses aproximadamente), aunque sí que se está produciendo una extensión de los plazos de comercialización de nuevas promociones.

Una vez superada esta primera etapa de hibernación, la cuestión que toma relevancia a medida que la economía va adaptándose a la «nueva normalidad» es: ¿cómo evolucionará la demanda de vivienda a medio plazo? Para responder a esta pregunta, analizaremos los principales factores que determinan la demanda de vivienda: la renta bruta disponible de los hogares, la formación de nuevos hogares, las condiciones financieras, la demanda extranjera y la demanda de segunda residencia.

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Renta bruta disponible de los hogares

La crisis de la COVID-19 está teniendo un impacto sin precedentes en el mercado laboral. Los datos de afiliación a la Seguridad Social arrojaron un descenso de casi 950.000 trabajadores entre el 12 de marzo y el 30 de abril (el periodo con mayores restricciones a la actividad), la mayor parte de ellos trabajadores con contrato temporal (aproximadamente un 70% del total). Esta cifra no incluye a los empleados afectados por los ERTE (unos 3,4 millones en abril)1 ya que siguen en situación de alta laboral en los registros de la Seguridad Social aunque no estén trabajando, ni tampoco a los autónomos en cese de actividad (1,3 millones en abril). Es decir, que si tenemos en cuenta a los afiliados que se dieron de baja de la Seguridad Social, los afectados por los ERTE y los trabajadores autónomos que solicitaron la prestación extraordinaria por cese de actividad, obtenemos que más de un 30% de los trabajadores se encontraba sin poder trabajar el 30 de abril.  

Sin embargo, a medida que la actividad económica se está normalizando, los trabajadores afectados por un ERTE han empezado a reincorporarse paulatinamente a sus puestos de trabajo y se está volviendo a generar empleo (en mayo, la afiliación aumentó en 188.000 personas y los empleados afectados por un ERTE se redujeron hasta algo menos de 3 millones). Prevemos que esta mejora tendrá continuidad en la segunda mitad del año, si bien todavía se cerraría el año 2020 con un aumento del desempleo entre 1,7 millones y 1,9 respecto al 4T 2019.2 La tasa de paro repuntaría en el 3T 2020, hasta situarse en un rango entre el 21,5% y el 22,7%, e iría descendiendo en 2021 (entre el 18,1% y el 19,8% a finales de 2021). 

El desolador panorama del mercado laboral ha repercutido con fuerza en los ingresos de las familias. Las distintas medidas de apoyo social y económico adoptadas por el Gobierno están tratando de compensar parte de estas pérdidas mediante, por ejemplo, la relajación de las condiciones para acceder a la prestación por desempleo, ayudas a autónomos, subsidios específicos para trabajadores temporales sin derecho a desempleo, la aprobación del ingreso mínimo vital y otras medidas como la garantía de suministros básicos o la moratoria hipotecaria y de créditos al consumo para familias vulnerables.3 El sector bancario también ha tomado la iniciativa de complementar varias de estas medidas, por ejemplo, extendiendo la moratoria hipotecaria de 3 a 12 meses.4  Asimismo, el sector promotor ha adoptado medidas de apoyo como moratorias en el pago de las cantidades a cuenta que se pagan antes de la entrega de la vivienda.

El incremento de la incertidumbre sobre las perspectivas económicas y laborales futuras es probable que afecte a la demanda de vivienda durante los próximos trimestres. Generalmente, en las crisis económicas, los consumidores tienden a aumentar el ahorro precautorio y a posponer el consumo de bienes duraderos y las inversiones a largo plazo, como la compra de una vivienda. Los datos disponibles apuntan en esta dirección: la inversión en construcción de vivienda residencial retrocedió un 9,0% en el 1T 2020, la mayor caída desde el inicio de la serie en 1995. Asimismo, los datos de la Comisión Europea para el 2T 2020 muestran que el porcentaje de hogares que tienen la intención de comprar una vivienda en los próximos 12 meses se encuentra muy cerca del mínimo histórico.

  • 1. Los trabajadores afectados por ERTE suelen ser, en mayor proporción, trabajadores con contrato indefinido.
  • 2. Estas previsiones asumen que, en el 4T 2020, aproximadamente un 15% de los trabajadores afectados por ERTE o cese de actividad pasarían a estar parados.
  • 3. Para más detalles, véase el artículo «Medidas económicas para contrarrestar el impacto de la COVID-19 en España» disponible en: https://www.caixabankresearch.com/es/economia-y-mercados/mercado-laboral-y-demografia/medidas-economicas-contrarrestar-impacto-covid-19.
  • 4. Véase el comunicado de la Asociación Española de Banca en: https://www.aebanca.es/noticias/comunicados/los-beneficiarios-de-la-moratoria-aprobada-por-el-gobierno-podran-complementarla-con-la-moratoria-sectorial/.
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La pérdida de empleo entre la población más joven y el descenso de inmigración

ralentizarán la formación de hogares y, por consiguiente, la demanda de vivienda principal.

Formación de hogares

Muy probablemente la formación de hogares se ralentizará durante la crisis. Por un lado, el deterioro de la situación laboral de los jóvenes, más afectados por la pérdida de empleo puesto que muchos de ellos suelen tener contratos de trabajo temporales, puede llevarlos a posponer la decisión de formar un hogar. Por otro lado, es muy probable que las restricciones a la movilidad internacional establecidas en muchos países a raíz de la COVID-19 frenen la entrada de inmigrantes a España en 2020. Cabe recordar que, desde el año 2015, España ha vuelto a ser un país receptor neto de inmigración extranjera tras años de crisis en los que las salidas de inmigrantes fueron mucho mayores que las entradas.6 En efecto, de los 322.600 nuevos hogares que se han formado en los últimos cinco años,7 una gran parte tienen miembros de nacionalidad extranjera (un 76% del total), ya sea de forma exclusiva o en hogares mixtos. De hecho, en los dos últimos años (2018 y 2019) los hogares compuestos únicamente por personas de nacionalidad española han descendido, lo que muestra la importancia de la inmigración para mantener el dinamismo poblacional en España. 

La composición por nacionalidad de los hogares es relevante para el mercado inmobiliario, ya que la propensión a alquilar es mucho más elevada entre los extranjeros: un 65,6% alquilan su vivienda principal frente a un 12,5% de los hogares formados exclusivamente por españoles. A pesar de las menores entradas de inmigración, se espera que la demanda de vivienda en alquiler siga al alza, dado que la mayor incertidumbre de las perspectivas laborales puede afectar la decisión de comprar, como se ha mencionado anteriormente.

  • 6. Véase el artículo «El regreso de la inmigración a España» disponible en https://www.caixabankresearch.com/es/economia-y-mercados/mercado-laboral-y-demografia/regreso-inmigracion-espana.
  • 7. Cifras de la encuesta continua de hogares (ECH). Los datos de la EPA muestran un aumento algo superior en el número de hogares entre 2014 y 2019, de 384.900. Usamos la ECH porque ofrece el desglose por nacionalidad de sus miembros y el régimen de tenencia de la vivienda principal.
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Condiciones financieras

La crisis de la COVID-19 generó inicialmente un notable tensionamiento de las condiciones financieras mundiales en un contexto de marcada volatilidad en los mercados financieros y de aversión al riesgo por parte de los inversores. Los principales bancos centrales no tardaron en dar respuesta y actuaron con rapidez y contundencia. El BCE adoptó un paquete de medidas extraordinarias en marzo, ampliado en abril y en junio, orientado a garantizar la abundancia de liquidez, el acceso favorable al crédito a familias y empresas, y anclando un entorno de bajos tipos de interés.8 

El entorno de bajos tipos de interés ofrece un importante balón de oxígeno a las familias, puesto que favorece que la carga financiera que soportan los hogares por el pago de intereses de sus deudas se encuentre en niveles muy bajos (0,6% de la renta bruta disponible en 2019).9 Se espera que los tipos de interés de referencia se mantengan alrededor de los niveles actuales durante varios años. 

  • 8. Entre las medidas adoptadas por el BCE destacan el programa de inyecciones extraordinarias (PELTRO), la reducción del coste de las TLTRO y aumento de su volumen, flexibilización de los distintos requisitos regulatorios sobre el sector financiero, ampliación del universo de activos que se aceptan como colateral en las inyecciones de liquidez en los distintos mercados y la ampliación de las compras de activos previstas para 2020.
  • 9. La reducción de la carga financiera de la deuda también se explica, en menor medida, por el descenso de la deuda de los hogares: representó un 91% de la renta bruta disponible de los hogares en 2019, ligeramente por debajo del endeudamiento promedio de los hogares de la eurozona y muy inferior al máximo alcanzado en 2009 (132%).
Una parte de la caída de la demanda, relacionada con el turismo y los extranjeros, será más persistente.

En cambio, la demanda de segunda residencia por parte de españoles se podría ver menos afectada en términos relativos.

Demanda extranjera

En los últimos años, las compraventas de extranjeros han sido un puntal para la dinamización del sector inmobiliario español, especialmente en las grandes ciudades y las zonas turísticas. En 2019, los extranjeros compraron casi 63.000 viviendas en España, lo que representó un 12,5% del total según el Colegio de Registradores. La distribución geográfica es muy desigual: mientras que los extranjeros apenas tienen presencia en algunas provincias, en las más turísticas su peso es muy relevante, como es el caso de Alicante, con más del 40%. 

Como era de esperar, la COVID-19 ha tenido un fuerte impacto en las compraventas de extranjeros. El carácter global de la pandemia ha supuesto que muchos países hayan impuesto restricciones a la movilidad de personas. En particular, los principales países compradores de vivienda en España (Reino Unido y Francia) han tomado medidas de un calado similar al de España. Así, observamos que en el primer trimestre se registraron 14.850 compraventas por parte de extranjeros, lo que supone una caída del 6,4% interanual. El retroceso de compraventas por parte de ciudadanos del Reino Unido (–14%) es especialmente notable y acentúa una tendencia descendente que ya veníamos observando. En cambio, franceses y alemanes, segunda y tercera nacionalidades compradoras, aguantaron bastante bien en el primer trimestre, aunque el cierre de fronteras y la paralización del mercado inmobiliario en el segundo trimestre van a suponer un freno a la evolución de esta variable.

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Dada la gradualidad que se espera en la recuperación de los flujos internacionales de personas, es de esperar que la caída de la demanda de vivienda extranjera (en muchos casos para fines vacacionales o de inversión para alquiler turístico) sea más persistente y tarde bastante más en recuperarse. Aun así, en los meses de mayo y junio los datos de Google Trends muestran un incremento de la popularidad de las búsquedas «property Spain» en el Reino Unido, «acheter maison Espagne» en Francia y «Haus Spanien» en Alemania, lo que sugiere que el interés del comprador internacional sigue presente. Asimismo, el entorno de bajos tipos de interés y la volatilidad de los mercados financieros incrementa el atractivo inversor del sector inmobiliario frente a otros activos alternativos. En este sentido, los inversores domésticos e internacionales siguen mostrando su interés por el mercado español. 

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Demanda de segundas residencias

Las segundas residencias tienen un peso destacable en el mercado inmobiliario español: representan un 14,6% del parque de viviendas y, en 2019, supusieron un 13,6% del total de compraventas (unas 75.000).10 Durante el estado de alarma, las segundas residencias coparon, tristemente, los titulares de prensa a causa de los desplazamientos no permitidos a estas viviendas y el riesgo que comportaban para la expansión del virus hacia regiones y poblaciones menos afectadas. Pero también puso de relieve que poseer una segunda residencia es una práctica muy arraigada en España. 

  • 10. Las compraventas de segunda residencia se estiman a partir de las compraventas realizadas en una provincia distinta de la provincia de residencia del comprador.
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La edad y la situación económica del hogar son los principales factores que inciden en la decisión de adquirir una segunda residencia.11 A pesar de que la crisis está afectando a todos los hogares en mayor o menor medida, la población de más de 40 años y con un nivel de ingresos medio-alto, que son los potenciales compradores de segunda vivienda, está sufriendo menos sus consecuencias. En este sentido, es de esperar que las compraventas de segundas residencias retrocedan en menor medida que las compraventas totales, un patrón que ya se observó en la recesión anterior: el peso de las compraventas de segunda residencia pasó del 13,4% en 2006 al 17,3% en promedio entre 2008 y 2013.

  • 11. Véase el artículo «Las segundas residencias: ¿mar o montaña?» disponible en: https://www.caixabankresearch.com/es/analisis-sectorial/inmobiliario/segundas-residencias-espana-mar-o-montana.
Perspectivas de la compraventa de viviendas para 2020-2021

Estas son las perspectivas y principales mensajes de CaixaBank Research para el sector inmobiliario en 2020-2021, en un contexto en el que las previsiones están sujetas a un grado de incertidumbre muy superior al habitual:

  • La pérdida de empleo entre la población más joven y el descenso de la entrada de inmigrantes a España ralentizarán la formación de hogares y, por consiguiente, la compra de vivienda principal. El alquiler podría verse favorecido por esta coyuntura. 
  • El aumento de la incertidumbre podría incrementar el ahorro precautorio y retrasar las decisiones de inversión a largo plazo. Aun así, las condiciones financieras apoyarán la recuperación de la demanda.
  • Una parte de la caída de la demanda, relacionada con el turismo y el mercado extranjero, será más persistente. En cambio, la demanda de segunda residencia por parte de españoles podría resultar menos perjudicada en términos relativos.
  • La conjunción de estos factores nos lleva a estimar que las compraventas de vivienda podrían caer entre un 30% y un 40%, por lo que se situarían en un rango entre las 300.000 y las 350.000 compraventas en 2020. En 2021, la incertidumbre todavía es más elevada, y las situamos en un rango entre las 310.000 y las 450.000.