Dependencias importadoras y urgencias competitivas para la industria europea

Analizamos la dependencia importadora de China y Estados Unidos por parte de la industria manufacturera europea y las estrategias para reducirla en un contexto geopolítico más fragmentado. 

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3 de junio de 2025
Cables conectados a puertos USB. Photo by Lightsaber Collection on Unsplash

En el cada vez más complejo y fragmentado escenario geopolítico global, la idea de autonomía estratégica en la UE ha mutado desde un puro concepto de seguridad y defensa a uno más amplio, con un elevado contenido económico.1 La lógica es sencilla: más capacidades productivas propias dan más grados de libertad en la política internacional. El desenganche de la energía rusa es un buen ejemplo de ello (véase «El difícil adiós de la UE a la energía rusa» en este mismo Informe Mensual). También lo son las actuales negociaciones comerciales con EE. UU. Con la amenaza de un arancel del 20% anunciado por Trump el 2 de abril y de una posible escalada proteccionista en sectores clave, como la automoción o la industria farmacéutica, la UE ha adoptado un perfil contenido en sus respuestas2 al tiempo que ha mantenido una retórica menos dura con China (de-risking frente a de-coupling).3 Puede ser un posicionamiento estratégico, pero ninguna de estas decisiones es difícil de entender a la luz de las dependencias importadoras acumuladas en lo que llevamos de siglo, desde minerales críticos a insumos intermedios y productos finales.4 Aquí centramos la atención en el sector de manufacturas, excluida la rama de energía.

  • 1Damen, M. (2022)., «EU strategic autonomy 2013-2023: From concept to capacity», Parlamento Europeo.
  • 2Véase el Focus «¿Dónde estamos y hacia dónde vamos con los aranceles de EE. UU.?» en el IM06/2025.
  • 3García-Herrero, A. (2023), «The EU’s concept of de-risking hovers around economic diversification rather than national security», Bruegel.
  • 4Comisión Europea (2021), «Strategic dependencies and capacities».
La pérdida de competitividad industrial viene de lejos

Del total de la oferta de productos manufacturados no energéticos en la UE,5 el porcentaje cubierto por las importaciones extracomunitarias ha pasado de un 15% en 2003 a un 25% en 2023, con un incremento especialmente acusado durante la última década (véase el primer gráfico). Esta tendencia refleja cómo se ha consolidado la pérdida de competitividad que venía observándose en el sector manufacturero europeo desde principios de siglo,6y que continúa produciéndose en paralelo a la ganancia de cuota de mercado global de los productos chinos7 y en las importaciones de la UE (hasta cerca del 30% en 2023, lo que representa un 7% del total de la oferta de manufacturas no energéticas). En contraste, la dependencia respecto a EE. UU., que era al inicio del periodo mayor que la existente con China, se ha mantenido relativamente estable en los últimos 15 años (en torno al 13% de las importaciones y el 3% de la oferta).

  • 5El total de oferta en la UE se define como la suma de la producción doméstica en los diferentes Estados miembros y el total de importaciones extra-comunitarias.
  • 6Marschinski, R. y Martínez-Turégano, D. (2020), «The EU´s shrinking share in global manufacturing: a value chain decomposition analysis», National Institute Economic Review, n.º 252.
  • 7Véase el capítulo 3 en Joint Research Centre (2022). «China 2.0 – Status and foresight of EU-China trade, investment, and technological race», Comisión Europea.
UE: dependencia importadora en productos manufacturados no energéticos
Las dependencias de China alcanzan un amplio espectro productivo

Por grupos de productos, observamos que el incremento en la dependencia importadora de la UE respecto a China ha sido un fenómeno generalizado, que no solo ha afectado de forma intensa a manufacturas con menor contenido tecnológico, como la industria textil, sino que se ha extendido a otras más avanzadas, como la electrónica o la fabricación de maquinaria y equipamiento (véanse el segundo gráfico y la tabla).

UE: dependencia de manufacturas no energéticas de China y de EE.UU., por grupos de productos
Principales productos manufacturados no energéticos con mayor dependencia importadora en la UE (2023)

De hecho, la dependencia europea de China en prendas de vestir y calzado ya acumula una década de descenso en favor de otros productores más competitivos del sudeste asiático, como Vietnam, reflejo del upgrading en las capacidades de producción en su sector de manufacturas. En esta dinámica, podríamos estar viendo una situación similar de «saturación» en la cuota de importación de ordenadores y otros productos electrónicos provenientes de China (como componentes, teléfonos móviles o equipos de precisión), que representaron en 2023 casi el 50% de las compras extracomunitarias (20% en 2003) y cerca del 30% del total de oferta en esta industria (10% al inicio del periodo).

La rama manufacturera que no parece tener freno en el incremento de la dependencia de la UE es la de material y equipo eléctrico (para consumo, como electrodomésticos, o para uso industrial, como baterías y generadores), en la que China alcanza ya casi un 60% de cuota importadora y un 20% del total de oferta (el doble que hace 10 años). Y de forma más incipiente, también con intensidad aún moderada, cabe hacer referencia al incremento del peso de la producción china en la oferta europea de químicos y automóviles desde 2018, que ha motivado en este último caso investigaciones por prácticas anticompetencia y la adopción de medidas proteccionistas por parte de la UE.8

  • 8Véase https://trade.ec.europa.eu/access-to-markets/en/news/eu-commission-imposes-countervailing-duties-imports-battery-electric-vehicles-bevs-china.
Las dependencias de EE. UU. son moderadas, pero afectan a sectores estratégicos

En el caso de EE. UU., su cuota en las importaciones de la UE se ha mostrado relativamente estable en la mayoría de las manufacturas no energéticas. Las excepciones más notables son la industria farmacéutica (tanto productos base como especialidades) y la de material de transporte, en las que los productos estadounidenses han alcanzado el 35% de las compras extracomunitarias y un 15% de la oferta total (véase el tercer gráfico), niveles de dependencia que superan ampliamente los relativos a China en ambos sectores. De forma más detallada, destaca la industria aeronáutica y espacial, en la que casi dos tercios de las importaciones europeas provienen de EE. UU., representando casi un 30% de la oferta total de estos productos en la UE (véase la tabla).

El sueño competitivo de Draghi no se logrará sin esfuerzo

La hoja de ruta de la Comisión Europea para relanzar la competitividad de nuestro mercado único es un proyecto ambicioso y va en la buena dirección para afrontar los retos económicos estructurales y geoestratégicos.9 Sin embargo, alcanzar sus objetivos requerirá de un compromiso coordinado de los Estados miembros que debe ir más allá de la comunión que surge en situaciones extremas, como las que han puesto a la UE al borde del precipicio en varias ocasiones durante los últimos 20 años (la más reciente, lo que parece el fin del paraguas de seguridad atlántico). Reflejo del compromiso que se necesita, cabe recordar que el salto competitivo de amplio espectro que ha dado China responde a una estrategia de largo recorrido para mejorar la capacidad adquisitiva de sus ciudadanos. Para poder andar en esta misma dirección, urge alcanzar un consenso que permita revitalizar la inversión europea10 y atajar la actual escasez de mano de obra con las capacidades y conocimientos necesarios para impulsar sectores clave de la economía.11

  • 9Véase el Focus «Una vuelta de tuerca en las prioridades políticas de la UE» en el IM04/2025.
  • 10Véase el Focus «Radiografía de la atonía inversora en la UE» en el IM05/2025.
  • 11Véase el Focus «Un mercado laboral europeo en transformación: el papel de la inmigración y los nuevos empleos» en el IM06/2025.