La economía portuguesa en 2020: perspectivas económicas positivas, pero mayor incertidumbre

Tras crecer un promedio del 3,0% en 2017-2018, la economía lusa ha moderado su crecimiento hasta cotas en torno al 2,0%, en 2019. La entrada en una fase más madura del ciclo y el desvanecimiento de factores de apoyo temporales que impulsaron el crecimiento en los últimos años son los principales causantes de una expansión más moderada. Aun así, este ritmo es suficiente para afianzar la recuperación de la convergencia de Portugal con el resto de la eurozona sin generar desequilibrios macrofinancieros.

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Daniel Belo
Teresa Gil Pinheiro
19 de diciembre de 2019
Carretera de Madeira

Para encarar 2020, es necesario hacer un breve repaso del año 2019. La demanda interna ha mantenido una aportación al crecimiento notable y similar a la de 2018 y ha continuado beneficiándose de la buena marcha del consumo privado, que a su vez se apoya en la solidez del mercado laboral. Sin embargo, es la inversión la que ha brillado con luz propia en 2019, y su acele­­ración ha sido visible en todos sus componentes: maquinaria, transportes y construcción. Sin embargo, la aceleración de la inversión ha contribuido a impulsar un crecimiento de las im­­portaciones superior al de las exportaciones, por lo que la aportación del sector exterior al crecimiento económico ha sido negativa (–1,2 p. p.). De esta forma, el saldo de la balanza por cuenta corriente y de capital cayó hasta el 0,2% del PIB.

¿Qué se puede esperar para 2020?

En primer lugar, 2020 estará marcado por la prolongación de los factores de incertidumbre globales (tensiones comerciales, brexit, conflictos geopolíticos...) ya presentes en 2019. Estos factores afectarán sobre todo al sector exportador, que mantendrá un ritmo de crecimiento moderado, y a la inversión, en la medida en que tanto el aumento de la incertidumbre como las disrupciones que se están produciendo en el sector del automóvil podrían llevar al aplazamiento de decisiones de inversión. Sin embargo, prevemos que la desaceleración del crecimiento será relativamente moderada, gracias en parte a que las políticas acomodaticias del BCE facilitarán el proceso de desapalancamiento tanto del sector público como del privado y apoyarán unos costes de financiación más bajos. Además, si la desaceleración fuera mayor de lo esperado, habría cierto margen para realizar políticas fiscales ligeramente expansivas que amortiguasen sus efectos.1

Así, esperamos que la economía avance un 1,7% en 2020, 2 décimas menos que en 2019. La demanda interna y las exportaciones serán los grandes motores del crecimiento, aunque su aportación será algo inferior a la de los últimos años.

La demanda interna se verá afectada por el menor crecimiento del consumo privado y de la inversión. En el caso del consumo, en 2020 se notará aún más que los hogares ya se han puesto prácticamente al día con las decisiones de gasto aplazadas en los años de crisis y la ralentización del crecimiento del empleo. A ello se le suma una tasa de ahorro en mínimos históricos, lo que dificultará la realización de compras de cuantías elevadas. A su vez, la inversión se moderará significativamente, dado que muchas empresas, en un entorno global de mayor incertidumbre y una menor demanda externa, aplazarán decisiones de inversión. Sin embargo, la recepción de fondos comunitarios, la pujanza de la inversión residencial y unos costes de financiación bajos continuarán apoyando un crecimiento de la inversión por encima del 4,0%.

¿Cómo evolucionarán las exportaciones?

En el contexto actual, las exportaciones son el componente cuya evolución genera más incertidumbre, de modo que merece la pena realizar un análisis más detallado de sus perspectivas, especialmente si tenemos en cuenta su papel preponderante en la recuperación de la economía portuguesa en los últimos años.

En particular, analizamos la relación entre las exportaciones de bienes y servicios lusas y el crecimiento de sus principales socios comerciales. En el segundo gráfico podemos ver cómo el crecimiento de las exportaciones empezó a reducirse coincidiendo con la desaceleración del crecimiento de los principales socios y han seguido una evolución similar. Cuando analizamos la relación estadística de las dos variables, obtenemos que un descenso de 1 p. p. del crecimiento económico de los principales socios comerciales tiene un impacto negativo de 2 p. p. en el crecimiento de las exportaciones. De este modo, si tenemos en cuenta que nuestras previsiones anticipan que los principales socios comerciales de Portugal2 crecerán en 2020 0,1 p. p. me­­nos que en 2019, el crecimiento de las exportaciones se podría reducir en 0,2 p. p., una cifra relativamente modesta.

Más allá de estas estimaciones, existen focos de riesgo importantes que podrían erosionar el sector exterior más de lo esperado. En primer lugar, habrá que ver el impacto del brexit, un factor importante en la medida en que las exportaciones hacia el Reino Unido (el cuarto socio comercial de Portugal) representan un 4,3% del PIB portugués. Y, en segundo lugar, hasta qué punto la producción y exportación de automóviles pueden verse perjudicadas por el aplazamiento de decisiones de compra de coches en un entorno caracterizado por las profundas transformaciones estructurales del sector y la incertidumbre regulatoria.

Pese a los riesgos subrayados, un elemento a tener presente es que el contenido importador de las exportaciones portuguesas es elevado (1 euro exportado se traduce en un aumento de 44 céntimos en las importaciones), por lo que la desaceleración de las exportaciones implicaría que las importaciones también registrasen crecimientos más moderados, mitigando el efecto negativo de la demanda externa sobre el crecimiento.

¿Será un buen año?

Tras esta visión de conjunto más cualitativa, terminamos el artículo con un análisis cuantitativo. Para ello, realizamos un pequeño modelo de predicción del crecimiento del PIB en 2020 a partir de los registros esperados de los indicadores de confianza de los consumidores y de los indicadores de confianza en la industria y los servicios del INE.3 En este sentido, el ejercicio de predicción arroja un crecimiento del PIB en 2020 del 1,8%, muy parecido a nuestra previsión (1,7%). Además, estimamos que la probabilidad de que el crecimiento sea superior al 1,5% es del 72%, mientras que la probabilidad de que el crecimiento sea menor al 0,6% (el 0,6% correspondería a un crecimiento intertrimestral nulo en los cuatro trimestres del año) es inferior al 5%.

En definitiva, la economía portuguesa se encuentra en una fase bastante más resiliente que en episodios anteriores de ralentización global ya que cuenta con unos fundamentos mucho más sólidos gracias al refuerzo de la competitividad, a la reducción de importantes desequilibrios (con especial mención para la reducción de la deuda privada) y a las reformas estructurales implementadas en los últimos años.

Daniel Belo y Teresa Gil Pinheiro

1. Asimismo, el incremento de los salarios de los funcionarios ya aprobado puede tener efectos positivos sobre el consumo de los hogares en 2020.

2. El 86% de las exportaciones de bienes y servicios se destina a 20 países diferentes, entre los cuales destacan por orden de importancia España (~20 %), Francia
(~13 %), Alemania (~11 %), Reino Unido (~10 %) y EE. UU. (~5 %). Angola y Brasil se encuentran en 8.º y 9.º lugar, respectivamente, con cuotas inferiores al 3%, y China está en el 15.º puesto con solamente un 1% de cuota.

3. Predecimos los valores de estos indicadores en 2020 con un AR(1) y de acuerdo con ellos realizamos una predicción del crecimiento en 2020. Regresamos el crecimiento del PIB sobre los indicadores de confianza de consumidores y empresas. La principal especificación es \(Crecimiento\;PIB_t\;=\;\beta_{0\;+\;}\beta_1\ast\;Confianza\;Consumidor_{t\;}+\;\gamma\ast\;Confianza\;Manufacturas_{t\;}+\;\alpha\ast\;Confianza\;Servicios\;+\;\varepsilon_t\), con datos anuales que empiezan en el año 2002.

Daniel Belo
Teresa Gil Pinheiro
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