Elevada inflación: ¿una carga desigual para las familias portuguesas?

Contenido disponible en
Tiago Belejo Correia
24 de mayo de 2022

Tras varios años adormecida, la inflación vuelve a copar los titulares por su intensa escalada: en el mes de abril escaló en Portugal hasta el 7,2%, el nivel más elevado desde marzo de 1993.

Si bien inicialmente fue el componente energético el que empujó al alza la inflación, la inflación subyacente (la que excluye la energía y los alimentos no elaborados) también está aumentando, lo cual refleja el creciente contagio al resto de categorías que componen el IPC. Así, mientras que en enero de 2021 solamente el 19% de las categorías de la cesta del IPC registraban aumentos de precios por encima del 2%, en abril de este año, el 71% de la cesta presentaba una inflación superior al 2%, y el 47% se situaba incluso por encima del 5%. De la misma manera, la inflación de los productos alimentarios, que en enero del año pasado se situaba en el 1%, alcanzó el pasado abril el 10,25%. En otras palabras, se ha producido un fuerte encarecimiento de los bienes y los servicios esenciales, que son precisamente aquellos cuyo gasto les cuesta más ajustar a las familias. Dicho de otra manera: podemos aplazar el hecho de cambiar de coche, no ir de vacaciones al extranjero o no asistir a un espectáculo, pero es difícil reducir o aplazar el consumo de alimentación o la calefacción de la vivienda.

Portugal: semáforo de la inflación

Además, la subida de la inflación no afecta a todos los hogares por igual, ya que el peso que las distintas categorías de la cesta de consumo tienen en los gastos del núcleo familiar varía en función de la renta. Los datos de Eurostat1 revelan que en Portugal las familias con rentas más bajas (primer quintil) destinan el 18,3% de sus gastos a productos alimentarios, mientras que las familias con unas rentas más elevadas (quinto quintil), solamente destinan el 11,6%. Esta confirmación empírica de la ley de Engel se aplica también a otros bienes y servicios esenciales como la categoría de gastos asociados a la vivienda, que incluye el agua, la electricidad, el gas y otros combustibles. Los hogares con rentas más bajas destinan a estos componentes el 39,1% de sus gastos, mientras que las familias con rentas más elevadas, tan solo el 28,2%.

  • 1. Los datos sobre la distribución del consumo por quintil de renta provienen del Household Budget Survey de 2015.
Portugal: estructura del gasto en consumo por quintil de ingresos

Así pues, el impacto del aumento de los precios es distinto según el patrón de consumo, lo que da lugar a la denominada inflation inequality o «desigualdad inflacionaria». A partir de los datos del INE y de Eurostat2 hemos calculado dos parámetros de desigualdad inflacionaria,3 distinguiendo entre la inflación general y la inflación de los bienes y servicios esenciales (sumando los componentes alimentación y vivienda). Según nuestros cálculos, desde el inicio de la pandemia hasta mediados de 2021, los hogares de menor renta se vieron más afectados, con una inflación en noviembre de 2020 de 0,6 p. p. superior a la que tendrían los hogares de mayor renta. De hecho, la inflación media anual en 2020 fue de –0,01%, pero para las familias con rentas más bajas fue de un 0,3%, mientras que para los de rentas más altas, de –0,1%, de lo que se deduce que los precios durante ese año bajaron en componentes en los cuales los hogares con mayor renta gastan una mayor porción de su presupuesto, como, por ejemplo, en ropa, calzado, ocio y cultura, viajes, educación, etc.

A partir de julio de 2021 y hasta marzo de 2022, la desigualdad inflacionaria en términos globales se reduce, lo que podía deberse a la subida generalizada de la inflación en la mayor parte de la cesta. Sin embargo, aumenta en los bienes y servicios esenciales, llegando a alcanzar 1,8 p. p. en abril de 2022.

  • 2. Del INE, inflación interanual por componentes medida por el IPC. Del Eurostat, véase la nota 1.
  • 3. El método de cálculo utilizado es el mismo que el indicado en el documento Claeys, G. y L. Guetta-Jeanrenaud (2022). «Who is suffering most from rising inflation?». Bruegel Blog, 1 de febrero.
Portugal: diferencial de inflación entre los hogares con ingresos más bajos y más altos

La desigualdad en la inflación de los bienes esenciales es la cara más preocupante de este fenómeno. Los hogares con mayor renta pueden suavizar el efecto del aumento de los precios por la vía de la reducción y el aplazamiento del consumo de otros bienes o por la vía del recurso a los ahorros, pero en los hogares de menor renta se podrían acentuar carencias básicas y sufrir una reducción drástica de los recursos disponibles tras la satisfacción de las necesidades básicas. Debe añadirse que nuestros cálculos se han realizado con los pesos en la cesta de la compra en 2015, por lo que existe la posibilidad de que la alteración de los patrones de consumo tras la pandemia haya dado lugar a un aumento del peso de los gastos en bienes esenciales por parte de los hogares con rentas más bajas.

Esta problemática parece no haberles pasado por alto a los responsables políticos, y en el Presupuesto de Estado para 2022 se incluyeron medidas para paliar el impacto del aumento del precio de los bienes esenciales. Entre ellas, destacan un vale de ayuda de 60 euros a las familias más vulnerables para compensar el aumento del precio de la cesta alimentaria (medida con la que el Gobierno prevé llegar a más de 800.000 hogares) y un subsidio de 10 euros para la adquisición de bombonas de gas durante tres meses. También se espera que las medidas específicamente dirigidas a la actividad agrícola, como la exención del IVA en el pienso y los fertilizantes, sirvan de ayuda no solo a los productores, sino que de alguna forma atenúen el aumento de precio de los bienes alimentarios cuando llegan al consumidor. De confirmarse la transitoriedad de la inflación, estas medidas de carácter puntual, o con un horizonte temporal muy corto, pueden mitigar el efecto del aumento de los precios.4

  • 4. De acuerdo con el Eurostat, el punto de corte de las rentas del 1.er quintil en Portugal es de 6.967 euros/año. Las ayudas directas inscritas en el Presupuesto de Estado suman 90 euros por núcleo familiar. En la práctica, en términos anuales, esto correspondería a un aumento mensual de la renta del 1,29%.
Portugal: renta bruta disponible de los hogares y precios
Tiago Belejo Correia
Etiquetas: