Idas y vueltas en los mercados financieros
El inicio de 2025, con un mes de enero marcado por los contrastes, ejemplifica cómo los riesgos políticos y geoeconómicos pueden continuar dirigiendo el mercado.

2025 comenzó con un mes de contrastes: por un lado, unos bancos centrales que actuaron en línea con lo esperado (recorte de tipos del BCE en 25 p. b., sin cambios en la Fed) y dieron estabilidad al mercado. En otros activos, sin embargo, diversos factores agitaron el mercado: la deuda soberana y las divisas sufrieron movimientos de ida y vuelta tanto por la paulatina desinflación en la eurozona y en EE. UU. como por los primeros movimientos de política económica de la Administración Trump. En renta variable, el avance tecnológico chino en inteligencia artificial con DeepSeek causó intensas correcciones en el precio de las compañías tecnológicas de todo Occidente, si bien en muchos casos fueron poco duraderas. En el mercado de materias primas, por su parte, los precios del gas natural europeo y de los metales preciosos repuntaron con fuerza. Con todo ello, el inicio del año ejemplifica cómo los riesgos políticos y geoeconómicos pueden continuar dirigiendo el mercado.

Así, el BCE situó el tipo depo en el 2,75%, con la quinta rebaja de 25 p. b. desde el pasado junio. Aunque todavía mantiene el nivel de los tipos de interés en terreno restrictivo, Lagarde mostró confianza en que los tipos seguirán bajando. Los implícitos del mercado monetario apuntan a un nuevo recorte de 25 p. b. en marzo y cotizan que el tipo depo se estabilice entre el 1,75% y el 2,00% en la segunda mitad de 2025. Por su parte, la Fed mantuvo los tipos sin cambios (fed funds en el rango 4,25%-4,50%), y Powell indicó que no tenían prisa por reducir los tipos y que preferían esperar a evaluar el impacto de las medidas económicas de Trump. Con ello, los implícitos del mercado monetario descuentan que la Fed termine llevando los tipos alrededor del 4,00% hacia finales de 2025, lo que implicaría entre uno y dos recortes de 25 p. b. en el conjunto del año. El Banco de Japón, por otro lado, subió los tipos en 25 p. b. (el tipo de referencia se sitúa ahora en el 0,50%) y revisó al alza sus previsiones de inflación. Además, en las últimas semanas, varios responsables del banco se mostraron dispuestos a seguir subiendo tipos ante la perspectiva de que la inflación consiga dejar atrás la debilidad de las últimas décadas de una manera más sostenida.

Los tipos soberanos comenzaron el año prolongando el repunte que iniciaron en diciembre, especialmente en los tramos largos de la curva, ante la perspectiva de una mayor incertidumbre económica a futuro. Esta tendencia se revirtió a mediados de mes, tras la publicación de datos de inflación estadounidense mejores de lo esperado en la rúbrica núcleo, y hasta la última semana, cuando la retórica proteccionista de la Administración Trump se recrudeció. Los anuncios alrededor de los aranceles de EE. UU. se saldaron con tipos de interés soberanos a la baja, tanto en EE. UU. como en la eurozona. Asimismo, las primas de riesgo soberanas de la periferia se estrecharon, con cierto mejor comportamiento de la francesa (después de que el Ecofin avalara las recomendaciones fiscales de la Comisión). Frente a este comportamiento, los tipos soberanos japoneses repuntaron en el contexto de subidas de tipos del banco central, mientras que la deuda británica –cuya referencia a 10 años llegó a alcanzar máximos desde 2008– registró cesiones en el mes, más intensas en sus tramos cortos, ante la falta de dinamismo de los datos económicos y la moderación de la inflación subyacente.

Los índices europeos lideraron las ganancias, con el DAX alemán, el CAC francés y el IBEX español a la cabeza. Con todo, los avances bursátiles no fueron lineales y la recta final del mes estuvo marcada por caídas generalizadas y de entidad en el sector tecnológico de todo Occidente tras el lanzamiento de DeepSeek, lo que arrastró a los índices generales dada la gran capitalización del sector. Estas caídas, no obstante, se moderaron en la mayoría de las compañías una vez los inversores recalibraron el impacto de esta innovación en los beneficios futuros. Las bolsas emergentes latinoamericanas también registraron ganancias, en especial la bolsa brasileña, con una visión de los inversores más positiva respecto a las perspectivas fiscales del país desde el anuncio de recortes de gasto público a finales de 2024.

El dólar cierra el mes prácticamente plano, aunque no sin movimiento, en línea con el desempeño de los tipos soberanos y por razones análogas. También el euro tuvo una evolución especular a la del dólar, con cierta fluctuación ante mayor o menor percepción del riesgo de que EE. UU. imponga aranceles a la UE. El yen, por su parte, se apreció de manera clara frente al dólar, respaldado por las expectativas de subidas de tipos del Banco de Japón. Entre las divisas emergentes, destacó la apreciación del real brasileño, en un contexto de recuperación en los distintos activos financieros de Brasil. Por otro lado, el peso mexicano y el dólar canadiense, que evolucionaron muy a la par durante el mes, se depreciaron (en especial el peso) tras el anuncio de aranceles por parte de Trump, y pese a que estos quedaron finalmente en suspenso.

En un entorno de subida generalizada de precios, destacó la subida del gas natural en Europa: el TTF holandés superó los 50 euros/MWh, alcanzando máximos desde 2023, presionado por una reducción de las reservas europeas más rápida que en años anteriores (aunque siguen en niveles elevados) y en un contexto en el que, desde el inicio de año, ya no fluye gas ruso a través de Ucrania. El petróleo cerró con ligeros avances, mientras que los metales preciosos registraron avances notables, favorecidos por su papel de activo refugio en un entorno de mayor incertidumbre comercial. Por último, las materias primas agrícolas también avanzaron, presionadas por el riesgo al suministro que supone el tiempo seco en varios países productores latinoamericanos.
