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El empleo, el factor más importante para reducir la desigualdad

A menudo, los debates sobre la desigualdad se centran en la dispersión en los niveles salariales y omiten un aspecto muy relevante: la desigualdad de los ingresos salariales depende también de la «intensidad» en el empleo, es decir, de si se está trabajando y con qué regularidad. El caso español es bastante paradigmático, con una alta tasa de temporalidad en el empleo (25,1% en el 2T 2021) y una proliferación de contratos laborales de cada vez menor duración que incide de manera marcada en la desigualdad.

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Jose G. Montalvo
Marta Reynal-Querol
Ruben Durante
Desigualdad

Durante la crisis financiera (2007-2011), el fuerte aumento de la desigualdad en España se debió en un 80% a la caída del empleo y en un 20% a una mayor dispersión de salarios entre trabajadores.1 Estas proporciones fueron casi las opuestas en el promedio de la OCDE, donde solo el 18% del aumento en la desigualdad entre 2007 y 2011 se explicó por cambios en el empleo y el 82% fue debido a la mayor dispersión de salarios entre trabajadores. ¿Qué pasó durante la pandemia?

  • 1. Cálculos propios a partir de datos de la OCDE (2015). «In it together. Why Less Inequality Benefits All». OECD Publishing, París.
El empleo, el principal factor detrás de los cambios en la desigualdad salarial durante la crisis de la COVID-19

Durante la crisis generada por la pandemia, la evolución de la desigualdad en España volvió a estar muy influenciada por los vaivenes en el empleo. Por ejemplo, entre febrero y abril de 2020, casi el 90% del incremento en la desigualdad salarial (antes de las transferencias públicas) se debió a la caída del empleo, mientras que el resto fue resultado de incrementos en la desigualdad salarial entre trabajadores.2 Por tanto, para poder incidir en la evolución de la desigualdad, es necesario revisar las dinámicas en el empleo y, en particular, las de los colectivos más afectados.

  • 2. Véase Aspachs, O. Durante, R., Graziano, A., Mestres, J. Montalvo, J. y Reynal, M. «Real-time inequality and the welfare state in motion: evidence from Covid-19 in Spain», Economic Policy, de próxima publicación, para una explicación detallada de la estimación.
La probabilidad de continuar empleado no fue igual para todos los trabajadores durante la COVID-19

Para empezar, analizamos lo que les ocurrió, durante la pandemia, a aquellas personas que estaban trabajando los meses previos a que esta estallara. Concretamente, a partir de marzo de 2020, cuando se empezaron a tomar medidas para reducir la movilidad y la actividad, la probabilidad de continuar empleado3 se redujo de forma notable para el conjunto de la población, pero el impacto fue muy distinto en función de las características de cada trabajador.

  • Los trabajadores con menores ingresos salariales antes de la pandemia fueron aquellos con mayor probabilidad de no estar empleados en los meses siguientes. Concretamente, para los trabajadores en el quintil de salarios más bajo, la probabilidad de estar empleado se redujo hasta en un 38% en mayo de 2020, una incidencia 23 p. p. superior que para los trabajadores del quintil más alto. Estas diferencias se redujeron algo en los siguientes meses, aunque los trabajadores en los quintiles inferiores de salarios siguieron con una mayor probabilidad de no estar empleados que los de los quintiles superiores.
  • Por edades, los jóvenes han sido el colectivo más afectado por la pandemia en el mercado laboral. En mayo de 2020 la probabilidad de estar percibiendo una nómina era 18 p. p. menor, y la recuperación en los siguientes meses fue solo parcial.
  • La probabilidad de estar empleado también se redujo más para los trabajadores nacidos en el extranjero que para los nacidos en España. El gap en la probabilidad de estar empleado era de 8 p. p. en abril de 2020 y sorprendentemente siguió aumentando con los meses, hasta llegar a los 11 p. p. en noviembre.
  • Las mujeres tuvieron una menor posibilidad que los hombres de continuar empleadas en los primeros meses de la pandemia, con un gap en la probabilidad de empleo que superó los 4 p. p. y no empezó a recuperarse hasta septiembre.
  • 3. Para este ejercicio no consideramos a aquellos trabajadores en ERTE como empleados, puesto que no trabajan mientras están en ERTE, y restringimos el análisis de marzo a noviembre de 2020. Realizamos una regresión a nivel individual de la probabilidad de estar empleado mes a mes en función de las características individuales (género, edad y país de nacimiento) y el quintil de ingresos del trabajador antes de la pandemia (en febrero de 2020), controlando también por las restricciones de movilidad a nivel provincial así como la provincia:\(E_{ijt}\;=\overset5{\underset{k=1}\Sigma}\;\alpha_{kt}\;I(qk)\;+\overset G{\underset{g=1}{\;\Sigma}}\;ß_{gt}X_{ijtg}\;+\overset{49}{\underset{\;j=1}\Sigma}\;\delta_j\;I(Pro\nu\;=\;j)\;+\;\varepsilon_{ijt}\) Íbidem, para más detalle sobre la metodología empleada.
Más empleo y de mayor calidad, la receta para reducir la desigualdad salarial

Los trabajadores con menores ingresos, jóvenes, inmigrantes y de sexo femenino han sido, de nuevo, los más impactados en el mercado laboral. La recuperación del empleo aún no es total, y menos aún para los colectivos más vulnerables. Es por ello por lo que el incremento de la desigualdad respecto al nivel prepandemia es todavía considerable y el empleo, como principal factor que afecta a la desigualdad, volverá a ser la principal palanca para corregirlo. Mejorar la empleabilidad de los trabajadores para que nadie se quede atrás así como aumentar su «intensidad» en el empleo son las herramientas claves para que el aumento en la desigualdad no se convierta en una cicatriz permanente de la pandemia.

Probabilidad en el empleo durante la COVID-19
Jose G. Montalvo
Marta Reynal-Querol
Ruben Durante
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