• El PIB de Galicia asciende a 81.607 millones de euros, el 5,1% del total nacional, por lo que ocupa el sexto lugar del ranking.
• En términos demográficos, cuenta con 2,72 millones de habitantes, el 5,5% de la población de España. Es una de las regiones más envejecidas –el 26,6% de la población tiene más de 65 años (20,4% de media)– y con menos población extranjera (6,1% del total vs. 13,8%).
• El PIB per cápita se sitúa en 30.105 euros, un 7,7% menos que la media española, si bien ha ido recuperando terreno en los últimos años, no tanto por un crecimiento destacado de su PIB, sino por el estancamiento de su población.
• En cuanto a su estructura productiva, Galicia destaca por un mayor peso relativo de la construcción (6,7% vs. 5,9% de media española), la industria manufacturera (15,1% vs. 11,9%) y el sector agrario (5,0% vs. 2,7%). Por el contrario, la participación de los servicios ligados a la industria es muy inferior (23,4% vs. 29,7%).
• Galicia tiene una notable orientación exportadora: el peso de las exportaciones de bienes sobre el PIB es el más alto de todas las regiones (38,0%, 14 puntos más que la media española). En 2024 exportó bienes por valor de 31.020 millones de euros, el 8,1% de las exportaciones españolas: los principales sectores exportadores son textiles (23,3% del total), automoción (20,9%) y alimentación (13,3%), sobre todo pesca. La región exporta el 38% de los textiles del país y más de la mitad de los productos pesqueros.

Según las estimaciones de CaixaBank Research, el PIB gallego crecerá en 2025 un 2,8%, un ritmo similar al del conjunto de la economía española (2,9%). La recuperación de la industria, en especial de su potente sector de automoción, contrasta con el comportamiento algo más modesto de las exportaciones y el consumo, en línea con el menor dinamismo del empleo.

Nuestras previsiones apuntan a un crecimiento del PIB de Galicia en 2026 del 2,0%, ligeramente por debajo de la media del país (2,1%). En un contexto de aumento de los salarios y contención de la inflación y de los tipos de interés, esperamos que el gasto de las familias gane tracción. La inversión y la actividad empresarial podrían verse impulsadas por la aceleración en el ritmo de ejecución de los fondos europeos y las mejores condiciones de financiación. Por el contrario, el despegue de las exportaciones está condicionado por la debilidad de la economía europea y el aumento de los aranceles.

El mercado laboral gallego está teniendo un comportamiento algo menos dinámico que el del conjunto del país. La afiliación creció un 1,6% en 2024, frente al 2,4% en España, mientras que este año se mantiene la misma tónica: el crecimiento del 1,8% interanual en octubre (vs. 2,4% de media) se apoyó en la creación de empleo en actividades administrativas, educación y sanidad, frente a la fuerte pérdida en el sector público. Por su parte, la tasa de paro se situó en el 3T 2025 en el 8,0%, 2,5 puntos por debajo de la media nacional.

El gasto de las familias también muestra una evolución más modesta que en el conjunto del país. Así, el índice de comercio minorista (en volumen) creció un 1,5% en 2024 (2,1% en España) y un 2,3% interanual en enero-septiembre de este año (vs. 3,9%). Por su parte, tras crecer por encima de la media en 2024 (11,9% vs. 7,1%), las matriculaciones de turismos se frenan en enero-octubre de 2025 (7,9% interanual vs. 14,9%), de modo que es una de las regiones más alejadas de los niveles de 2019 (–26,6% vs. –9,4% en España).

La producción industrial gallega se está recuperando, aunque tímidamente, del fuerte impacto de los problemas de suministro en los mercados mundiales de 2022. Así, en 2024 anotó un exiguo crecimiento del 0,9%, mejorando, en todo caso, los registros del conjunto de España (0,7%), mientras que, en los nueve primeros meses de este año, el IPI regional repunta ligeramente y anota un aumento del 1,2% interanual (1,1% en España): el tirón de las ramas de bienes de equipo y de consumo no duradero contrarresta el fuerte deterioro de las energéticas.

Las exportaciones de bienes se están comportando mejor que en el conjunto del país. En 2024 crecieron un 3,3% (vs. 0,2%) y, aunque en enero-agosto de este año el ritmo se frena sensiblemente, sigue superando la media (0,5% interanual vs. 0,3%): el tirón de las ventas de automoción, textiles y alimentación –sobre todo productos pesqueros– contrasta con el fuerte retroceso –el segundo consecutivo– de las de productos energéticos (derivados del petróleo), condicionadas por la normalización de sus precios.