Actividad y crecimiento

La diversificación geográfica de los exportadores españoles: unos sí, otros no

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Jordi Singla
Mano señalando un mapamundi colgado en la pared con distintos países marcados con chinchetas

Gran parte de la desaceleración de la economía española en 2018 puede atribuirse a la pérdida de empuje de las exportaciones, junto con la continuada fuerza de las im­­portaciones. Así, nos preguntamos si esta desaceleración exportadora es puntual o no. En artículos anteriores, he­­mos visto dos dinámicas que animan a pensar en positivo y otra dinámica menos optimista: por un lado, en términos absolutos, tanto el número de empresas que se lanzan a exportar como el de aquellos exportadores que se consolidan (los llamados regulares, que llevan cuatro años seguidos exportando) aumentan sostenidamente. Pero, por el otro, en términos relativos, la proporción de nuevos exportadores que se convierte en regulares ha flexionado a la baja recientemente.1 En el presente artículo analizamos la fortaleza de cada uno de estos exportadores con otra medida: la diversidad geográfica de los destinos a los que exporta. Esta es un reflejo de las ventajas competitivas de cada ex­­portador (una mayor competitividad debería permitir exportar a más mercados) y de su capacidad de su­­pervivencia (una mayor diversificación ayuda a contener el impacto de un mal desempeño en economías concretas). Cabe, entonces, preguntarse ¿cuál es la diversidad geográfica de nuestros exportadores?2

Igual que en la antigüedad se hablaba de los siete mares, podemos distinguir siete zonas geográficas diferenciadas en el mundo: los cinco continentes, pero desagregando Asia entre Oriente Medio y el resto (mayormente Extremo Oriente), y América entre América del Norte y Latinoamérica. Empezamos centrando nuestro análisis a nivel amplio de estas regiones, antes de entrar en el detalle por países, ya que sus ciclos económicos están menos sincronizados que los de los países de una misma región, por lo que una medida de diversificación entre regiones probablemente recoge mejor el grado de protección de los exportadores frente a fenómenos idiosincráticos de cada destino. Así, como vemos en el gráfico adjunto, un primer resultado po­­sitivo es que la diversificación geográfica de los exportadores regulares evoluciona al alza: cada exportador regular exportó a prácticamente 1,8 regiones en 2017, por encima de las 1,6 de 2009. En segundo lugar, los exportadores regulares tienen una diversificación geográfica superior al promedio de todos los exportadores (que fue de 1,6 en 2017). Además, esta diferencia entre los regulares y los no regulares se ha ampliado en los últimos años, lo que sugiere que los exportadores regulares tienen una posición cada vez más sólida. Los nuevos exportadores empiezan exportando, naturalmente, hacia un número reducido de destinos. Pero, a diferencia de los regulares, la diversidad geográfica de los exportadores no regulares ha disminuido en los últimos años.

Realizamos, también, el mismo análisis a nivel de países considerando los principales destinos de cada empresa.3 Entre los resultados de este ejercicio, destaca que la diversidad de los exportadores a Europa, regulares y no regulares, aumenta (cada exportador exportó en promedio a 4,8 países europeos en 2017, por encima de los 4,2 de 2009), mientras que disminuye fuera de Europa. En el caso de África y Asia Oriental, la pérdida de diversidad se debe a la importancia creciente de Marruecos y de China-Hong Kong, destinos que en 2017 representaban un 45% y un 42% del total de exportaciones a sus respectivas regiones. Esto no pasa en Latinoamérica, destino de mu­­chas de las nuevas empresas exportadoras, donde el peso del mayor importador (México, 30% del total) evoluciona a la baja y con una muy baja diversidad de destinos (de un total de cinco principales países en la región, cada exportador exporta en promedio a 1,1; a 1,5 en el caso de los regulares).

En definitiva, en los últimos años hemos observado una cierta polarización entre los exportadores españoles. Por una parte, existe un factor de fortaleza sustentado en un número de exportadores regulares que evoluciona al alza, y con una creciente diversidad geográfica por destinos. Por otro lado, entre el resto de los exportadores, nos en­­­contramos con muchos exportadores nuevos poco diversificados, lo que en el futuro puede perjudicar a su probabilidad de permanencia.

1. Véase el Focus «Nuevo impulso del sector exportador» en el IM11/2018.

2. Para calcular la diversificación geográfica, sumamos, para cada destino, el número de empresas exportadoras españolas y lo dividimos por el total de empresas exportadoras españolas.

3. La diversidad de tamaño y sofisticación de los países dentro de una misma región hace que haya que tomar los resultados con cautela.

Jordi Singla
Etiquetas:
España Sector exterior
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