Materias primas

Precios de los metales básicos: una recuperación de poco peso

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En lo que va de año, el precio del conjunto de metales in­­dus­­triales denominados «básicos» (aluminio, cobre, ní­­quel, plomo, zinc y estaño), ha aumentado un 9,5%, con avances sustanciales en las cotizaciones del zinc (42,4%), estaño (25,6%) y níquel (15,8%). Estas cifras contrastan con la evolución bajista de los precios en años precedentes y han abierto la puerta a discutir si se está ante el final del ajuste de los precios de los metales básicos o, simplemente, es un alto (alcista) en el camino (bajista).

Para responder a esta cuestión primero hay que dotarse de la perspectiva temporal correcta. Los metales, como otras materias primas, tienden a moverse en ciclos a largo plazo, a veces denominados «superciclos». Específicamente, el actual ciclo a largo plazo se considera que se inició en 2003. Tal y como se puede observar en el gráfico, los me­­tales básicos cuadruplicaron su precio entre 2003 y 2007, sufrieron una caída derivada de la Gran Recesión en 2008-2009, para después recuperar sus máximos cíclicos en 2011. Después, las cotizaciones se desplomaron un 50% hasta finales de 2015.

Situados en el contexto temporal adecuado, cabe preguntarse si los factores determinantes del ciclo a largo plazo de los metales básicos se mantienen o se están agotando. Desde el punto de vista de la demanda, el aspecto esencial a tener en cuenta es la basculación hacia las eco­­nomías emergentes, y en particular, hacia China. Según da­­­tos del Banco Mundial, el gigante asiático pasó de consumir el 17% del total de metales refinados mundiales en 2003 al 51% en 2016. Por ello, los cambios en la demanda china de metales delimitan en gran medida la evolución del consumo mundial de los mismos: mientras en la fase alcista del superciclo (2003-2007) la demanda china de metales refinados creció un 20% en media anual (y la mun­­dial, un 6%), en el periodo de ajuste 2012-2015, el consumo chino avanzó un 10% y la demanda mundial un 5%.

¿Cómo ha reaccionado la oferta ante este aumento del consumo chino de metales básicos? Con la puesta en el mercado de una cantidad creciente de producto. Entre 2003 y 2015, la producción de aluminio aumentó un 110%, la de metal de hierro un 80%, la del plomo un 72%, las de cobre y níquel un 47% y la de zinc un 45%. Es el resultado de un notable esfuerzo de inversión, que llevó a las primeras 10 empresas del sector de producción de metales de invertir menos de 10.000 millones de dólares en 2003 a alcanzar los 400.000 millones en 2014. No obstante, y en respuesta ante las perspectivas más contenidas de la demanda, esta evolución al alza de la inversión se ha ido ajustando en la segunda mitad del superciclo. Así, por ejemplo, la inversión de las empresas top-10 disminuyó un 20% entre 2012 y 2014. Por lo que se refiere a la producción, la respuesta es mucho más selectiva ya que se han registrado disminuciones apreciables en la del mineral de hierro y del cobre, pero no en las de aluminio, níquel o zinc, que, de hecho, han seguido aumentando.

En este contexto, ¿qué explica el cambio de 2016? Dado que las condiciones de oferta no han variado sustancialmente, la explicación hay que buscarla en la demanda. La demanda prevista para 2016 representa un cierto cambio respecto a la desaceleración de años anteriores. En particular, la demanda esperada es fuerte en los tres metales más alcistas (zinc, estaño y níquel), hecho que se interpreta como el resultado del impacto de los programas de infraestructuras y de las medidas de impulso del crédito de China.1

¿Representa esta dinámica un cambio duradero de los fundamentos de los precios de los metales? Probablemente, no. Si se analizan las perspectivas de la demanda de metales de China en base al mapa de ruta que dibuja su Plan Quinquenal 2016-2020, se constata que los dos metales más importantes (hierro y cobre) no se van a beneficiar excesivamente de una economía que transita hacia un modelo con mayor peso de los servicios y del consumo. En cambio, algunos de los metales ligeros que ya están sorprendiendo al alza (en particular, el zinc) sí que van a ver incrementada su demanda futura.2 Pero dado que estos metales tienen un peso menor en el conjunto, las perspectivas del grupo continúan siendo bajistas. Una conclusión que se refuerza si se compara el actual ciclo largo con otros anteriores. Ello no implica que, a corto plazo, el rally observado no tenga cierto recorrido, pero muy centrado en metales concretos.

1. También se han esgrimido factores financieros, como la mayor apetencia de los inversores por las materias primas en general y las expectativas de diferimiento de la normalización de la Fed, que han debilitado el dólar.

2. El zinc se utiliza especialmente en usos industriales vinculados a la electrónica, que van a verse intensificados en la previsible evolución de China hacia una economía más tecnológica, con mayor desarrollo de las infraestructuras de transporte urbano y un mayor peso del consumo.

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