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El shadow banking en China: una sombra alargada

En China, más allá del elevado nivel de deuda corporativa, otro factor que aviva la preocupación sobre la estabilidad financiera es el papel que está jugando el sector bancario informal, más conocido como shadow banking.

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Sombra de árbol sobre muro con elementos arquitectónicos tradicionales chinos

En China, más allá del elevado nivel de deuda corporativa, otro factor que aviva la preocupación sobre la estabilidad financiera es el rol que está jugando el sector bancario informal, más conocido como shadow banking.1

La incertidumbre sobre el verdadero tamaño del shadow banking es bastante elevada dado que las estadísticas oficiales no proveen una estimación directa. Moody’s estima que este sector alcanzó los 58,3 billones de yuanes en junio de 2016 (27,5% del total de activos bancarios del sector formal).2 Esta cifra per se no es excesivamente elevada ya que representa el 80% del PIB chino, muy por debajo del 150% del PIB que este sector representa en EE. UU. Dicho esto, lo que realmente preocupa es el fuerte crecimiento que está experimentando el sector: según el Financial Stability Board, el shadow banking chino ha crecido más de un 30% anual en los últimos tres años frente a un 10% en el resto del mundo.

Si analizamos la configuración del shadow banking, destacan, en primer lugar, los productos de gestión del patrimonio (WMP, por sus siglas en inglés), que representan un 44% del total del sector y cuyo volumen se ha duplicado desde 2014.3 Los WMP son productos de ahorro, normalmente a corto plazo, que ofrecen una elevada rentabilidad y que, en muchos casos, se invierten en activos con un elevado riesgo. En vista del mal uso que a menudo se da a estos productos, las autoridades reguladoras chinas re­­cientemente han obligado a las entidades financieras con un capital neto inferior a 5.000 millones de yuanes a que in­­viertan sus WMP en activos con un riesgo limitado, como deuda pública. En segundo lugar, con un 21%, tenemos los entrusted loans, que son créditos entre empresas. Estos no se consideran préstamos bancarios y se han utilizado, en buena parte, para conceder créditos con un tipo de interés (y un riesgo) elevado, aunque conviene matizar que aquí el shadow banking actúa como simple intermediario para facilitar la operación y, por tanto, no asume ningún riesgo, como mínimo, de forma directa. Les siguen con un 10% del total los trust loans, préstamos ofrecidos por instituciones financieras del sector informal.

En teoría, la expansión del sector bancario informal podría ser positiva si ayudase a diversificar los riesgos financieros. Sin embargo, este no ha sido el caso en China ya que las actividades del shadow banking se han canalizado hacia vehículos y prácticas financieras con un elevado riesgo, y muchas veces con la participación del sector bancario formal. Así, por ejemplo, un 15% de los WMP han sido comprados por bancos del sector formal en el mercado interbancario, porcentaje tan solo del 3% a finales de 2014. Un elemento inquietante a tener en cuenta es que muchos bancos tradicionales, con la ayuda del shadow banking, han reclasificado préstamos, muchos de ellos dudosos, en otros productos financieros que requieren provisiones mucho menores. Como dichos préstamos reclasificados presentan, en realidad, un riesgo elevado que no ha sido provisionado adecuadamente y los bancos no han logrado, en buena parte de los casos, transferir el riesgo, esta práctica podría generar tensiones importantes en el sistema financiero. De hecho, según Bloomberg, se calcula que estos «préstamos en la sombra» representaban el 15% del PIB en junio de 2016. Los bancos comerciales regionales pequeños y medianos han sido especialmente proclives a abusar de las malas praxis y de ahí la reciente intervención de los reguladores chinos para limitar la exposición de dichos bancos a los WMP.

1. El shadow banking, que significa «banca en la sombra» en inglés, es el con­­junto de entidades financieras, infraestructura y prácticas que sustentan operaciones financieras que ocurren fuera del alcance de las entidades reguladoras.

2. Otras estimaciones más conservadoras, realizadas por The Economist, lo sitúan alrededor de 40 bi­­llones de yuanes.

3. Véase el Focus «El sistema financiero chino: ¿un gigante con pies de ba­­rro?» del IM11/2016 para más detalles sobre los wealth management
pro­­ducts
(WMP).

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