EUR/JPY
Las perspectivas del yen frente al euro para los próximos trimestres son de estabilidad general, aunque con un sesgo ligeramente favorable a la divisa japonesa. Las expectativas económicas para 2025 son algo mejores en Japón, y el Banco de Japón está endureciendo su política monetaria cuando el BCE está recortando los tipos de interés. No obstante, aunque el diferencial de tipos nominales a corto plazo sea favorable al yen, la principal fuerza directora de la divisa nipona (tanto frente al euro como frente al dólar) está siendo el diferencial de tipos reales a largo plazo. Este se debería mantener estable en un entorno al que, a las dinámicas monetarias, habría que añadir la diferente normalización de la inflación de ambas geografías (acelerándose en Japón y desacelerándose en Europa).
- Las perspectivas del yen frente al euro para los próximos trimestres son ligeramente favorables a la divisa japonesa, dadas unas expectativas económicas levemente mejores para Japón, y a que el Banco de Japón está endureciendo su política monetaria cuando el BCE está recortando los tipos de interés.
- No obstante, aunque este diferencial de tipos nominales a corto plazo sea favorable al yen, la principal fuerza directora de la divisa nipona, tanto frente al euro como frente al dólar, está siendo el diferencial de tipos reales a largo plazo.
- Las perspectivas para este último diferencial apuntan a estabilidad en el tipo de cambio de los próximos meses, aunque sin llegar a lastrar al yen.
- Por el lado de los precios: es cierto que la reaceleración de la inflación y del crecimiento salarial en Japón los últimos meses ha hecho aumentar la inflación cotizada a largo plazo. Aun así, los determinantes de largo plazo de los precios, como el envejecimiento poblacional o el bajo crecimiento potencial, se mantienen, de modo que no esperamos ver un repunte sostenido de las expectativas de los inversores para la inflación nipona a largo plazo. En la eurozona, por su parte, las perspectivas de inflación a largo plazo se mantienen estables en los últimos 6 meses en un entorno de paulatina desinflación hacia el 2%.
- Por el lado de los tipos nominales a largo plazo: el diferencial también debería mantenerse estable. Ambas economías tienen un reducido crecimiento potencial, lo que no debería alterarse en los próximos trimestres. El riesgo de duración, también llamado prima por plazo, no obstante, sí puede ser algo más elevado en Europa, dada la incertidumbre política en varios países del núcleo y a que afronta un mayor riesgo de una guerra comercial con EE.UU. Esta fuerza sí podría dar algo de soporte al euro sí se produce un nuevo repunte de tipos en las economías desarrolladas.