EUR/JPY

El JPY, que acumula una fuerte depreciación desde la pandemia de COVID, continúa aún muy lastrado por su principal fuerza depreciadora: un elevado diferencial de tipos entre Japón y el resto de las economías desarrolladas.

25 de marzo de 2024
EUR/JPY
  • El JPY, que acumula una fuerte depreciación desde la pandemia de COVID, continúa aún muy lastrado por su principal fuerza depreciadora: un elevado diferencial de tipos entre Japón y el resto de las economías desarrolladas. Sin embargo, estimamos que este año ese diferencial empiece a cerrarse a medida que los bancos centrales, en especial Fed y BCE, comiencen a bajar tipos, y de que el Banco de Japón (BoJ) paulatinamente normalice su política monetaria. De hecho, en su última reunión ya tomó los primeros pasos, eliminando la política de control de la rentabilidad de la deuda soberana (YCC, por sus siglas en inglés), y dejando atrás los tipos de interés de negativos, llevando la referencia del –0,1% al 0%. 
  • Sin embargo, los incentivos para el BoJ de mantener la política monetaria todavía acomodaticia no han desaparecido del todo. Principalmente, la inflación ha dejado ya de aumentar y las medidas de inercia no apuntan a un rebote generalizado de los precios. Además, las tasas de crecimiento de la actividad son todavía magras, con lo cual el BoJ no se ve en ninguna prisa para tomar medidas restrictivas de manera apresurada. Sumado a ello, desde el BoJ se han comprometido a mantener la compra de bonos soberanos al mismo ritmo que el actual, lo que no supone un cambio en el balance del banco de central y ejerce una presión a la baja en las rentabilidades soberanas. Estas bajas rentabilidades, junto con unos bajísimos tipos de interés, han llevado a los inversores japoneses a buscar rendimientos más atractivos en el extranjero, suponiendo una presión adicional bajista importante sobre el yen. Y mientras los bancos centrales de las demás economías recorten tipos de manera paulatina, los activos extranjeros continuarán siendo más atractivos.
  • Todo ello nos lleva a estimar que el yen pueda fortalecerse ligeramente este año, pero cualquier apreciación estará más sujeta al otro lado de la ecuación: BCE.
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