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El encarecimiento de la energía y su impacto en la industria manufacturera: ¿a qué sectores está afectando más?

El encarecimiento de los precios energéticos a lo largo de 2021 como consecuencia de la confluencia de un intenso repunte en la demanda global de energía (debido a la reactivación del ciclo económico) y cierta debilidad de la oferta (debido a problemas geopolíticos y del cambio del modelo energético hacia los combustibles no fósiles) han provocado un shock energético mundial. En 2022, el contexto geopolítico está añadiendo presión adicional sobre los precios internacionales del gas y del petróleo, lo que podría incrementar el impacto, ya relevante, de la factura energética sobre la industria española. En este artículo tratamos de conocer el impacto concreto del encarecimiento energético en la industria manufacturera, analizando qué subsectores están viéndose más afectados y en qué medida están expuestos a presiones más sostenidas sobre los precios de la energía. 

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La industria manufacturera, gran consumidora de energía

En primer lugar, debemos considerar cómo consumen energía los diferentes sectores y agentes en la economía española. La encuesta de flujos físicos de la energía proporciona información útil sobre el consumo de energía, desagregado por tipo de energía y por sector de actividad. En este caso, se analiza el consumo de energía eléctrica, gas natural y petróleo, que son los tres productos cuyos precios están experimentando mayores incrementos en la coyuntura actual.7 Tal y como se refleja en los gráficos de la siguiente página, el conjunto de la industria manufacturera destaca por ser el principal consumidor de energía de estas tres fuentes, sumando algo más de la mitad de la energía total, muy por delante de las industrias de suministro de energía, que consumen el 64% del gas natural consumido en España para la generación de electricidad, y los hogares, consumidores del 26% de la energía eléctrica. Otros sectores de gran calado en la economía española, como los servicios HORECA, muy ligados a un sector clave como es el sector turístico, o el transporte de mercancías, gran consumidor de derivados del petróleo, quedan muy lejos del consumo energético de la industria manufacturera. Esto nos ayuda a contrastar que, efectivamente, el consumo energético de la industria es muy elevado y, por ende, los precios de la energía son claves para su desarrollo.

  • 7. Según el índice de precios industriales (INE) de febrero de 2022, el precio del suministro de gas creció un 99% inter-anual, el de productos de refino de petróleo un 59% y el de suministro de electricidad un 62%.

Consumo energético de petróleo, gas y electricidad de empresas y hogares

Última actualización: 11 abril 2022 - 16:25

Consumo de la industria manufacturera según tipo de energía

Última actualización: 11 abril 2022 - 16:26
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El consumo de las tres fuentes de energía –petróleo, gas y electricidad– no es homogéneo dentro del sector. Por ejemplo, dentro del petróleo total consumido en la industria manufacturera, el 95% recae sobre la propia industria del refino del petróleo, que lo utiliza principalmente como input en su producción para generar derivados (dos tercios de su consumo es petróleo crudo). Este tipo de idiosincrasias no se dan en el resto de los sectores manufactureros, por lo que la exposición de cada sector a los precios de las tres utilities es muy diferente. Así se muestra en el gráfico de la página siguiente, donde se puede observar que existe una gran variabilidad en el tipo de productos energéticos que consume cada industria, aunque sí existe una mayor presencia de industrias más intensivas en consumo de energía eléctrica. También destacan algunas industrias donde se consumen más otro tipo de productos energéticos como es el caso de la industria del plástico, con un gran peso de energía térmica, o los casos de las industrias de muebles, la maderera y la del papel, donde destaca el consumo de madera para fines energéticos (es decir, la quema de residuos de madera), además de para fines productivos.

Existe una gran variabilidad en el tipo de productos energéticos que consume cada industria, aunque sí existe una mayor presencia de industrias más intensivas en consumo de energía eléctrica.

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Fuente: CaixaBank Research, a partir de datos del INE.
El alza de los precios de la energía presiona los precios de producción

El uso intensivo de productos energéticos ha dejado a la industria manufacturera muy expuesta al shock energético actual. Uno de los principales efectos de este shock ha sido la traslación a los precios de la producción industrial por parte de algunos subsectores que han mostrado cierta capacidad para subir los precios de sus productos ante este aumento en sus costes. Así, el índice de precios de industriales (IPRI), que elabora mensualmente el INE, registró un incremento del 10% en 2021 en los precios de la industria manufacturera, la mayor tasa desde 1985. Además, las tasas interanuales presentaron una tendencia claramente alcista a lo largo del año, en línea con la intensificación del shock energético en los meses más recientes, cerrando en diciembre con un avance del 15,5%. Cabe señalar que este repunte de precios industriales se está dando a escala global, por lo que no se ha traducido en una preocupante o significativa pérdida de competitividad internacional de la industria española.

La refinería, la metalúrgica y la química han sido las industrias que han experimentado un mayor repunte en los precios de sus productos.

No obstante, para comprender bien cuál es el impacto del shock energético en cada industria, no es suficiente con saber qué tipos de energía consumen, si no que debemos analizar el peso que tiene el consumo de energía dentro de su estructura de costes. Para ello, recurrimos a las tablas de origen-destino (tablas input-output) que elabora el INE, donde podemos calcular qué porción de los ingresos de cada industria se dedica a pagar los consumos intermedios de energía, desagregado por ramas industriales.8  

  • 8. Las estadísticas de tablas input-output del INE corresponden al año 2018. Para este análisis se consideran los productos: Coque y productos del refino de petróleo, Consumo de energía eléctrica, vapor y aire acondicionado y Consumo de gas manufacturado.
La industria auxiliar de la construcción, la metalúrgica, la papelera y la refinería son las mayores consumidoras de energía

Los resultados de este análisis apuntan a que el gasto en inputs energéticos supone un 4,1% de los ingresos totales de la industria manufacturera (producción a precios de venta). A priori, esta cifra no evidenciaría que la energía es un factor de producción que arrastra una parte excesiva de los recursos del sector. No obstante, hay cinco ramas industriales (la química, la metalurgia, la petrolera, la del papel y la auxiliar de la construcción) que sí presentan una dependencia de la energía relativamente elevada, que va desde el 7,2% (la química) hasta el 13,6% (la de auxiliar de la construcción). Estas industrias más expuestas estuvieron más presionadas a incrementar los precios de venta de su producción ante las alzas en los precios de la energía vividos en 2021, tal y como se puede observar en el gráfico de dispersión, donde, si excluimos el caso de la industria auxiliar de la construcción, la correlación entre el incremento de precios industriales y el peso del consumo energético presentan una correlación positiva muy clara. En el caso concreto de la industria auxiliar de la construcción (fabricantes de cementos y otros minerales no metálicos), la gran exposición a la energía no se ha transmitido a precios debido a que buena parte de las ventas del sector se efectuaron con precios pactados a inicios de 2021, si bien, para 2022, el incremento de precios de venta debería hacerse efectivo.

Peso del consumo energético

Última actualización: 11 abril 2022 - 16:27
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Fuente: CaixaBank Research, a partir de datos del INE.

Si bien este ejercicio es muy ilustrativo, el contexto que estamos viviendo en 2022, con las presiones que está generando la guerra en Ucrania sobre los precios de la energía, nos empuja a dar un paso más a la hora de entender las presiones que podría sufrir cada sector industrial a incrementar precios, sacrificando parte de su demanda y buscando salvaguardar sus márgenes. Para ello, hacemos un análisis de la sensibilidad de los resultados económicos del sector a un incremento de los precios del suministro de gas, de electricidad y de los precios del petróleo en España. Así, ya no solo tenemos en cuenta el peso de la energía en los factores de producción, sino también el peso que tiene en la estructura de costes total, incluyendo la remuneración de asalariados. Para ello, cruzamos los resultados de exposición al consumo de energía que hemos extraído anteriormente de las tablas input-output con los datos de contabilidad nacional de cada industria disponibles para el año 2019. Esto nos permite analizar cómo variaría el excedente bruto de explotación (EBE) de cada industria en un escenario de incremento de costes debido a mayores precios de la energía, en el caso hipotético de que no ajustasen sus precios de venta.9 Concretamente, para este ejercicio asumimos un incremento anual de los precios de la energía del 50% en gas, petróleo y electricidad, similar a lo observado en 2021.10  

  • 9. El excedente bruto de explotación es igual a la producción a precios de mercado, menos el total de coste de los consumos intermedios, remuneración de asalariados y pago neto de impuestos. Se puede tomar como una aproximación de los beneficios del sector.
  • 10. A cierre de 2021, el aumento de los precios de la energía en España fue de un 60% del petróleo (Brent), un 47% y un 53% en los precios de comercialización de gas y electricidad, respectivamente.

Sensibilidad del excedente bruto de explotación

Última actualización: 11 abril 2022 - 16:28

Según nuestros resultados, en el escenario de incremento de los precios energéticos definido, el EBE de la industria manufacturera caería un 17% si no se ajustasen los precios a los precios de venta, lo cual revela que la industria sufre una presión evidente de los precios de la electricidad, gas y petróleo sobre sus márgenes y, por ende, sobre sus precios de venta. Tal y como se observa en el gráfico de la página anterior, los sectores más expuestos a los precios de la energía identificados anteriormente también sufren importantes presiones sobre su EBE. En este caso, la industria más destacada es la del refino de petróleo, que, si no transmite el shock a los precios de venta, vería cómo sus márgenes pasarían a ser negativos (caída de más del 100% de su EBE), lo que indica la necesidad de la industria de ajustar precios al máximo ante cambios en los precios del gas y el petróleo, algo que, por otro lado, es capaz de hacer gracias a la baja elasticidad de su demanda. Una de las conclusiones clave de este análisis es que, además de que el impacto promedio es elevado, solo un tercio de los sectores industriales revela una sensibilidad contenida de sus beneficios ante un endurecimiento de los precios energéticos, con el caso de la industria farmacéutica como sector menos expuesto a los costes de la energía. 

Solo un tercio de los sectores industriales revela una sensibilidad contenida de sus beneficios ante un endurecimiento de los precios energéticos.

En balance, parece claro señalar que la industria manufacturera está apreciablemente expuesta a incrementos en los precios de la energía. Según nuestro análisis, la industria metalúrgica, la química y la refinería (12% de la producción manufacturera en España) son industrias muy expuestas al shock energético que, además, han sido las que más están repercutiendo el encarecimiento de la factura energética actual sobre sus precios de venta, aprovechando que disfrutan de demandas relativamente inelásticas a corto y medio plazo. 

Por otro lado, existen una serie de industrias donde el encarecimiento de los productos energéticos está teniendo un gran impacto en sus beneficios y que aún no han repercutido esos mayores costes sobre sus precios, pero que esperamos que lo hagan a lo largo de este año. Se trataría de sectores tales como la industria auxiliar de la construcción (de hecho, es una reivindicación frecuente del sector), la maderera y la industria del papel. En este caso, estos sectores suponen entre el 20% y el 25% del total de la actividad de la industria manufacturera.

En el extremo opuesto se encuentran aquellas industrias cuyo consumo energético parece algo menor, como pueden ser los casos de fabricación de productos electrónicos e informáticos, la industria farmacéutica o la industria textil, entre otras. En este caso, las presiones sobre los precios de la energía no deberían impactar de manera directa sobre los precios de venta de estas industrias, si bien, es esperable que exista cierto efecto contagio debido al encarecimiento de otros productos intermedios industriales que vengan de industrias más afectadas por los precios de la energía.

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