El sector agroalimentario continúa siendo uno de los principales motores de las exportaciones españolas.5 En 2024, España exportó más de 36,2 millones de toneladas de productos agroalimentarios, por un valor de 74.231 millones de euros, lo que representa el 20,5% del volumen y el 19,3% del valor total de bienes exportados. Estos datos consolidan a España como una potencia global en exportación agroalimentaria.

En el contexto europeo, España ocupa la cuarta posición tanto en volumen como en valor, con un 7,7% y un 10,2% del total, respectivamente, por detrás de Países Bajos, Alemania y Francia, pero por delante de Italia.

A nivel mundial, según datos de la Organización Mundial del Comercio (OMC) de 2023 (último año disponible), España se posiciona en el octavo lugar en términos de valor, con una cuota del 3,4% del total, muy por encima de otras categorías como el comercio de mercancías, que representa solo el 1,8%. Además, esta ha experimentado un ligero incremento de 1 décima respecto al promedio del periodo 2014-2019. Solo tres países han logrado aumentar su cuota en ese intervalo y, entre los europeos, únicamente Italia ha registrado una mejora superior, en contraste con la pérdida observada en grandes potencias como Alemania, Francia y Países Bajos.

En términos de la balanza comercial, el sector agroalimentario español acumula casi tres décadas (desde 1996) de superávits, lo cual muestra su clara orientación exportadora. En 2024 el superávit alcanzó los 18.449 millones de euros, lo que equivale al 1,2% del PIB, un registro superior a los de antes de la pandemia (0,9% del PIB en promedio en 2014-2019), pero algo inferior a las extraordinarias cifras de 2020-2021 (1,5% del PIB).

A la vista de los datos más recientes, las exportaciones agroalimentarias españolas prolongan la senda positiva iniciada el pasado año. Así, en el 1S 2025 crecieron un 5,0% interanual en volumen y un 5,6% en valor, hasta 37,1 millones de toneladas y 76.371 millones de euros en el acumulado de 12 meses hasta junio, respectivamente. Se trata de tasas de crecimiento que, en ambos casos, superan ampliamente las de las exportaciones totales de bienes en el mismo periodo (–2,5% en volumen y 1,0% en valor). De este modo, las exportaciones agroalimentarias superan los registros prepandémicos (promedio de 2014-2019), tanto en volumen (+8,7%) como, sobre todo, en valor (+69,6%).

Esta buena evolución refleja la recuperación de la producción tras los años de sequía y tiene el mérito de hacerlo en un contexto internacional complejo, marcado por la incertidumbre derivada de las tensiones geopolíticas y la amenaza arancelaria de EE. UU., que han dado lugar a un aumento del proteccionismo global y un retorno al bilateralismo, en detrimento del papel central que la OMC ha desempeñado en las relaciones comerciales internacionales durante las últimas décadas. Tal y como veremos en el artículo «Las exportaciones agroalimentarias en 2025: resistencia al tsunami proteccionista» de este mismo informe, el sector agroalimentario español debe afrontar la tesitura actual mediante la búsqueda de mercados alternativos y, en el marco de la UE, a través de acuerdos bilaterales.

En términos de valor, las exportaciones agroalimentarias han mostrado un tono positivo casi generalizado a lo largo del 1S 2025: solo anotan caídas cuatro grupos de productos, que representan el 12,5% del valor total. Entre ellos se encuentran los aceites y las grasas, cuyas exportaciones se reducen un 15,3% interanual a causa de la fuerte caída de los precios, pero crecen un 5,9% en volumen, gracias a la fuerte recuperación de la producción.6  También de forma positiva sobresalen el cacao y las semillas oleaginosas, que aumentan un 67,7% y un 32,6% interanual, respectivamente, en sintonía con la presión alcista de los precios internacionales.

Las frutas también muestran una tendencia alcista, pues en el 1S 2025 crecen tanto en valor (13,3%) como en volumen (2,1%). En todo caso, el de las frutas es el único de los principales grupos agroalimentarios que aún no ha recuperado los niveles de exportación en volumen del promedio 2014-2019 (se encuentra un 9,2% por debajo).

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Por destinos, nuestros socios de la eurozona, que son, a la postre, nuestros principales clientes (reciben alrededor del 63,0% de nuestras exportaciones agroalimentarias), son los responsables de gran parte del crecimiento acumulado (aportan 5,2 puntos), sobre todo Alemania, Portugal y, en menor medida, Francia e Italia.

Fuera de la eurozona, destaca el papel de Marruecos, que se convierte en el segundo país que más ha contribuido al crecimiento de las exportaciones agroalimentarias españolas (solo por detrás de Portugal), a pesar de que tan solo ocupa el noveno lugar –el segundo no europeo, por detrás de China– en el ranking de destinos (véase el gráfico de la página siguiente). Gracias al extraordinario crecimiento de los últimos años de las exportaciones al país, Marruecos ha ganado 1,3 puntos de cuota hasta el 2,4% del total y ha desalojado a EE. UU. del top 10 de destinos. Por el lado negativo, cabe mencionar las exportaciones al Reino Unido, que se derrumbaron tras el brexit (–14,4% acumulado desde 2021) y perdieron 1,4 puntos de cuota desde 2014-2019, si bien sigue siendo el primer destino fuera de la eurozona del top 10.

Como ya se ha mencionado, el primer destino no europeo de nuestras exportaciones agroalimentarias es China. Después de los extraordinarios ritmos de crecimiento de las ventas a aquel país en 2019 y 2020, motivados fundamentalmente por el impacto de la peste porcina africana sobre la cabaña china,8 las tasas se han normalizado (en el 1S 2025 han crecido un 4,7% interanual) y su peso ha aumentado hasta el 2,5% (0,1 p. p. más que en el promedio 2014-2019).

El siguiente país no europeo en el ranking es EE. UU. En este caso, el empuje de las exportaciones españolas que se venía observando en los últimos años, sobre todo de aceites, legumbres y hortalizas (véase el siguiente gráfico), puede verse quebrado por la política arancelaria de la Administración Trump.9 De todos modos, el impacto de la subida de aranceles parece asumible por parte de la economía española en su conjunto10 y por el sector agroalimentario en particular, si bien es cierto que hay algunos productos potencialmente más expuestos, como veremos a continuación.