La respuesta solidaria tras la DANA de Valencia
En este cuarto y último artículo del Dossier "Solidaridad en España: radiografía de una sociedad comprometida", analizamos, en colaboración con la Universidad Pompeu Fabra, el cambio en el volumen agregado y en el número de donativos que se realizaron tras la DANA a través de la operativa bancaria de CaixaBank para entender cómo fue la respuesta solidaria a las inundaciones.
El 29 de octubre de 2024, la Comunidad Valenciana sufrió una de las peores catástrofes naturales de su historia. Una depresión aislada en niveles altos, cuyas siglas tristemente ya forman parte del vocabulario de todos, provocó lluvias torrenciales, desbordamientos y graves inundaciones, destruyendo a su paso viviendas, negocios, y cobrándose la vida de más de 200 personas. Miles de servidores públicos se movilizaron para ayudar ante la catástrofe, uniéndose a la extraordinaria respuesta ciudadana y asociativa.1 Sin duda, todos tenemos grabadas las imágenes de hombres y mujeres cruzando el Turia, achicando el agua de las casas, batallando con el barro a golpe de pala y cepillo, y avituallando a los voluntarios con agua y alimentos.
Desde el primer momento, en CaixaBank Research pudimos analizar el impacto de la DANA desde el punto de vista económico. A partir del seguimiento del consumo en la zona más afectada por las inundaciones, seguimos la recuperación y constatamos su desigualdad; hoy todavía quedan zonas y comercios que no han vuelto plenamente a la normalidad.2 Con el paso del tiempo, hemos sido capaces de comprender también la reacción solidaria de los ciudadanos a una emergencia de esa magnitud, a partir de sus aportaciones monetarias. En particular, hemos estudiado, en colaboración con la Universidad Pompeu Fabra, el cambio en el volumen agregado y en el número de donativos que se realizaron tras la DANA a través de la operativa bancaria de CaixaBank, de forma debidamente anonimizada.3 Para ello, en este análisis separaremos la variación en recaudación a oenegés cuya actividad se concentra en el territorio español, y que podían movilizar recursos in situ de forma más expeditiva (por lo general, las organizaciones de mayor envergadura y conocimiento del público, y las que más rápidamente tuvieron la capacidad de implementar campañas de captación de donativos)4 de aquellas cuya actividad se focaliza principalmente fuera de España.5 Asimismo, comparamos la reacción solidaria de los donantes en función de la distancia de su lugar de residencia respecto al epicentro de las inundaciones. Este primer análisis descriptivo es complementario a otro análisis académico en curso, más focalizado en cómo el distinto grado de altruismo de las personas impacta en la reacción solidaria tras un desastre natural, y que publicaremos próximamente.6
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Véase, por ejemplo, la respuesta del sector asociativo ante la DANA: «El papel de las fundaciones ante la DANA: solidaridad, reconstrucción y futuro», Asociación Española de Fundaciones (AEF).
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Véanse los Focus «Impacto económico de las inundaciones en la provincia de Valencia» en el IM12/2024, «Situación económica en la provincia de Valencia seis meses después de la DANA» en el IM06/2025 y «Situación económica en la provincia de Valencia un año después de la DANA» en el IM11/2025.
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Véase el artículo «Los donativos en España: cómo y a qué causas donan los españoles», en este mismo Dossier, para más detalle sobre las características de los datos.
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Es de recibo mencionar entre ellas la campaña llevada a cabo por los equipos de Acción Social de CaixaBank entre los clientes y empleados de la entidad.
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Los datos no permiten analizar los donativos dirigidos estrictamente a la catástrofe de la DANA, sino solo diferenciar entre entidades con actividad de carácter preminentemente local o internacional.
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Presentaremos el artículo «Universalist preferences and natural disasters: a view from bank accounts» en la conferencia de la American Economic Association que se celebrará en Philadelphia en enero de 2026.
La primera conclusión del estudio es que los españoles reaccionaron de manera muy solidaria a la catástrofe: la recaudación de las entidades benéficas aumentó en un 18% interanual en noviembre, comparado con el 4,4% registrado en los meses anteriores. En particular, las oenegés que operan en el territorio español registraron un aumento del 45% en noviembre. Se trata de una cifra muy superior al +7% interanual que percibieron de enero a octubre, y destaca todavía más ante la caída que anotaron los donativos a oenegés que trabajan en el ámbito internacional (un –1,4% interanual en noviembre vs. un +3,4% de enero a octubre). Un fenómeno similar, aunque menos acusado, se observa al analizar el número de donativos. Este aumento, concentrado en oenegés locales, es el mismo que encontramos utilizando técnicas estadísticas más sofisticadas que permiten identificar la excepcionalidad de la ola de solidaridad que surgió a raíz de la DANA. Concretamente, estimamos una regresión de diferencias-en-diferencias del donativo promedio a nivel de distrito censal y en la que controlamos por variables sociodemográficas (edad, ingresos, etc.), por la distancia del epicentro de la DANA o por si se encuentra en un área con riesgo elevado de inundación.
El pico de solidaridad observado en noviembre, sin embargo, parece diluirse con rapidez. En diciembre, la recaudación de donativos para causas locales aumentó incluso menos que en el periodo de enero a octubre, indicando que el incremento de la recaudación que normalmente observamos el último mes del año posiblemente se anticipó a noviembre para dar apoyo a los damnificados por la DANA. Este fenómeno (el marcado aumento de los donativos en las pocas semanas siguientes a la catástrofe y el rápido descenso posterior) sugiere que la respuesta solidaria ante una emergencia es intensa pero breve.
Por otro lado, la proximidad geográfica a un desastre también influye sobremanera en la reacción solidaria. Las personas cuya residencia se hallaba a una menor distancia de las áreas inundadas incrementaron más sus aportaciones que aquellas que residían más lejos (excluyendo las áreas muy cercanas, seguramente ellas mismas afectadas por la catástrofe, aunque en menor medida). Los residentes en áreas situadas entre 100 y 200 kilómetros de la zona cero, en su mayoría dentro de la Comunidad Valenciana, aportaron un 83% más a causas locales que en el mes de noviembre del año anterior, y redujeron en un 4,6% interanual sus donativos a oenegés que operan mayoritariamente en el extranjero. El aumento fue significativo, pero menor, en las áreas a más de 300 kilómetros de distancia, con incrementos de alrededor del 40% y el 50%. Este resultado muestra cómo el altruismo o la empatía de las personas puede resultar mayor hacia las comunidades más cercanas al desastre, un fenómeno conocido en la literatura económica como «particularismo» o «moral comunal».
Finalmente, los donantes esporádicos fueron los que más reaccionaron a la catástrofe de la DANA, con un aumento de donativos a causas locales superior al 250% en noviembre de 2024. Los donantes regulares (aquellos que donan tres o más veces al año) también incrementaron sus aportaciones, aunque en menor medida (+27%). La razón más probable es que, como explicamos en el artículo anterior, sus contribuciones ya eran más elevadas, representando el 55% del incremento de la recaudación a causas locales (frente al 45% de los esporádicos).