La inflación general subió modestamente, después de tres meses cayendo, hasta el 2,4%, mientras que la núcleo se mantuvo sin cambios en el 2,8%, por tercer mes consecutivo. Estos datos se han comportado prácticamente en línea con lo esperado (2,5% para la general y 2,9% para la núcleo) y no modifican las tendencias que veníamos observando: tras unos meses cayendo, parece que tanto la inflación general como la núcleo están encontrando cierta resistencia para seguir descendiendo pero, de momento, no hay un cambio de tendencia.
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La inflación general descendió hasta el 2,0% en mayo (0,2 p. p. menos que en abril) y la inflación subyacente cayó hasta el 2,2% (0,2 p. p. menos que en abril). El INE ha revisado al alza el dato de inflación general y el de inflación subyacente en 1 décima. El dato de mayo está marcado por la corrección de los precios turísticos, permitiendo así que la inflación subyacente retome su tendencia a la baja después del repunte provocado en abril por la Semana Santa.
La inflación general subió 2 décimas en junio hasta situarse en el 2,2% y la inflación subyacente se mantuvo en el 2,2%, según el indicador adelantado del IPC publicado por el INE. El aumento del indicador general responde a la subida del precio de los carburantes y, en menor medida, de los alimentos y las bebidas no alcohólicas. Así, el indicador general registra un leve repunte después de tres meses de bajadas, mientras que el indicador subyacente se mantiene estable. El dato de inflación subyacente se encuentra en el rango esperado por CaixaBank Research, mientras que el de inflación general se encuentra ligeramente por encima.
La inflación general de la eurozona fue del 2,0% interanual en junio (+0,1 p. p. respecto a mayo), mientras que la núcleo se mantuvo en el 2,3%. Estas cifras fueron según lo esperado y remarcan que la inflación está virtualmente en el objetivo del 2%. Así, facilitan que, en un entorno incierto, con riesgos tanto desinflacionistas como inflacionistas, el BCE mantenga un mensaje de paciencia y no modifique los tipos de interés en su próxima reunión del 24 de julio.
El INE revisa el dato de inflación general 1 décima al alza hasta el 2,3% en junio (0,3 p. p. más que en mayo), pero mantiene el de inflación subyacente en el 2,2%. El dato de junio está marcado por el incremento de los precios de los carburantes y, en menor medida, de los alimentos no elaborados. Por otro lado, la inflación subyacente se mantuvo estable.
La inflación general de EE. UU. subió en junio 0,3 p. p. hasta el 2,7% interanual (2,4% en mayo), mientras que la inflación núcleo, que excluye alimentos y energía, repuntó 0,1 p. p. hasta el 2,9%, tras haber estado estancada en el 2,8% los tres meses previos. La desagregación por componentes muestra que el incremento de la inflación se debió, en parte, a un repunte de los precios energéticos, a un estancamiento de los servicios que se resisten a bajar y a un ligero repunte de los bienes, partida en la cual se esperaría que empezara a notarse el aumento de los costes por los mayores aranceles. Sin embargo, una desagregación adicional muestra cómo el incremento de precios de bienes no ha sido generalizado y, de momento, se limita a una serie de categorías. No obstante, conviene mantener la cautela, ya que el mayor impacto podría empezar a notarse tras el verano y, por lo tanto, anticipamos que la Fed dejará los tipos de interés sin cambios en su reunión de finales de julio.
La inflación de julio evolucionó según lo previsto. Si bien la inflación subyacente avanzó una décima, apoyada en la recuperación de la demanda doméstica, la caída del precio de los carburantes ha mantenido estancada la inflación general.
La tasa de inflación se va recuperando de acuerdo con lo esperado.
En agosto, la notable bajada del precio del petróleo arrastró la inflación general a terreno negativo, tras solamente dos meses en positivo.
Sorprende que la tasa de inflación se mantenga estable: la inflación debería haberse situado en niveles inferiores a nuestra previsión debido a la recaída del precio del petróleo, pero se vio compensada por el aumento del precio de los alimentos frescos y de los bienes industriales no energéticos.
En septiembre, la tasa de inflación se redujo más de lo previsto, empujada por la caída del precio de los carburantes y la electricidad.
El IPCA se sitúa en terreno negativo debido a la importante reducción en el precio de la energía (del 8,9%), algo mayor de lo esperado, prolongando los efectos ya observados en el mes anterior.
En octubre, la tasa de inflación avanzó según lo previsto. Se espera que dicho avance se deba al comportamiento de los carburantes y lubricantes, cuyos precios habrían caído menos que en 2014.
El avance de la inflación en octubre, acorde con lo previsto, fue consecuencia de que la bajada de los precios de los carburantes y los lubricantes fue menor que la registrada en el mismo mes de 2014.
En noviembre, la tasa de inflación se recuperó según lo previsto. Se espera que el avance se deba al comportamiento de los carburantes y lubricantes, cuyos precios habrían caído menos que en octubre.
La inflación se estabilizó en el 0,1% como resultado de la actuación de dos fuerzas opuestas, que se compensaron entre sí.
El incremento de la inflación en noviembre, acorde con el dato avanzado, fue resultado de que el descenso de los precios de los carburantes y los lubricantes fue menor que el registrado en octubre.
En diciembre, la tasa de inflación siguió recuperándose, resultado de la caída más atenuada de los precios de la energía en términos interanuales. Este avance de la inflación fue, sin embargo, menor de lo esperado, ya que en diciembre el precio del petróleo acabó cayendo más de lo previsto.
La inflación se estabilizó en el 0,2% como resultado de la actuación de dos fuerzas opuestas, que se compensaron entre sí.
El aumento de la inflación en diciembre, que coincide con el dato avanzado por el INE, fue resultado de una caída de los precios de la energía más suave que en noviembre en términos interanuales.