La inflación de EE. UU. cayó 1 p. p. en junio hasta el 3%, un nivel no visto desde marzo de 2021 y que se ubica ligeramente por debajo de lo esperado por el consenso de analistas. A diferencia de otros meses, el descenso de la inflación en junio no fue causado solamente por unos menores precios energéticos, pues la inflación núcleo descendió 0,5 p. p., o por efectos base, pues el aumento intermensual desestacionalizado tanto del IPC general como núcleo fue del 0,2%, consistente con una evolución interanual del 2%. De hecho, los signos de desinflación fueron visibles en la mayor parte de la cesta, con caídas en importantes partidas subyacentes, como los costes de la vivienda (shelter), con gran peso en la cesta, o en los vehículos usados. Pensamos que el dato de junio va en la dirección que desea la Reserva Federal, pero no es suficiente como para persuadir al banco central para no subir sus tipos de interés oficiales en la próxima reunión de finales de julio, o ni tan siquiera moderar el tono hawkish sobre la trayectoria de la política monetaria.
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La inflación general tuvo un ligero repunte en julio, emplazándose en el 2,3% (1,9% en junio), según el indicador adelantado del IPC publicado por el INE. La subida en la tasa de inflación con respecto a junio (+ 0,4 p.p.) se ha debido a la subida de los precios de los carburantes y a un aumento algo más fuerte de lo esperado de la inflación subyacente (que excluye energía y alimentos no elaborados). Así, la inflación subyacente se ha situado en el 6,2% en julio (5,9% en junio), interrumpiendo un ciclo de 4 meses consecutivos con descensos desde su pico del 7,6% en febrero. En conjunto, los datos de inflación general y subyacente conocidos hoy se han situado ligeramente por encima de lo esperado por CaixaBank Research.
La eurozona ha logrado evitar una recesión hasta el momento, al crecer un 0,3% en el 2T 2023, con respecto al trimestre anterior, mientras el crecimiento del 1T se ha revisado al alza, del -0,1% al 0,0%. Asimismo, el único trimestre en negativo desde el estallido de la guerra en Ucrania fue el 4T 2022, en medio a la crisis energética europea, con una caída intertrimestral del PIB del 0,1%. El resultado del 2T se explica en gran medida por el buen desempeño de Francia (creció un 0,5% intertrimestral vs. 0,1% anterior) y de España, que logra mantener ritmos de crecimiento bastante elevados (0,4% vs. 0,5% anterior). Por su parte, Alemania sigue mostrando una significativa debilidad y su PIB se estancó en el 2T tras dos trimestres consecutivos de contracción (-0,1% en el 2T, revisado al alza, y -0,4% en el 4T 2022). Por su parte, Italia se contrajo en el 2T, tras un extraordinario 1T 2023 (-0,3% vs. +0,6%).
La inflación general repuntó en agosto y se situó en el 2,6% (2,3% en julio), según el indicador adelantado del IPC publicado por el INE. Por su parte, la inflación subyacente (que excluye energía y alimentos no elaborados) se moderó, al situarse en el 6,1% (6,2% en julio). El dato de inflación general conocido hoy se ha situado ligeramente por encima del rango esperado por CaixaBank Research, mientras que el dato de inflación subyacente se sitúa en línea con lo esperado.
La inflación general del conjunto de la eurozona (IPCA) se mantuvo estable en el 5,3% interanual en agosto, mientras que la inflación núcleo (que excluye energía y todos los alimentos) disminuyó hasta el 5,3% interanual. Por componentes, se vio una desaceleración prácticamente general en la inflación, tanto entre los alimentos (procesados del 11,3% al 10,4%, y no procesados del 9,2% al 7,8%) como en los bienes industriales (del 5,0% al 4,8%) y los servicios (del 5,6% al 5,5%). Así, fue la menor caída de los precios energéticos (-3,3% interanual en agosto vs. -6,1% en julio) la que pausó el descenso de la inflación general. En vista de que la energía debe seguir restando a la inflación en los próximos meses, la composición del dato de agosto refuerza un escenario para la eurozona de desinflación gradual pero sostenida, con lo que el dato no debería modificar significativamente los planes del BCE para su próxima reunión de septiembre.
La inflación general repuntó en agosto y se colocó en el 2,6% (2,3% en julio). Este incremento en el indicador vino dado, principalmente, por la evolución del precio de los carburantes. Por su parte, la inflación núcleo se mantuvo inalterada en el 4,8% mientras que los precios de los alimentos avanzaron un 10,1% interanual, 0,3 p.p. menos que en el mes de julio.
La inflación general de EE. UU. aumentó en 0,5 p. p. hasta el 3,7% debido a la subida del precio de los combustibles. Tras unos meses en los que los precios energéticos venían moderándose desde niveles elevados, el precio del barril de Brent aumentó un 16% entre julio y agosto, lo que se acabó trasladando a los componentes energéticos de la cesta de consumo. Por otro lado, la inflación subyacente prosiguió con la tendencia a la baja iniciada el pasado mes de marzo y se situó en el 4,3%, el nivel más bajo desde septiembre de 2021. Prevemos que esta tendencia de los precios subyacentes se mantendrá en los siguientes meses, puesto que la inflación del componente shelter (que incluye los precios de alquileres y pesa un notable 43% de la cesta núcleo) sigue cayendo y suele tener un comportamiento inercial. El dato, por tanto, no supone un cambio de escenario para la Fed en su evaluación de las dinámicas de precios en EE. UU.
La inflación general en España repunta en septiembre, pero la subyacente continúa moderándose
La inflación general repuntó en septiembre por cuarto mes consecutivo colocándose en el 3,5% (2,6% en agosto), según el indicador adelantado del IPC publicado por el INE. Por su parte, la inflación subyacente (excluye energía y alimentos no elaborados) se moderó, al situarse en el 5,8% (6,1% en agosto). El dato de inflación general conocido hoy se ha situado ligeramente por encima del rango esperado por CaixaBank Research (previsión del 3,3%), mientras que el dato de inflación subyacente se ha situado en línea con lo esperado.
La inflación general del conjunto de la eurozona (IPCA) disminuyó hasta el 4,3% interanual en septiembre, mientras que la inflación núcleo (que excluye energía y todos los alimentos) se desaceleró hasta el 4,5% interanual (-0,8 p. p. respecto a agosto). El escalón que ha bajado la inflación en septiembre es notable (-0,9 p. p. respecto a agosto, el mayor descenso desde mayo) y refleja, en parte, la desaparición de efectos base que operaron en verano (subsidios al transporte en verano de 2022 y efectos del reajuste de pesos de la cesta en 2023). Los datos fueron algo mejores a lo proyectado por el consenso de analistas y refuerzan nuestras perspectivas para el BCE en los próximos meses (no volver a subir tipos, sino mantenerlos en los niveles actuales, claramente restrictivos, por un buen tiempo y facilitar así el enfriamiento de la economía necesario para que la inflación termine de bajar al objetivo del 2%).
La inflación de EE. UU. sigue dando muestras de avance hacia el objetivo de la Reserva Federal del 2%, aunque en septiembre lo hizo a un ritmo más gradual de lo que apuntaban los registros en los meses anteriores. De hecho, en términos interanuales la inflación general se mantuvo en el 3,7%, como en el mes anterior, debido principalmente a los elevados precios energéticos. La inflación núcleo, por su parte, descendió 2 décimas, hasta el 4,1%, pero sus dinámicas intermensuales no fueron especialmente positivas. En concreto, en términos intermensuales, la inflación núcleo se mantuvo en el 0,3% y, por componentes, destacó la aceleración de la inflación de los alquileres, con un peso de más del 40% en la cesta núcleo, que se situó en el 0,6% frente al 0,3% del mes anterior.
En diciembre la inflación de EE. UU. aceleró 0,3 p. p. hasta el 3,4% debido, principalmente, al aumento de los precios de la energía y de los alquileres. Más allá de este ligero repunte de la inflación, la dinámica subyacente de los precios continúa siendo positiva y prevemos que la inflación pueda situarse cerca del 2% en 2024, animando así a la Fed a iniciar los recortes de tipos de interés en la primera mitad de año. Ejemplos de estas dinámicas positivas serían el 62% de los componentes de la cesta que exhiben un momentum inferior al 2,5% o los diversos indicadores del mercado de alquiler de vivienda que apuntan a que shelter, con un peso del 35% en la cesta, debería mostrar una marcada desinflación en esta primera mitad de año.
La inflación general descendió hasta el 3,1% en diciembre, un descenso de 0,1 p.p. respecto al registro de noviembre. El INE confirmó los datos avanzados a principios de este mes tanto para este dato como para el de inflación subyacente, que cayó de un 4,5% interanual en noviembre a un 3,8% en diciembre. Esta ligera contención en la inflación general vino dada, principalmente, por una notable moderación en el ritmo de crecimiento del precio de los alimentos elaborados.
En enero la inflación de EE. UU. se moderó 0,3 p. p. hasta el 3,1% gracias, principalmente, al descenso de la inflación de algunos bienes y de los precios de la energía. Sin embargo, el precio de los alquileres (shelter) se aceleró y frenó la moderación de la inflación núcleo, que se mantuvo en el 3,9%. Este elevado nivel, junto con el hecho de haber disminuido apenas 0,4 p. p. desde agosto, es un reflejo de lo gradual que es el recorrido de la «última milla» hasta el 2%, lo que refuerza la postura de la Fed de no apresurarse en el inicio de los recortes de tipos.
La inflación general aumentó hasta el 3,4% en enero, una subida de 0,3 p.p. respecto al registro de diciembre. El INE confirmó los datos avanzados a principios de este mes tanto para este dato como para el de inflación subyacente, que cayó de un 3,8% interanual en diciembre a un 3,6% en enero. Este repunte en la inflación general vino dado por una fuerte subida en la inflación de la electricidad y, en menor medida, en la de los alimentos.
La inflación general bajó 6 décimas respecto a enero y se situó en el 2,8%, según el indicador adelantado del IPC publicado por el INE. Por otro lado, la inflación subyacente (que excluye energía y alimentos no elaborados) se moderó ligeramente y se situó en el 3,4% (3,6% en enero). Tanto la inflación general como la subyacente se han situado en el rango esperado por CaixaBank Research.
La inflación general de la eurozona disminuyó hasta el 2,6% interanual en febrero y la núcleo se moderó hasta el 3,1%. Este descenso de la inflación fue algo más suave de lo esperado por el consenso de analistas y es acorde con la visión de que la «última milla de desinflación» hasta el 2% será más gradual. Ello favorece un BCE paciente y cauto en su reunión de política monetaria del jueves 7 de marzo.
En febrero la inflación de EE. UU. repuntó una décima hasta el 3,2%, recordándonos que el proceso desinflacionista no solo es gradual si no que puede no ser lineal. Sin embargo, una lectura más detallada de los componentes de la cesta del IPC nos permite ser algo más optimistas sobre la evolución futura de la inflación y su vuelta al 2%. En concreto, el aumento de los precios de alquileres (shelter, con un peso del 36% de la cesta) fue del 0,4% intermensual, dos décimas menos que en el mes anterior, y, aunque todavía en niveles elevados, va en la dirección deseada por la Reserva Federal.
La inflación general descendió hasta el 2,8% en febrero, un descenso de 0,6 p. p. respecto a enero.
La inflación general subió 4 décimas en marzo hasta situarse en el 3,2%, según el indicador adelantado del IPC publicado por el INE. Por otro lado, la inflación subyacente (que excluye energía y alimentos no elaborados) se moderó ligeramente y se situó en el 3,3% (3,5% en febrero).
La inflación general aumentó hasta el 3,2% en marzo, una subida de 0,4 p. p. respecto a febrero. El INE confirma los datos avanzados a finales del mes pasado tanto para la inflación general como para la subyacente.