El dólar cede terreno, pero no su trono.
Aunque acumula una caída cercana al 10% frente al euro este año, la depreciación del dólar parece, por ahora, más un ajuste a expectativas de tipos e inflación que una señal de pérdida de estatus global. A futuro, esperamos una depreciación gradual, aunque la volatilidad inducida por la incertidumbre en la política económica y comercial de EE. UU. seguirá muy presente.