El repunte de las rentabilidades de la deuda a escala global ha vuelto a poner la situación fiscal en el foco. El caso de Europa reviste un interés especial, ya que en 2024 las reglas fiscales se volverán a activar, tras suspenderse desde 2019 por la pandemia y el inicio de la guerra en Ucrania. ¿Qué plantea el nuevo marco fiscal? El plan propuesto, ¿es más o menos estricto que el vigente?
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En un escenario rodeado de riesgos, ¿cuáles son el punto de partida y las perspectivas de la economía española en 2024? ¿Y sus puntos débiles y fuertes?
El PIB de España siguió creciendo de forma dinámica en el 3T 2024 y los principales indicadores auguran un buen dato para el 4T. la buena marcha del mercado laboral impulsa la renta de las familias y la inflación se mantiene contenida, pese a que el repunte continúa.
Aunque todavía se encuentra lejos del objetivo del 2%, la inflación, tanto en la eurozona como en EE. UU., ha descendido sostenidamente a lo largo de 2023, y uno de los supuestos clave en nuestras perspectivas para 2024 es que lo seguirá haciendo el próximo año, facilitando los primeros recortes de tipos de interés por parte de la Fed y el BCE. Pero ¿cuán robusto es este supuesto desinflacionista y cuánta prisa tienen los bancos centrales para bajar tipos?
En un mes en el que desgraciadamente el protagonismo lo vuelve a tener el riesgo geopolítico, repasamos en el Dossier de Perspectivas 2024 las principales claves y previsiones para el próximo año. Y la primera idea es precisamente lo compleja que será la vuelta a una macroeconomía en equilibrio en un mundo con unos niveles de inestabilidad geopolítica no vistos en muchas décadas.
El inicio del proceso de normalización de la política monetaria por parte del BCE ha provocado una aceleración de los precios de la vivienda, especialmente en los mercados con un fuerte desajuste entre una oferta insuficiente y una demanda dinámica. Entre las economías en las que los precios reales han aumentado con más fuerza en el último año y medio, y cuyos mercados residenciales presentan indicadores de sobrevaloración más significativa, destacan Portugal, Bulgaria, Hungría, Países Bajos y Estonia. En contraste, los mercados de grandes economías como Alemania, Suecia, Francia y Luxemburgo siguen sobrevalorados, pero han corregido el fuerte crecimiento de precios que experimentaron en las décadas previas a la pandemia, reduciendo las señales de sobrecalentamiento.
Las valoraciones de los activos inmobiliarios comerciales se recuperaron de manera significativa a lo largo de 2024, impulsadas por el giro en la política monetaria y el descenso de los tipos de interés de mercado. La inversión en el sector creció en torno al 20% anual y los segmentos living, hotelero y de retail registraron un especial dinamismo. Para 2025, todo parece indicar que la mayor parte de las revalorizaciones ya habrán tenido lugar, toda vez que los tipos de interés ya se encuentran en niveles cercanos al nuevo equilibrio. Aun así, el sector seguirá atrayendo oportunidades de inversión. España se está posicionando entre los destinos más atractivos para la inversión internacional en inmobiliario comercial, gracias a unos fundamentales macroeconómicos sólidos que mantendrán su atractivo a lo largo de este año.
El aumento de los aranceles por parte de EE. UU. entre 10 y 20 p. p. debería tener un impacto limitado en la economía española, menor que en otras economías avanzadas, pero algunos sectores de actividad podrían verse más afectados.
Los turistas que repiten visita gastan más por día y tienen estancias más largas, lo que los convierte en cruciales para el sector turístico. Sin embargo, el cambio climático pone en riesgo su fidelización, tal y como hemos constatado tras analizar los datos de pagos con tarjetas extranjeras de los turistas internacionales que visitaron España en temporada alta en 2022 y 2023.
Si en diciembre de 2022 nuestra previsión de crecimiento del PIB para 2023 era del 1%, finalmente la economía española ha logrado crecer un notable 2,5%, a pesar de la incertidumbre geopolítica, una inflación todavía elevada pese a su descenso en los últimos meses y el alza de los tipos de interés.
Damos el punto de situación de las cuentas públicas en España y el impacto de la extensión parcial de las medidas de apoyo a los hogares y al tejido productivo para mitigar el impacto de la inflación, evaluando su coste fiscal.
Pasados cinco meses desde la última actualización del escenario macroeconómico, incorporamos la nueva información disponible y volvemos a examinar los principales factores que dominan el escenario para la economía de España.
A punto de cerrar un buen año desde el punto de vista macroeconómico, la economía española encara un 2025 que se espera que de nuevo sea dinámico gracias a una demanda interna privada que irá tomando un mayor protagonismo.
El PIB sorprende al alza en el 1T, con un crecimiento intertrimestral del 0,7%, según la primera estimación provisional realizada por el INE, superando así nuestra previsión del 0,4%, lo que introduce riesgos al alza en nuestra previsión para el conjunto del año, que se situaba en el 1,6%.
Los indicadores del 1T sugieren que la actividad portuguesa se está comportando con un dinamismo más intenso del que se esperaba, y que el crecimiento del PIB en el primer trimestre podría superar nuestra previsión del 0,4% intertrimestral.
Las cinco hipótesis que deben cumplirse para que se disipen los frenos al avance de la economía y se confirmen las perspectivas con las que ha empezado el año.
El buen desempeño del sector exterior, especialmente las exportaciones de servicios, explica en gran medida el gran dinamismo que está mostrando la economía española. Aparte de la habitual robustez del turismo, destaca también el fuerte crecimiento de los servicios no turísticos.
A pesar de la tendencia creciente hacia la desestacionalización del turismo en España, los meses de julio y agosto han registrado récords históricos y cifras extraordinarias que merecen un análisis detallado.