La nueva ley hipotecaria que regula los contratos de crédito inmobiliario tiene tres grandes objetivos: ofrecer más protección a los consumidores, reforzar la transparencia de los contratos de las hipotecas y dar una mayor seguridad jurídica al sistema financiero. Los tres son vitales para asegurar un correcto funcionamiento del mercado hipotecario y para reforzar la estabilidad financiera.
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La inversión en el mercado inmobiliario comercial registró caídas significativas en 2023 como consecuencia del aumento de los tipos de interés. Sin embargo, a medida que avance 2024, se espera una reactivación de las operaciones, gracias al descenso que se anticipa de los tipos de interés y a una evolución favorable de los fundamentales que determinan el comportamiento de los diferentes segmentos. Por un lado, un mayor dinamismo del consumo servirá de apoyo al segmento minorista y la continua penetración del e-commerce seguirá requiriendo de inversiones en el segmento logístico. Por el otro, el living se consolidará como el segmento que más inversión atrae, y el sector hotelero seguirá teniendo una evolución positiva, gracias a la buena marcha del turismo en España. Por último, las oficinas seguirán adaptándose a las nuevas exigencias de sostenibilidad y a las nuevas formas de trabajo surgidas tras la pandemia.
Es inevitable que el sector promotor y el sector constructor, muy sensibles a las condiciones económicas y al clima de confianza, experimenten una notable contracción este año. Prevemos un notable descenso de los visados de obra nueva y un fuerte impacto en el empleo del sector de la construcción. Con todo, la naturaleza del shock y la situación en la que se encontraba el sector antes de la llegada de la COVID-19, mucho más favorable que hace una década, ofrece cierta confianza sobre su capacidad de recuperarse.
El sector manufacturero español ha superado un 2022 marcado por la crisis energética y los problemas de abastecimiento de algunas materias primas, que le impidieron recuperar los niveles previos a la pandemia. En 2023, pese a que el contexto económico sigue sujeto a una gran incertidumbre, las perspectivas son algo más favorables que hace unos meses: una vez sorteados los escenarios más adversos que se divisaban en el invierno, la economía sigue dando señales positivas gracias a la estabilización de los mercados energéticos y a la resiliencia del mercado laboral y del consumo de los hogares españoles.
El estallido de la guerra en Ucrania ha eclipsado las positivas perspectivas que preveíamos para la economía española en este 2022. Si bien a finales del año pasado ya habían aparecido en escena algunos factores que restaron dinamismo a la recuperación económica, el conflicto armado ha pasado a ser el principal foco de atención y el mayor condicionante de la evolución económica a corto plazo.
El voto del Reino Unido en junio de 2016 a favor de salir de la Unión Europea (UE) abrió un nuevo escenario para la economía británica que puede tener importantes consecuencias para la economía española. Especialmente para el sector turístico, que recibe a cerca de 16 millones de turistas británicos al año.1 En este artículo analizamos el impacto que ha tenido el brexit en los flujos de turistas británicos que visitan España y su potencial impacto futuro bajo distintos escenarios de salida de la Unión.
- 1Esta cifra representa cerca del 22% del total de turistas extranjeros en España (datos para 2018).
Las políticas económicas implementadas durante la pandemia han amortiguado el impacto de la crisis sobre la situación financiera de las familias. Por un lado, se ha evitado una mayor caída de los ingresos de los hogares, mientras que, por otro lado, la política monetaria acomodaticia del BCE ha propiciado una reducción de los pagos por intereses de la deuda. Un análisis detallado del esfuerzo que realizan los hogares para pagar su hipoteca, a partir de los datos internos de CaixaBank, debidamente reponderados para ser representativos de la población española, muestra que las medidas han conseguido reducir el esfuerzo hipotecario durante la pandemia en la mayoría de los hogares, si bien todavía siguen existiendo bolsas de vulnerabilidad entre los hogares de renta baja.
La economía española mantiene un tono positivo en el arranque de 2025 impulsada, sobre todo, por la reactivación de la demanda interna. Aunque se espera un crecimiento algo más suave que el pasado año, el descenso de la inflación y de los tipos de interés actuarán como importantes puntos de apoyo ante un contexto internacional marcado por la incertidumbre. El Indicador Sectorial de CaixaBank Research refleja este dinamismo en los primeros meses del año y recoge un aumento del número de sectores en fase de expansión, aunque hay cierta heterogeneidad.
La plena recuperación del gasto turístico internacional en España esconde cambios importantes en la estructura de la demanda por regiones de procedencia. Utilizando datos de pagos con tarjetas extranjeras en los TPV de CaixaBank, debidamente agregados y anonimizados, observamos que Europa Occidental sigue siendo el principal emisor de turistas, y que América del Norte y Latinoamérica incrementaron de forma notable su peso sobre el gasto extranjero. En contraste, la recuperación del turismo de Oriente Próximo y Asia y Oceanía ha sido más dispar, afectada por factores geopolíticos y económicos. En conjunto, unas perspectivas de crecimiento estables pero robustas en 2024-2025 apuntan a que la evolución del turismo internacional en España seguirá siendo positiva.
La situación actual de la economía española es muy compleja debido a la pandemia. El caso del comercio minorista no es una ninguna excepción, aunque está mostrando una resiliencia notable, habida cuenta de todas las restricciones en los horarios de apertura y aforos que se han adoptado para frenar la pandemia. Según revelan los indicadores de demanda y empleo del sector, la actividad del comercio minorista se sitúa cerca, aunque por debajo, del nivel pre-COVID. A pesar de ello, el análisis de los datos internos de CaixaBank revela una gran heterogeneidad entre empresas grandes y pequeñas, y entre diferentes ramas de actividad, confirmando que la plena recuperación todavía no se ha alcanzado.
El sector de la restauración mantiene su buena racha en 2025, con un crecimiento sólido del gasto, gracias al empuje del turismo nacional e internacional. Aunque el ritmo se modera respecto a años anteriores, los datos muestran una clara resiliencia, incluso tras el apagón eléctrico del 28 de abril, que supuso un golpe puntual para la facturación.
Los indicadores muestran que el ritmo de crecimiento del sector turístico español se está normalizando tras los excepcionales registros de 2022-2024, impulsados por la recuperación pospandemia y el consiguiente repunte del consumo de servicios. Las tendencias observadas a finales de 2024 se prolongan en 2025: el sector mantiene su atractivo para un creciente número de turistas internacionales, mientras que el turista residente pierde presencia en los destinos locales y gana protagonismo en el extranjero. Aun así, este año el sector volverá a ser clave para la economía española. Según nuestras previsiones, el PIB turístico crecerá un 2,7%, gracias al sólido arranque de año, al aumento de la renta disponible de las familias, a la reactivación de algunas economías europeas y a la moderación de la inflación turística.
Después de un año 2022 en el que la demanda de vivienda ha batido todas las expectativas, en 2023 prevemos que el número de compraventas experimente un ajuste significativo, principalmente por el impacto del aumento de los tipos de interés. El precio de la vivienda, que suele responder con algo de retraso tras la caída de la demanda, se ralentizará de forma notable, pero esperamos que mantenga una tasa de crecimiento ligeramente positiva en 2023 (aunque sí se ajustará en términos reales, debido a la elevada inflación). La oferta de vivienda, que es insuficiente para cubrir la demanda estructural por formación de hogares, seguirá siendo muy limitada debido a la ralentización económica, los elevados costes de construcción y el descenso de la demanda.
En 2024, el PIB turístico experimentó otro año de crecimiento notable, con un aumento estimado del 6% en términos reales, aproximadamente el doble del crecimiento del total de la economía. Este desempeño respondió a un incremento significativo en el número de turistas extranjeros y de su gasto medio, impulsado por la recuperación del turismo británico y de larga distancia. Por otro lado, el turista español ha vuelto a viajar al exterior, retomando los niveles prepandemia. En este contexto favorable, el sector hotelero sigue disfrutando de una demanda muy robusta, que le ha permitido seguir aumentando los niveles de ocupación y de rentabilidad hasta nuevos máximos. De cara a 2025, el sector turístico español crecerá a un ritmo algo más moderado, pero todavía cuenta con importantes palancas para seguir expandiéndose y esperamos que siga siendo uno de los principales apoyos al crecimiento del conjunto de la economía.
Los costes de la construcción en España se han incrementado significativamente desde enero de 2021, un alza que se inició por la fuerte reactivación de la demanda global ante la reapertura de la economía tras la pandemia, pero que se acentuó con el estallido de la guerra en Ucrania. En los últimos meses, sin embargo, el precio de los metales industriales en los mercados internacionales ha descendido de forma marcada y los mercados de futuros apuntan a una cierta estabilización de las cotizaciones. En este contexto, es de esperar que los costes de los materiales de la construcción en España se moderen en 2023.
El fuerte crecimiento del sector turístico en los últimos años, junto con los nuevos hábitos de consumo tras la pandemia, ha propiciado una extraordinaria recuperación del sector de la restauración español tanto en la creación de empleo como en la facturación. Además ha logrado obtener un notable reconocimiento y prestigio a nivel internacional, al tiempo que desempeña un papel fundamental en nuestro país como promotor de cohesión social y territorial.
El Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia de la economía española puede ser un importante catalizador para el sector inmobiliario. Con la ayuda de los fondos europeos, el Gobierno prevé rehabilitar medio millón de viviendas entre 2021 y 2023, con la finalidad de mejorar su eficiencia energética y contribuir así a alcanzar los objetivos de descarbonización acordados. Por otra parte, los Presupuestos Generales del Estado contemplan un notable incremento de la dotación destinada a aumentar el parque de vivienda social en alquiler, una política muy necesaria ante el agravamiento de los problemas de asequibilidad de
los alquileres para los grupos de población más vulnerables.