El Gobierno ha presentado un segundo plan de choque para amortiguar el impacto económico de la elevada inflación. Este segundo paquete implicará, según estimaciones del propio Ejecutivo, un esfuerzo presupuestario de más de 9.000 millones de euros (0,7% del PIB) que se descompone en 5.500 millones más de gasto y 3.600 en reducción de ingresos por rebajas fiscales en los impuestos de la electricidad.
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Los indicadores muestran que el ritmo de crecimiento del sector turístico español se está normalizando tras los excepcionales registros de 2022-2024, impulsados por la recuperación pospandemia y el consiguiente repunte del consumo de servicios. Las tendencias observadas a finales de 2024 se prolongan en 2025: el sector mantiene su atractivo para un creciente número de turistas internacionales, mientras que el turista residente pierde presencia en los destinos locales y gana protagonismo en el extranjero. Aun así, este año el sector volverá a ser clave para la economía española. Según nuestras previsiones, el PIB turístico crecerá un 2,7%, gracias al sólido arranque de año, al aumento de la renta disponible de las familias, a la reactivación de algunas economías europeas y a la moderación de la inflación turística.
A partir del análisis anonimizado de datos internos de CaixaBank analizamos en profundidad comportamiento reciente del gasto en restauración en España.
Tras un desempeño mejor de lo esperado en el 1S 2023, la actividad mundial ha sufrido un enfriamiento a lo largo del 3T, fruto de dinámicas dispares entre las grandes economías. En este artículo repasamos las perspectivas del entorno económico internacional.
Si bien hace ya unos años que los economistas han ido incorporando el big data a sus análisis, la pandemia de la COVID-19 ha supuesto una verdadera revolución de la economía en tiempo real. La última contribución del equipo de CaixaBank Research a esta revolución es el portal de Economía en tiempo real, publicado el 8 de noviembre de 2022.
Después de haber puesto en marcha el proceso de endurecimiento monetario más intenso de las últimas décadas, parece que los bancos centrales están en vías de solucionar el inesperado repunte de la inflación que ha tenido que afrontar la economía internacional desde el primer semestre de 2021.
Por primera vez en muchos meses, las perspectivas para la economía europea han comenzado a mejorar. Analizamos los factores que explican la mejoría y compartimos nuestra visión sobre cuál será escenario de crecimiento e inflación para la eurozona en 2023.
La relativa mejora de los precios internacionales de los bienes agrícolas apenas se ha reflejado en las cestas de precios al consumo mundiales. La principal razón es la depreciación de las divisas de muchos países frente al dólar, intensificada con la primera subida de los tipos de interés por parte de la Fed.
El precio de la electricidad, un dato que habitualmente apenas lograría captar la atención del lector, ha poblado los titulares de prensa y aliñado las discusiones de sobremesa desde mediados de este año. Este cambio no es baladí: el precio de la electricidad se disparó a partir de julio y ya en octubre casi cuadruplicaba el promedio de 2018-2019. ¿A qué se debe este aumento y cuál va a ser el impacto económico derivado del mismo? Estas son las preguntas que trata de responder este artículo.
La capacidad de ahorro de las familias españolas se ha reducido de forma significativa en 2022, y lo ha hecho con rapidez a causa del contexto inflacionario.
La clave para los próximos meses será alcanzar el punto de inflexión en el comportamiento de la inflación, momento en el que se puede vislumbrar el final del proceso de subidas de los tipos de interés más agresivo de los últimos 40 años, lo que previsiblemente reduciría la volatilidad en el comportamiento de los mercados financieros.
Desgranamos los principales factores que dominarán el escenario macroeconómico en los próximos meses y actualizamos nuestras previsiones. En 2023, esperamos que el PIB crezca un 1,3% y que la tasa de inflación, todavía elevada, sea del 4,2% en promedio anual. El empleo seguirá creciendo, aunque a tasas más modestas, y esperamos que el mercado inmobiliario se ralentice a lo largo del año, sin correcciones bruscas. El déficit público se mantendrá alrededor del 4% del PIB, el mismo nivel que proyectamos para 2022.
En su lucha contra la inflación, la política monetaria se ha endurecido de manera notable, como es claramente visible en los tipos de interés oficiales y en los que afrontan empresas, familias y gobiernos. Pero estos tipos de interés no son un fin en sí mismos, sino que el objetivo último es enfriar la actividad económica y, de este modo, frenar la inflación. En este artículo analizamos el estado de la transmisión monetaria a través de uno de sus principales canales: las condiciones crediticias.
El conflicto bélico en Ucrania ha truncado las perspectivas de que 2022 iba a ser el año de la reactivación definitiva de los intercambios con el exterior, especialmente los turísticos.
Nos dirigimos hacia un contexto con aranceles más elevados y donde, probablemente, se produzca cierta reconfiguración en las cadenas de valor global para tratar de compensar, en la medida de lo posible, la pérdida de atractivo del mercado estadounidense. En consecuencia, vamos a un mundo con mayor fragmentación, menor crecimiento económico y riesgo de inflaciones más elevadas.
La intensificación en las presiones inflacionistas, un fenómeno agravado por la guerra en Ucrania, ha dado lugar a un cambio de ciclo en la dirección de la política monetaria. Atrás están quedando las compras masivas de bonos por parte de los bancos centrales, mientras que los tipos oficiales ya se están ajustando al alza. En los mercados financieros, este giro se ha reflejado en un marcado ascenso en la rentabilidad de la deuda soberana, una tendencia que, debido a su papel de referencia, también ha afectado al resto de activos financieros.
Analizamos lo ocurrido en las economías avanzadas en cuanto a inflación y tipos de interés para tratar de apuntar a la dirección que tomarán los bancos centrales en los siguientes meses.
Los ingresos salariales por empleado aumentaron en media un 2,4% interanual en mayo según nuestro indicador de salarios. ¿Están creciendo al mismo ritmo las nóminas de los trabajadores de ingresos bajos que las de ingresos altos?