La capacidad de ahorro de las familias españolas se ha reducido de forma significativa en 2022, y lo ha hecho con rapidez a causa del contexto inflacionario.
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Analizamos lo ocurrido en las economías avanzadas en cuanto a inflación y tipos de interés para tratar de apuntar a la dirección que tomarán los bancos centrales en los siguientes meses.
La relativa mejora de los precios internacionales de los bienes agrícolas apenas se ha reflejado en las cestas de precios al consumo mundiales. La principal razón es la depreciación de las divisas de muchos países frente al dólar, intensificada con la primera subida de los tipos de interés por parte de la Fed.
El shock económico que ha supuesto el conflicto bélico en Ucrania está teniendo efectos negativos diferenciados sobre los sectores de actividad de la economía española en función de su intensidad energética, su exposición a determinadas cadenas globales de suministros y sus lazos comerciales con la región.
En un contexto de inflación inusualmente elevada, la Reserva Federal y el Banco Central Europeo se han puesto manos a la obra y se encuentran inmersos en su proceso de normalización de la política monetaria, aunque a ritmos distintos.
El conflicto bélico en Ucrania ha truncado las perspectivas de que 2022 iba a ser el año de la reactivación definitiva de los intercambios con el exterior, especialmente los turísticos.
Hemos recorrido ya casi la mitad del año y toca hacer balance para actualizar unos escenarios económicos en los que la divergencia en el comportamiento de la inflación entre Estados Unidos y Europa ha sido clave para explicar el reajuste de previsiones en los tipos de interés.
La balanza de rentas en España muestra un déficit estructural histórico, muy ligado a la posición deudora de la economía española frente al exterior. Sin embargo, el deterioro que ha sufrido en 2023 está estrechamente relacionado con la subida de los tipos de interés.
La intensificación en las presiones inflacionistas, un fenómeno agravado por la guerra en Ucrania, ha dado lugar a un cambio de ciclo en la dirección de la política monetaria. Atrás están quedando las compras masivas de bonos por parte de los bancos centrales, mientras que los tipos oficiales ya se están ajustando al alza. En los mercados financieros, este giro se ha reflejado en un marcado ascenso en la rentabilidad de la deuda soberana, una tendencia que, debido a su papel de referencia, también ha afectado al resto de activos financieros.
Tras casi dos años incrementando los tipos de interés, en 2023 los principales bancos centrales alcanzaron la cima y reajustaron su estrategia: en vez de subir más los tipos oficiales, el endurecimiento monetario se iba a vehicular sosteniendo esa cima por un buen tiempo. Sin embargo, ya en otoño los mercados financieros se cuestionaban esta narrativa. ¿Por qué?
La economía española ha vuelto a superar nuestras expectativas en los primeros meses de 2024. Si el dato de crecimiento del PIB del último trimestre de 2023 sorprendió al alza, el del primer trimestre confirma la buena marcha de la economía española y nos lleva a revisar nuestras previsiones al alza. Volvemos a examinar los principales factores que condicionan el escenario para la economía de España, tras incorporar la nueva información disponible.
Los ingresos salariales por empleado aumentaron en media un 2,4% interanual en mayo según nuestro indicador de salarios. ¿Están creciendo al mismo ritmo las nóminas de los trabajadores de ingresos bajos que las de ingresos altos?
Desde su aplicación el día 15 de junio, el mecanismo del llamado «tope del gas» ibérico ha supuesto un cambio importante en el funcionamiento del sistema eléctrico español. En este artículo analizamos el efecto que ha tenido sobre los precios de la electricidad y algunas externalidades que ha introducido.
Desde el estallido de la pandemia de la COVID-19, los hogares estadounidenses se muestran mucho más pesimistas de lo que cabría esperar teniendo en cuenta el estado actual de la economía americana. ¿Por qué? ¿Sucede lo mismo en Europa?
Nos dirigimos hacia un contexto con aranceles más elevados y donde, probablemente, se produzca cierta reconfiguración en las cadenas de valor global para tratar de compensar, en la medida de lo posible, la pérdida de atractivo del mercado estadounidense. En consecuencia, vamos a un mundo con mayor fragmentación, menor crecimiento económico y riesgo de inflaciones más elevadas.
Las perspectivas para el conjunto de la economía española están altamente condicionadas a la evolución de las presiones inflacionistas, especialmente las energéticas. El sector primario ya venía sufriendo el alza de los costes de producción y el conflicto bélico en Ucrania no ha hecho más que agravar la situación.
En 2024, el PIB turístico experimentó otro año de crecimiento notable, con un aumento estimado del 6% en términos reales, aproximadamente el doble del crecimiento del total de la economía. Este desempeño respondió a un incremento significativo en el número de turistas extranjeros y de su gasto medio, impulsado por la recuperación del turismo británico y de larga distancia. Por otro lado, el turista español ha vuelto a viajar al exterior, retomando los niveles prepandemia. En este contexto favorable, el sector hotelero sigue disfrutando de una demanda muy robusta, que le ha permitido seguir aumentando los niveles de ocupación y de rentabilidad hasta nuevos máximos. De cara a 2025, el sector turístico español crecerá a un ritmo algo más moderado, pero todavía cuenta con importantes palancas para seguir expandiéndose y esperamos que siga siendo uno de los principales apoyos al crecimiento del conjunto de la economía.
Los activos inmobiliarios comerciales han tenido un excelente comportamiento en la primera mitad del año 2022. Pero esta situación está cambiando rápidamente a raíz del fuerte aumento de los tipos de interés que está llevando a cabo el BCE para frenar el avance de la inflación. Todo parece indicar que las oficinas serán los activos que pueden sufrir un mayor ajuste de valoración, al contar con unas rentabilidades más estrechas. El retail, cuyas valoraciones acumulan varios años de intenso ajuste, podría tener ahora un comportamiento más estable que el resto de los segmentos. En cambio, los activos logísticos, el producto estrella en los últimos tiempos por el auge del e-commerce, podría mostrar una mayor sensibilidad al deterioro del entorno macroeconómico. Finalmente, ponemos el foco en el segmento co-living, que está despertando mucho interés inversor recientemente en España, especialmente en el caso del senior living, un segmento con perspectivas muy positivas teniendo en cuenta las perspectivas demográficas que apoyarán a la demanda a medio y largo plazo y la escasa oferta actual.
Zoel es economista en el departamento de Economía Española. Doctor en economía por la Universitat Pompeu Fabra (UPF) y Máster en Economía por la Barcelona School of Economics (BSE), antes de incorporase a CaixaBank trabajó como investigador asistente en el Centre de Recerca en Economia Internacional (CREi) y como profesor asistente en la UPF y la BSE. Sus áreas de estudio comprenden la integración del big data y los impactos del cambio climático en la macroeconomía, y se especializa en la monitorización y previsión de la inflación española.
Después de un año 2022 en el que la demanda de vivienda ha batido todas las expectativas, en 2023 prevemos que el número de compraventas experimente un ajuste significativo, principalmente por el impacto del aumento de los tipos de interés. El precio de la vivienda, que suele responder con algo de retraso tras la caída de la demanda, se ralentizará de forma notable, pero esperamos que mantenga una tasa de crecimiento ligeramente positiva en 2023 (aunque sí se ajustará en términos reales, debido a la elevada inflación). La oferta de vivienda, que es insuficiente para cubrir la demanda estructural por formación de hogares, seguirá siendo muy limitada debido a la ralentización económica, los elevados costes de construcción y el descenso de la demanda.