La devastación de la DANA podría restar entre 1 y 2 décimas al PIB español del 4T 2024, una estimación sujeta a un alto grado de incertidumbre, que asume un elevado grado de afectación en el sector primario valenciano, y una afectación moderada en la industria y más leve en el comercio. La estimación para 2025 dependerá en gran medida de la magnitud de esfuerzo inversor en reconstrucción y reposición del capital destruido, así como de las medidas de apoyo que se implementen.
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En España, las exportaciones de bienes hacia EE. UU. representaron en 2023 el 4,9% del total de exportaciones, el 1,25% del PIB. Como hemos visto en el artículo anterior, la exposición de España a Estados Unidos es relativamente baja, aunque existe una heterogeneidad sustancial entre sectores. Los aranceles que actualmente aplica Estados Unidos a las exportaciones españolas varían considerablemente según el producto.
En este artículo analizamos el papel que juega la economía norteamericana en las relaciones comerciales de nuestro país: aun siendo un socio comercial relevante, la exposición de España a EE. UU. es relativamente baja, si bien existe una elevada heterogeneidad entre sectores.
Mientras que en los últimos 30 años la desigualdad de ingresos se ha reducido marcadamente en el mundo gracias al rápido crecimiento económico de países emergentes como China e India, ha aumentado en países desarrollados como Estados Unidos, Alemania o incluso Francia.
La economía internacional mostró una notable resiliencia en 2024 y los datos disponibles sugieren que el PIB mundial podría haber crecido ligeramente por encima del 3%. Los vientos de cola que apoyaron la actividad probablemente seguirán soplando a favor en 2025, aunque con menos fuerza y con desafíos exigentes.
El mercado laboral español ha cambiado su patrón de crecimiento tras la pandemia, mostrando un aumento del empleo en sectores como la sanidad, la educación y la tecnología. ¿Está este nuevo modelo favoreciendo el avance de la productividad? Analizamos el impacto del efecto composición y cómo compara con otros ciclos expansivos.
En 2024, la economía mundial se mostró resiliente a un entorno de condiciones financieras restrictivas y las grandes economías internacionales lograron crecer en general más de lo previsto. Sin embargo, 2025 no deja de presentarse como un año exigente: al mapa de riesgos se le suma la amenaza de una mayor fragmentación económica, con un incremento de las barreras comerciales y de la incertidumbre.
La irrupción de la pandemia ha modificado el escenario para la inversión inmobiliaria en activos relacionados con el comercio minorista. Por un lado, las fuertes restricciones a la movilidad y al negocio han reducido los precios y las rentas de los locales comerciales, moderando el interés inversor. Por el otro, la COVID-19 ha provocado un cambio en los hábitos de los consumidores españoles que ha beneficiado a los supermercados, donde la inversión alcanzó máximos históricos en 2020, y ha acelerado la penetración del comercio on-line en el sector minorista, que ha impulsado así la inversión en la logística necesaria para apoyar este canal de ventas.
La plena recuperación del gasto turístico internacional en España esconde cambios importantes en la estructura de la demanda por regiones de procedencia. Utilizando datos de pagos con tarjetas extranjeras en los TPV de CaixaBank, debidamente agregados y anonimizados, observamos que Europa Occidental sigue siendo el principal emisor de turistas, y que América del Norte y Latinoamérica incrementaron de forma notable su peso sobre el gasto extranjero. En contraste, la recuperación del turismo de Oriente Próximo y Asia y Oceanía ha sido más dispar, afectada por factores geopolíticos y económicos. En conjunto, unas perspectivas de crecimiento estables pero robustas en 2024-2025 apuntan a que la evolución del turismo internacional en España seguirá siendo positiva.
El sector turístico ha cerrado la temporada de verano de este año en muy buena forma. Las llegadas de turistas internacionales se han acercado mucho a los registros de 2019, un año que fue extremadamente positivo para el sector. Además, el turismo doméstico ha seguido ofreciendo muy buenas cifras. No obstante, el escenario macroeconómico se presenta como un riesgo para la evolución de la actividad turística en los próximos trimestres, debido a la elevada inflación y la ralentización económica en Europa. A pesar de ello, consideramos que la demanda turística aún goza de importantes palancas de crecimiento para el año que viene, con lo que estimamos que completará su recuperación en 2023.
El encarecimiento de los precios energéticos a lo largo de 2021 como consecuencia de la confluencia de un intenso repunte en la demanda global de energía (debido a la reactivación del ciclo económico) y cierta debilidad de la oferta (debido a problemas geopolíticos y del cambio del modelo energético hacia los combustibles no fósiles) han provocado un shock energético mundial. En 2022, el contexto geopolítico está añadiendo presión adicional sobre los precios internacionales del gas y del petróleo, lo que podría incrementar el impacto, ya relevante, de la factura energética sobre la industria española. En este artículo tratamos de conocer el impacto concreto del encarecimiento energético en la industria manufacturera, analizando qué subsectores están viéndose más afectados y en qué medida están expuestos a presiones más sostenidas sobre los precios de la energía.
Las perspectivas para el conjunto de la economía española están altamente condicionadas a la evolución de las presiones inflacionistas, especialmente las energéticas. El sector primario ya venía sufriendo el alza de los costes de producción y el conflicto bélico en Ucrania no ha hecho más que agravar la situación.
Las perspectivas de la economía española y de sus sectores de actividad son positivas. Esperamos un mayor ritmo de crecimiento para los sectores ligados a la transición digital, como las TIC y los servicios profesionales, o sectores en los que España despunta por su elevada competitividad, como el farmacéutico o el turístico.
El agroalimentario es el principal sector de la industria española. Es un sector con un fuerte arraigo en el territorio, que genera empleo estable y que está muy abierto al exterior. También se caracteriza por contar con una estructura empresarial muy atomizada, dominada por empresas pequeñas y con unas empresas grandes menos productivas que sus homólogas europeas. Aumentar el tamaño empresarial e impulsar la productividad de las empresas de mayor tamaño, a través de la inversión en I+D y la adopción de las nuevas tecnologías, ayudaría a incrementar la competitividad de un sector clave para la economía y el conjunto de la sociedad.
La guerra en Ucrania ha alimentado el temor a un desabastecimiento de determinados insumos esenciales para el sector agroalimentario, debido a que Rusia y Ucrania son actores principales en la oferta mundial de cereales, aceites y fertilizantes, entre otras materias primas. Por ello no sorprende que, tras el estallido del conflicto, los precios de las materias primas agrícolas en los mercados internacionales repuntaran de forma muy marcada. Una escalada de precios que se ha trasladado a los costes de producción del sector agrícola español, importador neto de fertilizantes y piensos, y que está repercutiendo sobre los precios de los alimentos que pagan los consumidores finales. Sin embargo, los desarrollos más recientes (los acuerdos para liberar parte del cereal retenido en el mar Negro y las buenas cosechas en otros países productores) han ayudado a estabilizar los precios agrícolas y a reducir el riesgo de una crisis alimentaria global.
El problema de acceso a la vivienda, tanto en alquiler como en propiedad, se ha agravado en los últimos años afectando con especial intensidad a colectivos como los jóvenes. La solución no es sencilla y requiere de actuaciones en múltiples frentes y contemplar un horizonte temporal amplio. La colaboración público-privada es fundamental para incrementar de forma significativa la oferta de vivienda asequible, y la construcción industrializada se postula como una nueva forma de construcción que permite superar los principales retos del sector, como atraer mano de obra cualificada y femenina, y fomentar sistemas constructivos más digitales y sostenibles.
Una de las variables que más impacto tiene en las decisiones de consumo son los precios, que cayeron en España un 0,3% en el conjunto de 2020 según datos oficiales.25 No obstante, los cambios en los patrones de consumo fueron muy pronunciados el pasado año, y ello hizo muy difícil medir con precisión la cifra a la que realmente se enfrentaron los consumidores. Estimaciones propias basadas en datos internos de alta frecuencia sugieren que esta fue algo superior, del 0,1%.26 Además, la inflación no afectó a todos por igual e hizo distinciones según la edad y los ingresos.
- 25Analizamos la inflación mediante el índice de precios de consumo armonizado (IPCA) elaborado por el INE.
- 26Otros trabajos que también utilizan datos de alta frecuencia encuentran una diferencia respecto al dato oficial de inflación entre abril y diciembre de 2020 de 0,06 p. p., 0,30 p. p. y 0,58 p. p. para los casos de Reino Unido, Canadá y EE. UU., respectivamente, y entre abril y septiembre de 2020 de 0,60 p. p. para Francia (en nuestro estudio para España, la diferencia estimada para ambos periodos es de 0,58 p. p. y 0,67 p. p., respectivamente). Véase «Consumption shifts and inflation measurement during COVID-19». OECD, Statistical Insights (2021).
La pandemia de coronavirus tomó al mundo por sorpresa y paralizó el turismo internacional casi por completo. Las primeras etapas de una cierta recuperación están pasando por la reinstauración de la conectividad entre los países emisores y destinos turísticos que hayan controlado la expansión del nuevo coronavirus. No obstante, el sector deberá acometer una profunda y rápida transformación para adaptarse a un nuevo perfil de turista internacional pos-COVID-19, mucho más preocupado por recibir un servicio personalizado, flexible y, sobre todo, más seguro.
Analizamos con datos internos el comportamiento de los visitantes extranjeros que permanecen en España durante temporadas largas, un grupo de población que suele alojarse en segundas residencias, viviendas de alquiler de temporada o alojamientos especializados, unos segmentos con una tendencia de demanda al alza en el mercado inmobiliario español.