La industria en Portugal: un sector en movimiento

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Teresa Gil Pinheiro
12 de junio de 2019

• La industria, tradicionalmente orientada hacia al mercado exterior, es fundamental para que Portugal continúe incrementando la actividad exportadora (un importante motor de crecimiento desde la crisis financiera y clave en la corrección de los desequilibrios exteriores).

• El sector industrial representa el 16% del PIB portugués, dato similar al de España, inferior al de la eurozona y superior al de Francia.

• La actividad industrial aún se enfrenta a retos importantes, especialmente en los sectores con un bajo valor añadido. Sin embargo, existen señales de mayor dinamismo en las industrias con procesos de producción más avanzados, lo que sugiere un salto (todavía discreto pero prometedor) en la cadena de creación de valor.

A pesar de la tendencia estructural hacia un mayor peso del sector servicios, la industria sigue siendo un sector clave. Como se observa en el primer gráfico, el sector industrial portugués representa el 16% del PIB y el 21% del valor añadido bruto generado por las empresas no financieras, y emplea a cerca de 720.000 personas, lo que equivale al 15% del empleo total. Además, la empresa promedio del sector industrial es más productiva. En términos de productividad aparente del trabajo, el valor añadido generado por cada trabajador del sector es superior al del promedio de la economía: de 31.000 euros, frente a los 23.900 del promedio de las empresas no financieras. En este artículo, centraremos el análisis en el subsector de la industria manufacturera, que representa el 99% del valor añadido bruto (VAB)1 del sector industrial y destaca por su orientación hacia el mercado exterior.

Efectivamente, una de las características más destacadas de la industria manufacturera es que su producción está especialmente orientada al mercado exterior: las ventas del sector y los servicios que presta en el exterior representan el 60% de las exportaciones de bienes y servicios realizadas por el conjunto de la economía portuguesa (excluyendo el turismo). Es más, el porcentaje de empresas con perfil exportador2 presentes en la industria manufacturera (16,2%, lo que equivale a alrededor de 6.500 empresas) supera con creces al del conjunto de todas las empresas no financieras que operan en Portugal (6%). Además, estas empresas con perfil exportador tienen un papel protagonista en la industria manufacturera: representan el 71,9% de su volumen de negocios, el 68,5% del VAB y el 53,2% del empleo. Por último, como muestra el segundo gráfico, en los últimos años la actividad exportadora ha sido responsable de la mayor parte del crecimiento del volumen de negocios de la industria manufacturera.

En cuanto al grado de intensidad tecnológica de la industria manufacturera, el tercer gráfico muestra que Portugal se encuentra lejos de las cifras de Alemania, el país puntero, y también queda por detrás de países con un PIB per cápita3 parecido al de Portugal. En efecto, en Portugal predominan claramente las empresas de intensidad tecnológica baja y media-baja,4 que representan algo más del 90% del total de las empresas que hay en la industria manufacturera y generan el 75% de su volumen de negocio. Además, en estos segmentos dominan también las em­­presas de menor dimensión.

Aunque las empresas que operan en subsectores de intensidad tecnológica alta y media-alta representan algo menos del 10% de la industria manufacturera, generan el 25% del volumen de negocio y representan el 20% de la inversión. Estas cifras no son despreciables y evidencian que estas empresas tienen la capacidad de potenciar el crecimiento de la economía. Asimismo, es especialmente prometedor el hecho de que en los últimos años se haya acentuado la creación de empresas que incorporan procesos productivos de elevada intensidad tecnológica: en términos acumulados, han aumentado en un 7,5% entre 2012 y 2016 (mientras que, en el mismo periodo, el número de empresas en la industria manufacturera se ha reducido un 0,4%). Además, es característico de los sectores de mayor intensidad tecnológica que las empresas se encuentren integradas en grupos multinacionales. Así, también en el caso de Portugal destacan las empresas integradas en grupos empresariales extranjeros, que generaron el 73% del volumen de negocios en el sector de tecnología media-alta y el 65% en el de alta tecnología. Por último, entre las industrias de tecnología media-alta y alta, la actividad se concentra especialmente en seis sectores5 que, a pesar de representar solo un 3,3% de las empresas de la industria manufacturera, generan un 22% del volumen de negocio de esta industria y cerca del 18% de las exportaciones de bienes y servicios (excluyendo el turismo) de la economía portuguesa.

Finalmente, debemos hacer una referencia a la inversión de la industria y sus perspectivas. Aunque la tasa de inversión6 de la industria manufacturera continúa por debajo de los niveles alcanzados en 2008 (un 21,3% en 2017 frente al 26,1% en 2008), se ha recuperado sostenidamente desde 2012, favorecida por la mejora del entorno económico mundial, y ha beneficiado al crecimiento del sector industrial. Además, es especialmente positivo el refuerzo de la inversión en I+D que, desde 2012, ha crecido a un ritmo anual promedio del 16,3% y ha elevado su peso en la inversión total realizada por el conjunto de la industria manufacturera hasta el 2,4%. Ello sienta las bases para que la industria apueste por modelos de producción más innovadores y siga aumentando su valor añadido. La fijación de estas bases se refleja ya en indicadores como el índice de competitividad del Banco Mundial. En concreto, este índice señala que, en los últimos años, la industria ha mejorado su inversión en I+D tanto en cantidad como en calidad, y también refleja mejoras en la difusión de las tecnologías de la información y en el nivel de formación de los trabajadores de la industria. No obstante, los retos para el futuro siguen siendo importantes: el propio índice del Banco Mundial muestra la necesidad de conseguir un mayor dinamismo empresarial (eso es, mayor flexibilidad en la entrada y salida de empresas del mercado) y profundizar en la adopción de nuevas tecnologías y formas de organización del trabajo.

Teresa Gil Pinheiro

1. Datos de 2017.

2. Decimos que una empresa tiene perfil exportador si: 1) el 50% del volumen de negocios viene de la exportación de bienes y servicios, o 2) el 10% del volumen de negocios procede de las exportaciones, pero en términos absolutos supera los 150.000 euros.

3. En términos de paridad de poder adquisitivo.

4. Esta clasificación se basa en criterios relacionados, por ejemplo, con el gasto en I+D, pero no se puede interpretar de forma rígida, pues habrá empresas clasificadas en la categoría de intensidad tecnológica baja y media-baja que en sus procesos productivos utilizan tecnologías punta y que apuestan por la innovación. En Portugal, el sector textil es un ejemplo de ello. Ejemplos de sectores de dentro de la categoría de baja intensidad tecnológica: industria textil y del vestuario (18% del VAB); alimentarios (17,5%); madera, pasta de papel (10%). Intensidad media-baja: fabricación caucho, artículos de plástico (11,4%); metalúrgicas de base (11%); reparación y mantenimiento de máquinas y equipos (8%); coque y productos refinados (2%). Intensidad media-alta: material de transporte (6%); máquinas y equipos (4%); productos químicos y fibras sintéticas (4%); equipo eléctrico (2,5%); productos químicos y fibras sintéticas (4%). Alta intensidad: productos farmacéuticos (2%); equipos informáticos y de comunicación (2%).

5. Fabricación de equipos informáticos y para comunicaciones, electrónica y óptica, la industria farmacéutica, la fabricación de automóviles, la industria química y la fabricación de equipamiento eléctrico.

6. Es decir, la ratio entre la formación bruta de capital fijo y el VAB.

 
Teresa Gil Pinheiro
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