El sector turístico español ha empezado 2023 con robustez. Las llegadas de turistas internacionales han alcanzado los niveles de 2019 y el gasto turístico internacional ha batido récords. El turismo doméstico ha continuado creciendo desde 2022, pero con menor impulso por la combinación de pérdida de poder adquisitivo y de mayores salidas al extranjero. Aunque el turismo es actualmente uno de los motores de la economía española, es probable que aparezcan varios vientos de cara en los próximos trimestres. El complicado panorama macroeconómico en los países de origen de turistas internacionales, la reactivación de los destinos más lejanos para el turista europeo y español, y la competencia de destinos más económicos apuntan a una desaceleración del sector turístico a medida que nos aproximemos a 2024.
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Los activos inmobiliarios comerciales han tenido un excelente comportamiento en la primera mitad del año 2022. Pero esta situación está cambiando rápidamente a raíz del fuerte aumento de los tipos de interés que está llevando a cabo el BCE para frenar el avance de la inflación. Todo parece indicar que las oficinas serán los activos que pueden sufrir un mayor ajuste de valoración, al contar con unas rentabilidades más estrechas. El retail, cuyas valoraciones acumulan varios años de intenso ajuste, podría tener ahora un comportamiento más estable que el resto de los segmentos. En cambio, los activos logísticos, el producto estrella en los últimos tiempos por el auge del e-commerce, podría mostrar una mayor sensibilidad al deterioro del entorno macroeconómico. Finalmente, ponemos el foco en el segmento co-living, que está despertando mucho interés inversor recientemente en España, especialmente en el caso del senior living, un segmento con perspectivas muy positivas teniendo en cuenta las perspectivas demográficas que apoyarán a la demanda a medio y largo plazo y la escasa oferta actual.
La combinación de un crecimiento demográfico vigoroso y el gradual descenso de los tipos de interés, junto con la falta de oferta, está impulsando el crecimiento de los precios de la vivienda, particularmente en el mercado de vivienda nueva y en las regiones más dinámicas y con mayor atractivo turístico.
Históricamente, y por lo general, los aumentos (o caídas) del consumo van de la mano de mayores aumentos (o caídas) de los préstamos al consumo. Esta relación es especialmente estrecha en el caso de los bienes duraderos, que son los que más se financian dado que suelen ser gastos de mayor envergadura.
El endurecimiento de las condiciones financieras, la intensificación de la crisis energética y las primeras señales de enfriamiento de los indicadores de consumo son las principales causas de esta nueva revisión del escenario. Nos lo explica en detalle Clàudia Canals, quien también repasa las claves de la coyuntura y del dossier de este mes, “Europa en clave energética: de la guerra a la transición climática”.
Nuestro economista sénior Josep Mestres participó en un webinar organizado por FUNCAS y el Capítulo Español del Club de Roma para debatir sobre la desigualdad y sus consecuencias económicas y sociales. En él presentó los resultados de las investigaciones llevadas a cabo por CaixaBank Research a partir de datos internos de CaixaBank, así como la reciente publicación del portal de Economía en tiempo real (https://realtimeeconomics.caixabankresearch.com).
El sector agroalimentario sigue sufriendo la fuerte alza de los costes de producción y el impacto de la sequía. El descenso de los precios de las materias primas agrícolas y de la energía en los mercados internacionales desde los máximos alcanzados en 2022 debería ayudar a contener los costes de producción agrarios y, con ello, moderar las presiones inflacionistas sobre los alimentos. Sin embargo, la fuerte sequía que está castigando a la península ibérica desde el año pasado ha reducido la producción de muchos cultivos, como los cereales o las frutas, lo que ha repercutido tanto en los precios (al alza) como en el volumen de exportaciones (a la baja). Con todo, las exportaciones agroalimentarias en términos de valor siguieron avanzando a buen ritmo en el 1S 2023 debido al aumento de los precios, lo que refleja la elevada competitividad del sector agroalimentario español a pesar de la coyuntura adversa.
El porcino se ha consolidado como el sector más relevante para la ganadería española, con más del 40% de la producción final ganadera. Lo componen unas 86.500 granjas y unas 2.600 empresas transformadoras, y la mayor parte de su producción se concentra en solo tres regiones: Cataluña, Aragón y Castilla y León. Recientemente, el porcino ha esquivado mejor que otros sectores cárnicos la caída de la demanda por la COVID-19, gracias a su menor dependencia del canal HORECA y al repunte de la demanda procedente de China, cuya producción doméstica se ha visto gravemente afectada por la peste porcina africana (PPA). Esta situación ha permitido al sector porcino español consolidarse como uno de los principales actores en la UE y en el mundo. Entre los retos del sector se encuentra la reducción de las emisiones contaminantes y seguir aplicando de forma estricta las medidas necesarias de bioseguridad para evitar la entrada de la PPA en territorio español.
El sector del vino juega un papel fundamental en nuestro país, no solo en términos económicos, por su contribución a la actividad, el empleo o las exportaciones, sino también por la amplia extensión de su cultivo y su arraigo territorial, lo que lo convierte en motor de conservación medioambiental y de desarrollo rural. España es el segundo exportador mundial de vino en volumen y el tercero en valor, si bien los últimos años hemos asistido a una mayor penetración en Norteamérica y Asia, mercados que compran vino de mayor importe. Tras la crisis de la COVID-19, bodegas y cooperativas deben afrontar importantes retos de medio plazo y adaptarse a los nuevos hábitos de consumo de un público más joven, digitalizado y concienciado con el medio ambiente. En esta estrategia se enmarca la apuesta por los cultivos ecológicos, las ventas on-line o el enoturismo.
La clave del aumento sostenidos de las llegadas de turistas internacionales es la elevada sensibilidad de la demanda respecto al crecimiento de los ingresos en los países emisores y a un aumento relativamente moderado de los precios domésticos frente a las mayores subidas en destinos competidores.
El crecimiento poblacional ha sido uno de los factores principales que ha impulsado la demanda de vivienda en España en los últimos trimestres y ha desempeñado un papel fundamental en el sostenimiento del precio de la vivienda en un contexto de endurecimiento de las condiciones de financiación. En este artículo, analizamos la relación entre el crecimiento de la población y la evolución del precio de la vivienda en los dos últimos años. Los flujos de población se han concentrado en las grandes áreas urbanas y en las zonas turísticas, y han provocado una fuerte dispersión en el crecimiento de los precios de la vivienda entre las zonas más dinámicas del país y las zonas que sufren despoblación.
La pandemia ha puesto de manifiesto el carácter estratégico del sector agroalimentario al desempeñar una actividad esencial para el abastecimiento de alimentos a la población. Así, el sector ha sido uno de los menos afectados por la crisis: el peso del sector primario sobre el total de la economía aumentó y la industria agroalimentaria sufrió un retroceso mucho más suave que el conjunto de la industria manufacturera en el 2T 2020. De manera similar, la evolución del mercado laboral ha sido relativamente favorable y ha registrado una menor destrucción de empleo y una menor proporción de trabajadores afectados por ERTE.
El aumento de los costes de producción a raíz de la guerra en Ucrania está afectando a todos los eslabones de la cadena alimentaria: producción, transformación, distribución y transporte. El impacto está siendo especialmente negativo en el sector primario, que también se ha visto perjudicado por unas condiciones meteorológicas poco favorables, en forma de sequía. El alza de los costes se está trasladando a los precios de los alimentos que paga el consumidor final, lo que está provocando un aumento del gasto en alimentación, en particular entre las familias de rentas más bajas. La nota más positiva la aporta el sector exterior: las exportaciones agroalimentarias siguen creciendo con fuerza en 2022 y los indicadores de competitividad no parecen haberse deteriorado a pesar del alza en los precios.
El estallido de la guerra en Ucrania ha eclipsado las positivas perspectivas que preveíamos para la economía española en este 2022. Si bien a finales del año pasado ya habían aparecido en escena algunos factores que restaron dinamismo a la recuperación económica, el conflicto armado ha pasado a ser el principal foco de atención y el mayor condicionante de la evolución económica a corto plazo.
Las perspectivas de la economía española y de sus sectores de actividad son positivas. Esperamos un mayor ritmo de crecimiento para los sectores ligados a la transición digital, como las TIC y los servicios profesionales, o sectores en los que España despunta por su elevada competitividad, como el farmacéutico o el turístico.
Los datos más recientes del mercado inmobiliario muestran que la tendencia alcista de la demanda y del precio de la vivienda se ha acentuado en los primeros compases de 2022, en sintonía con la inercia positiva que ha mantenido la economía española pese al contexto adverso. Sin embargo, a medio plazo la perspectiva es que el mercado inmobiliario tienda a ralentizarse.