La demanda de vivienda por parte de compradores extranjeros no residentes ha crecido con fuerza en los últimos años, especialmente tras la pandemia, y se ha consolidado como uno de los motores del mercado inmobiliario español. Este auge responde a algunos atractivos que ofrece España, como la estabilidad económica, la percepción de seguridad, la buena conectividad y una oferta inmobiliaria aún competitiva. El perfil de los compradores y las zonas de interés se han diversificado, y ha aumentado la variedad de nacionalidades y de ubicaciones elegidas: el Reino Unido reduce su influencia, Polonia entra en el top 5 de compradores, crece el interés desde EE. UU. y América Latina, y surgen nuevos focos de interés en zonas menos tradicionales, como Castellón, Asturias, Huelva y Córdoba.
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Las valoraciones de los activos inmobiliarios comerciales se recuperaron de manera significativa a lo largo de 2024, impulsadas por el giro en la política monetaria y el descenso de los tipos de interés de mercado. La inversión en el sector creció en torno al 20% anual y los segmentos living, hotelero y de retail registraron un especial dinamismo. Para 2025, todo parece indicar que la mayor parte de las revalorizaciones ya habrán tenido lugar, toda vez que los tipos de interés ya se encuentran en niveles cercanos al nuevo equilibrio. Aun así, el sector seguirá atrayendo oportunidades de inversión. España se está posicionando entre los destinos más atractivos para la inversión internacional en inmobiliario comercial, gracias a unos fundamentales macroeconómicos sólidos que mantendrán su atractivo a lo largo de este año.
La guerra en Ucrania ha alimentado el temor a un desabastecimiento de determinados insumos esenciales para el sector agroalimentario, debido a que Rusia y Ucrania son actores principales en la oferta mundial de cereales, aceites y fertilizantes, entre otras materias primas. Por ello no sorprende que, tras el estallido del conflicto, los precios de las materias primas agrícolas en los mercados internacionales repuntaran de forma muy marcada. Una escalada de precios que se ha trasladado a los costes de producción del sector agrícola español, importador neto de fertilizantes y piensos, y que está repercutiendo sobre los precios de los alimentos que pagan los consumidores finales. Sin embargo, los desarrollos más recientes (los acuerdos para liberar parte del cereal retenido en el mar Negro y las buenas cosechas en otros países productores) han ayudado a estabilizar los precios agrícolas y a reducir el riesgo de una crisis alimentaria global.
El fuerte crecimiento del sector turístico en los últimos años, junto con los nuevos hábitos de consumo tras la pandemia, ha propiciado una extraordinaria recuperación del sector de la restauración español tanto en la creación de empleo como en la facturación. Además ha logrado obtener un notable reconocimiento y prestigio a nivel internacional, al tiempo que desempeña un papel fundamental en nuestro país como promotor de cohesión social y territorial.
El sector se está orientando hacia una estrategia que diversifique la oferta turística y que aborde las debilidades del modelo tradicional de sol y playa para mantener la posición de liderazgo internacional de la que goza España en el ranking global de competitividad.
La inversión en el mercado inmobiliario comercial registró caídas significativas en 2023 como consecuencia del aumento de los tipos de interés. Sin embargo, a medida que avance 2024, se espera una reactivación de las operaciones, gracias al descenso que se anticipa de los tipos de interés y a una evolución favorable de los fundamentales que determinan el comportamiento de los diferentes segmentos. Por un lado, un mayor dinamismo del consumo servirá de apoyo al segmento minorista y la continua penetración del e-commerce seguirá requiriendo de inversiones en el segmento logístico. Por el otro, el living se consolidará como el segmento que más inversión atrae, y el sector hotelero seguirá teniendo una evolución positiva, gracias a la buena marcha del turismo en España. Por último, las oficinas seguirán adaptándose a las nuevas exigencias de sostenibilidad y a las nuevas formas de trabajo surgidas tras la pandemia.
Aunque los meses de verano siguen concentrando gran parte de los flujos turísticos, los viajes fuera de la temporada alta aumentan con mayor fuerza, especialmente entre los europeos y entre los españoles con rentas medias y altas.
El sector agroalimentario español se caracteriza por su elevada propensión exportadora: la gama de productos que exporta cada vez es más amplia y abarca más destinos. Sin embargo, hay otra dimensión que conviene tener en cuenta: la complejidad exportadora, un concepto que mide la intensidad de conocimiento necesario para producir los bienes exportados. Porque no solo importa exportar mucho, sino también lo que se exporta.
El cambio climático y la lucha para prevenirlo suponen enormes desafíos para la producción agroalimentaria en España. A su vez, la mejora de la sostenibilidad y la resiliencia del sector será muy importante para la consecución de los objetivos medioambientales fijados en el Pacto Verde Europeo. Los indicadores agroambientales muestran que, pese a algunos avances en los últimos años, el sector se enfrenta a importantes retos, como reducir el uso de plaguicidas químicos, fertilizantes y antimicrobianos en la agricultura, así como mejorar la salud y el bienestar de los animales, aumentar la eficiencia en el uso de la energía y los recursos hídricos, promover un consumo de alimentos más sostenible y saludable, y reducir la pérdida y el desperdicio de alimentos, promoviendo una economía circular. La nueva PAC, con los ecoesquemas como medida estrella, y los fondos Next Generation EU apoyarán la transición verde y digital del sector.
A partir de datos anonimizados de pagos con tarjetas en los TPV de CaixaBank, hemos analizado si se registran cambios en el gasto turístico y hemos observado que las zonas más cálidas de España tuvieron un crecimiento del gasto turístico más lento entre las temporadas altas de 2019 y de 2023. También analizamos cómo cambia el patrón de gasto de los turistas durante las oleadas de calor.
En 2024, la economía española ha exhibido un crecimiento generalizado de todos sus sectores de actividad, con pocas excepciones: se ha reducido el número de sectores en debilidad y que han aumentado los sectores en expansión gracias a la progresiva absorción de los fuertes shocks que afectaron su evolución en los últimos años.
La sociedad se ha polarizado de forma notable en los últimos años. En EE. UU., la polarización se manifiesta a través de una mayor distancia entre las opiniones de los votantes republicanos y demócratas. En Europa, en un aumento de los desacuerdos en torno a temas fundamentales como inmigración o la integración europea. Los partidos políticos de las economías avanzadas también se han polarizado de forma especialmente pronunciada en la última década.
Analizamos cómo ha evolucionado la riqueza de las familias europeas, comparando los principales países, a raíz de la nueva estadística experimental publicada por el Banco Central Europeo.
Perspectivas cautelosamente optimistas para la economía internacional, pero con un mapa de riesgos exigente. Estados Unidos destaca entre las economías avanzadas, mientras que la eurozona todavía no deja atrás la flaqueza de su actividad. Entre los emergentes, el crecimiento de la India encabeza a los BRICS, con China bajando al pelotón.
La inversión es una variable fundamental que determina la capacidad productiva, contribuye al avance de la productividad y el crecimiento económico y sustenta el aumento de la riqueza a medio plazo. Así, hay que destacar positivamente el desempeño reciente de la inversión portuguesa, que venía exhibiendo una dinámica favorable desde 2016 y se ha mostrado resiliente durante la pandemia.
La competitividad es un factor clave de la prosperidad económica de un país. Los avatares propios del ciclo económico pueden influir en menor o mayor grado en el crecimiento económico, pero, a largo plazo, el elemento fundamental que determina la capacidad de una economía de generar riqueza y prosperidad en un entorno globalizado es la competitividad.
La geopolítica seguirá ejerciendo un papel fundamental en 2026, teniendo en cuenta el reordenamiento del proceso de globalización en el que está inmersa la economía internacional desde la pandemia. Además, la economía seguirá expuesta a la combinación entre nuevas tendencias de fondo (restricciones a los movimientos comerciales y migratorios, auge de la IA) y los desafíos a corto plazo (escaso espacio fiscal, valoraciones elevadas en mercados financieros).
Nos encontramos en un momento de extrema fragilidad, donde más que nunca parece fundamental evitar una descoordinación entre la política fiscal y la política monetaria y así minimizar el riesgo de episodios de pánico financiero. Que el incidente más reciente de este tipo haya ocurrido en el Reino Unido, un país con mercados profundamente líquidos y cuya moneda sirve aún de referencia internacional es, indudablemente, un aviso a navegantes de que la marea está alta y el cielo encapotado.
En 2024, la economía mundial se mostró resiliente a un entorno de condiciones financieras restrictivas y las grandes economías internacionales lograron crecer en general más de lo previsto. Sin embargo, 2025 no deja de presentarse como un año exigente: al mapa de riesgos se le suma la amenaza de una mayor fragmentación económica, con un incremento de las barreras comerciales y de la incertidumbre.
La demanda extranjera es un pilar fundamental para explicar la fortaleza de la demanda de vivienda en el ciclo expansivo actual. Gran parte de esta demanda procede de extranjeros que residen en España, un colectivo que ha ido en aumento en los últimos años, en los que se ha producido una llegada notable de inmigrantes a nuestro país.