La inflación general aceleró hasta el 10,2% en junio (8,7% en mayo) según el indicador adelantado del IPC publicado por el INE. De confirmarse, sería el registro más elevado de los últimos 37 años. Por su parte, la inflación subyacente ha aumentado hasta el 5,5% (4,9% en mayo), el mayor valor de la serie desde 1993. Si bien el dato de inflación subyacente apenas ha sorprendido levemente al alza, el dato de inflación general ha supuesto una sorpresa al alza significativa con respecto a nuestras previsiones.
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La inflación en la eurozona sorprendió al alza en junio, al alcanzar un nuevo máximo en la serie histórica, superior a nuestras previsiones y al consenso de analistas.
La inflación general aceleró hasta el 10,2% en junio (8,7% en mayo), confirmando el dato adelantado del INE, empujada en gran parte por los precios de los carburantes y de los alimentos. La inflación subyacente (la general sin energía ni alimentos no elaborados) volvió a subir con fuerza hasta el 5,5% (4,9% en mayo), impulsada por los precios de los alimentos elaborados, que continúan escalando a gran velocidad, pero también por la pujanza de los precios de bienes industriales y de los servicios ligados al turismo.
La inflación general estadounidense subió en junio hasta el 9,1% (8,6% en mayo), por encima de lo esperado por el consenso de analistas y superando a lo que preveíamos que sería el pico del ciclo (el último registro de mayo). Por su parte, la inflación subyacente se moderó de forma muy atenuada, hasta el 5,9%, frente al 6,0% de mayo. Los avances intermensuales del IPC (tanto de la general como de la subyacente) muestran una dinámica de crecimientos en los precios mucho más sólida y persistente de lo esperado. De cara a futuro, el conflicto abierto en Ucrania, la política China referente al COVID y un mercado laboral que sigue tensionado favorecerán el mantenimiento de unas tasas de inflación elevadas durante la segunda mitad de 2022. En este sentido, la Fed seguirá con su plan de subidas de tipos de interés (en julio la subida podría ser de nuevo de 75 p. b.).
Según el indicador adelantado de julio, la inflación general escaló 6 décimas hasta el 10,8%, una tasa no observada desde 1984. La inflación subyacente, que excluye la energía y los alimentos no elaborados, hizo lo propio al aumentar en la misma magnitud hasta el 6,1%. Estos datos han sorprendido tanto al consenso de analistas como a CaixaBank Research e introducen riesgos al alza sobre nuestras previsiones de inflación general y subyacente para el conjunto de 2022 (por ahora en el 8,0% y el 4,6%, respectivamente).
La economía de la eurozona sorprendió de forma positiva al registrar una aceleración en el ritmo de crecimiento en el 2T 2022. Así, el dato confirma que el impulso generado por el levantamiento de las restricciones asociadas a la pandemia a lo largo de la primavera más que compensó los efectos iniciales de la invasión de Rusia en Ucrania, la intensificación de la crisis energética y la escalada en los precios. No obstante, los indicadores disponibles para el mes de julio apuntan a un debilitamiento en la actividad a inicios del 3T 2022, ante la incertidumbre que está significando el posible corte de suministro de gas proveniente de Rusia. En este contexto, la inflación no da tregua en la eurozona y continuó subiendo en julio, aupada por un aumento generalizado de los precios de la cesta del IPCA, a excepción del componente energético y de los alimentos no elaborados que moderaron sus avances interanuales.
La inflación general se moderó hasta el 10,4% en agosto (10,8% en julio) según el indicador adelantado del IPC publicado por el INE. Por su parte, la inflación subyacente ha aumentado hasta el 6,4% (6,1% en julio). Estos datos muestran que la inflación continúa situada en niveles muy elevados por lo que se mantienen riesgos importantes al alza sobre nuestras previsiones de inflación de 2022 y 2023.
La inflación en la eurozona sorprendió levemente al alza en agosto, al situarse en el 9,1% (0,2 p. p. por encima de la del mes de julio y frente al 9,0% esperado por el consenso de analistas) y alcanzar un nuevo máximo en la serie histórica. El repunte en la inflación general vino explicado, en buena parte, por el avance en la inflación núcleo que se situó en el 4,3%. Este nuevo alza en la inflación y el riesgo de una mayor persistencia a raíz de la intensificación de la crisis energética ejercerá presión en el BCE para que decida seguir subiendo los tipos oficiales en la próxima reunión del 8 de septiembre.
La inflación general se moderó hasta el 10,5% en agosto (10,8% en julio), 1 décima por encima del dato adelantado del INE, gracias a la fuerte moderación en los precios de los carburantes. La inflación subyacente (la general sin energía ni alimentos no elaborados) mantuvo su escalada y se situó en el 6,4% (6,1% en julio), impulsada por la pujanza de los precios de los alimentos elaborados, de los bienes duraderos y de los servicios ligados al turismo.
La inflación general estadounidense se situó en agosto en el 8,3% (8,5% en julio), un registro inferior al máximo alcanzado en junio (9,1%), pero todavía muy elevado y superior a las expectativas del mercado (8,1% según el consenso de Bloomberg). Asimismo, la inflación subyacente se incrementó hasta el 6,3% (5,9% en julio), con incrementos generalizados y considerables en algunos componentes con una inercia significativa.
La inflación general se moderó hasta el 9,0% en septiembre (10,5% en agosto) según el indicador adelantado del IPC publicado por el INE. La inflación subyacente también se moderó, aunque más tímidamente, hasta el 6,2% (6,4% en agosto). El dato de inflación general supone una sorpresa a la baja frente a la previsión de CaixaBank Research, en la que se anticipaba una moderación significativamente más leve de la acontecida. Por su parte, el dato de inflación subyacente se sitúa en línea con lo esperado.
La inflación en la eurozona sorprendió al alza en septiembre, al situarse en el 10,0%, 0,9 p. p. por encima del registro de agosto, y frente al 9,7% esperado por el consenso de analistas, alcanzando así un nuevo máximo en la serie. El aumento fue generalizado entre los componentes, siendo el más preocupante de cara a los próximos meses el del rubro núcleo: los precios de los bienes industriales y servicios aumentaron en 0,5 p. p., lo que sitúa a la inflación núcleo en el 4,8%. Es importante destacar, no obstante, que el repunte en el precio de los servicios estuvo influenciado puntualmente por el fin de las bonificaciones en el transporte puestas en marcha durante el verano en Alemania, un factor que debería atenuarse en los próximos meses. Por su parte, los componentes más volátiles, alimentos y energía, mantuvieron su escalada, empujando al alza a la inflación general y ejerciendo presión al resto de los componentes por su capacidad de contagio.
La inflación general estadounidense se situó en septiembre en el 8,2%, un dato todavía muy elevado y por encima de lo esperado por el consenso de analistas y por CaixaBank Research. Asimismo, la inflación subyacente volvió a incrementarse, hasta el 6,6% (6,3% en agosto), el máximo registro en los últimos 40 años y con aumentos considerables en los precios de algunos componentes muy inerciales y con un peso elevado en la canasta, como es el de los alquileres y alquileres imputados.
La inflación general se moderó hasta el 8,9% en septiembre (10,5% en agosto), 1 décima por debajo del dato adelantado del INE, gracias a la fuerte moderación en los precios de la energía, entre los que destaca la caída intermensual en los precios de la electricidad. La inflación subyacente (la general sin energía ni alimentos no elaborados) también cayó, aunque en menor medida, hasta el 6,2% (6,4% en agosto), debido a la moderación en el crecimiento de los precios de bienes industriales y servicios, que más que compensaron el alza en los precios de los alimentos elaborados.
La inflación general cayó hasta el 7,3% en octubre (8,9% en septiembre) según el indicador adelantado del IPC publicado por el INE. Por su parte, la inflación subyacente se mantuvo en el 6,2% (mismo dato que en septiembre). El dato de inflación general supone una sorpresa a la baja frente a la previsión de CaixaBank Research, en la que se anticipaba una rebaja más leve de la acontecida. Por su parte, el dato de inflación subyacente se sitúa en línea con lo esperado.
El crecimiento del PIB en la eurozona en el 3T 2022 ha sido mejor de lo esperado (+0,2% intertrimestral), tanto por el consenso de analistas como por CaixaBank Research. En este sentido, la economía de la eurozona se encuentra en una posición algo más robusta para afrontar las consecuencias de la crisis energética durante el invierno. De hecho, la probabilidad de ver retrocesos de la actividad en los próximos meses es significativa, tal y como apunta el fuerte deterioro de los principales indicadores de clima y opinión empresarial. Una inflación en máximos (10,7%) y unas condiciones financieras tensionadas seguirán deprimiendo la demanda interna.
La inflación general estadounidense descendió en octubre 0,5 p. p. hasta el 7,7%, un registro por debajo de las expectativas del consenso de analistas (7,9%) y claramente inferior al máximo alcanzado en junio (9,1%). Asimismo, la inflación subyacente descendió, aunque de forma más contenida (–0,3 p. p. hasta el 6,3%), todavía afectada por algunos componentes muy inerciales y con un peso elevado en la canasta, como es el de los alquileres. En balance, el dato podría confirmar la senda a la baja de la inflación, aunque se trata todavía de niveles elevados.
La inflación general se moderó hasta el 7,3% en octubre (8,9% en septiembre), gracias a la fuerte caída en los precios de la electricidad. La inflación subyacente (excluye energía y alimentos no elaborados) se mantuvo en el 6,2% (mismo dato que en septiembre). Por su parte, la inflación núcleo (excluye energía y todos los alimentos) se moderó hasta el 4,2% (4,4% hace un mes) gracias al menor avance de los precios de bienes industriales.
La inflación general cayó hasta el 6,8% en noviembre (7,3% en octubre) según el indicador adelantado del IPC publicado por el INE. Por su parte, la inflación subyacente incrementó levemente hasta el 6,3% (6,2% en octubre). El dato de inflación general supone una sorpresa a la baja frente a la previsión de CaixaBank Research, en la que se anticipaba una rebaja más leve de la acontecida. Por su parte, el dato de inflación subyacente se ha situado ligeramente por encima del rango esperado.
La desaceleración de la inflación general, del 10,6% de octubre al 10,0% en noviembre, fue algo más acentuada de lo esperado por el consenso de analistas, mientras que la estabilidad de la inflación núcleo fue acorde con las expectativas. Por componentes, destacó la desaceleración de los precios energéticos, en un contexto de cierta estabilidad en los mercados de gas y petróleo y de medidas (nacionales y europeas) para temperar la escalada en los precios de la energía. El registro de noviembre representa el primer descenso en la inflación general desde mediados de 2021, lo que, de mantenerse, apoyaría la posibilidad de que el BCE pueda aminorar el endurecimiento monetario en los próximos meses.