Sobre el impacto de la caída del precio del petróleo en el saldo corriente

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10 de diciembre de 2014

El fuerte descenso del precio del petróleo en los últimos meses ha sorprendido a propios y a extraños. El precio del barril Brent, de referencia en Europa, ha pasado de 83 euros en enero de 2014 a menos de 70 en noviembre, un descenso del 16%. Más desapercibida, pero también importante, ha sido la caída del precio del gas. Concretamente, desde el primer semestre de 2013 hasta el mismo periodo de 2014, este se ha reducido un 4%.1 Esto, sin lugar a dudas, será de gran ayuda para los principales países de la eurozona, todos ellos con importantes déficits energéticos.

En España, concretamente, las importaciones brutas de pe­­tróleo crudo alcanzaron los 34.800 millones de euros en 2013 (35 millones de barriles mensuales a 82 euros por ba­­rril en promedio). Las importaciones brutas de gas, las se­­gundas en importancia, ascendieron a 10.700 millones de euros. Ambas representan el 97,6% del total de importaciones energéticas brutas.2

El aumento del déficit energético ha sido muy importante durante los últimos años. De los 15.000 millones de euros de 2002 se pasó a los 34.505 millones de euros en 2013, un máximo histórico. Tal aumento fue consecuencia, sobre todo, de la subida del precio de los bienes energéticos y, en especial, del incremento del precio del petróleo. A diferencia de la mayoría de bienes de consumo, la demanda de productos energéticos suele ser bastante independiente de su precio. No es de extrañar, por tanto, que el va­­lor de las importaciones energéticas esté estrechamente ligado al precio del barril Brent. De hecho, desde 2002 el consumo de petróleo crudo en términos reales solo ha aumentado un 4%.

La reciente caída del precio del petróleo, por tanto, ha generado muchas expectativas, especialmente porque hay varios factores que hacen pensar que no se trata de un fenómeno puntual (aunque si hay un mercado volátil e im­­predecible, este es el de las materias primas). Uno de los factores que favorece el descenso del precio de las ma­­terias primas en general, y del petróleo en particular, es la apreciación del dólar: los productores, con un precio inferior en dólares, obtienen los mismos ingresos en su moneda lo­­cal aunque el precio haya bajado. En el caso concreto del petróleo, además, también es­­tán teniendo un papel importante factores de oferta, como el aumento de la producción en EE. UU. o el comportamiento de la OPEP (véase el artículo del Dossier «Debilidad, shale y la estrategia de Arabia Saudí detrás de la sacudida del petróleo», para una explicación más detallada de estos factores).

El escenario de inferiores precios del petróleo, de consolidarse, puede conllevar importantes ahorros para la economía española. Por ejemplo, en nuestro escenario central de previsiones, que contempla un precio medio del barril Brent de 68 euros/barril en 2015 (un descenso del 11% respecto a los 76 euros de promedio con el que esperamos que se cierre el 2014), el ahorro se situaría cerca de los 3.360 millones de euros.3 En un escenario más benévolo para los intereses españoles, una bajada del 18% (62 euros/barril, el nivel actual) representaría un ahorro de 5.880 millones de euros.

En definitiva, la caída del precio del petróleo supondrá un importante apoyo para la recuperación de la economía española, amenazada recientemente por la debilidad de la eurozona. Además, también lo será para el ajuste del saldo externo, que en los últimos meses ha cambiado de rumbo y se ha acercado de nuevo a los registros negativos.

1. Cifras de Eurostat: precio de gas excluyendo tasas para consumo industrial, banda I3.

2. Cifras publicadas por Datacomex y JODI. Estas difieren de las estimaciones de Eurostat ya que este utiliza una metodología que armoniza los datos para el conjunto de países de la eurozona.

3. Para 2015, esperamos que el tipo de cambio euro/dólar se sitúe en promedio en 1,23.

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