Desentrañando el comportamiento de la productividad de la economía portuguesa

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Vânia Duarte
14 de diciembre de 2023
Tranvía lisboeta. Photo by Julian Dik on Unsplash.

Portugal sigue destacando negativamente entre sus homólogos europeos en términos de productividad. En 2019 ocupó la novena posición por la cola entre el conjunto de los países de la UE, con un output generado por trabajador equivalente a 26.500 euros,1 muy por debajo de España (43.400 euros) o Estonia (que en 2010 estaba un 18% por debajo de Portugal y en 2019 un 23% por encima, con 32.700 euros por trabajador). Si bien la productividad portuguesa ha aumentado un 10% en los últimos 10 años, lo que implica un crecimiento medio anual de alrededor del 1%, se trata del cuarto peor desempeño de toda la UE.

La productividad total de la economía puede mejorar por dos vías: aumentando la productividad en los distintos sectores de actividad económica o mediante movimientos de empleo desde sectores menos productivos hacia otros con mayor nivel de productividad. En este Focus, analizamos cuál ha sido la base de la mejora de la productividad entre 2010 y 2019 en Portugal.

  • 1. El análisis realizado en este Focus se centra únicamente en los sectores que componen la economía de mercado considerados por Eurostat y excluidas las actividades financieras y de seguros, lo que implica que también quedan excluidas las Administraciones públicas y la agricultura y pesca. La elección de este periodo surge de la información disponible en las estadísticas estructurales de empresas de Eurostat, únicamente hasta 2020, año que excluimos de nuestro análisis debido a las distorsiones provocadas por la pandemia.
La mejora de la productividad individual en los distintos sectores económicos ha sido el principal factor...

En Portugal, la mejora de la productividad total de la economía entre 2010 y 2019 se produjo tanto por el cambio en la estructura del empleo por sectores como, sobre todo, por la mejora de la productividad en prácticamente todos los sectores económicos.

En el primer gráfico puede apreciarse que el comercio fue el sector con una mayor contribución al aumento de la productividad total en el periodo analizado, con un aumento del valor añadido bruto (VAB) de más del 18% y una caída del empleo del 0,5%. El comercio fue seguido de cerca por la industria manufacturera, con aumentos del VAB y del empleo de alrededor del 25% y el 8%, respectivamente. Además, el alojamiento y restauración y la construcción, por ese orden, contribuyeron positivamente a mejorar la productividad, aunque en menor medida que los dos sectores anteriores.

Portugal: contribución de cada factor y sector al aumento de la productividad total entre 2010 y 2019

Por otro lado, hubo dos sectores con contribuciones negativas a la productividad de Portugal: las TIC y el suministro de energía. En el primer caso, tanto el VAB como el empleo aumentaron significativamente, pero el aumento del em­­pleo fue claramente mayor, casi un 54%; en el caso de la energía, el empleo aumentó de forma relevante, pero el VAB disminuyó ligeramente. Sin embargo, y pese a esta caída de la productividad, superior al 20% en ambos ca­­sos, estos dos sectores siguen siendo los más productivos de la economía portuguesa.

También es importante resaltar que, además de estos dos sectores, los sectores de abastecimiento y residuos de agua, transporte y almacenamiento, actividades inmobiliarias y manufacturas tuvieron un nivel de productividad que superó la productividad nacional total. Además, en 2019 más del 95% de la población ocupada formaba parte de sectores donde el nivel de productividad había aumentado.

... aunque el cambio en la composición sectorial del empleo también ha jugado a favor

La contribución del cambio en la composición sectorial del empleo al aumento de la productividad ha sido menor que el efecto mencionado anteriormente, pero también ha resultado positiva, a diferencia de lo ocurrido, por ejemplo, en España.2 Si la estructura del empleo observada en 2010 se hubiera mantenido sin cambios en 2019, la productividad nacional total sería un 1,5% inferior a la que se ha alcanzado.

Esta situación se explica principalmente por el aumento del empleo en las TIC,3 el segundo sector con mayor nivel de productividad por trabajador (105% por encima de la productividad nacional). Aunque en menor medida, los aumentos del empleo en energía y alojamiento y restauración también contribuyeron positivamente al aumento de la productividad. Por otro lado, los sectores de la construcción y el comercio contribuyeron negativamente, porque hubo una caída del empleo en estos dos sectores.

  • 2. El cambio en la composición sectorial del empleo en España tuvo una contribución negativa, de –1,2 p. p., a la evolución de la productividad total en el país; es decir, la productividad en 2019 habría sido un 1,2% mayor si la estructura del empleo de 2010 se hubiera mantenido. Para más información, véase el Focus «La especialización sectorial penaliza la productividad de la economía española» en el IM11/2023.
  • 3. El empleo en este sector pasó del 2,5% del empleo total de la economía en 2010 al 3,5% en 2019.
Portugal: desglose del crecimiento de la productividad entre 2010 y 2019

Este análisis de la composición del empleo nos permite ir más allá en nuestras conclusiones; de hecho, el cambio sectorial en el empleo podría haber tenido un impacto más positivo si el crecimiento del empleo se hubiera ca­­nalizado hacia sectores más productivos. A modo de ejemplo, si el empleo creado en el sector de alojamiento y restauración se hubiera canalizado hacia un sector con un nivel de productividad más elevada, por ejemplo las TIC, el aumento de la productividad podría haber alcanzado el 15%.

La comparación con Finlandia nos coloca en una mala posición

El aumento de la productividad de la economía portuguesa entre 2010 y 2019 (10,3%) está por debajo del aumento observado en la economía finlandesa en el mismo periodo (13,4%).4 Como consecuencia, el diferencial de productividad entre las dos economías se ha ampliado: la productividad de la economía portuguesa era apro­­xi­­ma­­damente un 60% inferior a la de Finlandia en 2010 y ha empeorado hasta situarse un 61% por debajo en 2019.

La mayor parte de esta diferencia se explica por la menor productividad de los sectores de actividad en Portugal, sobre todo en la industria manufacturera, el comercio y la construcción; en cambio, los sectores más cercanos en términos de productividad fueron la industria extractiva y el suministro de energía. Si Portugal tuviera la especialización laboral de Finlandia, la productividad de la economía portuguesa sería un 13,5% mayor; es decir, el diferencial de productividad de la economía nórdica se reduciría al 55,6% (aun así, se mantendría una brecha considerablemente elevada). Sin embargo, si los sectores económicos de Portugal tuvieran una productividad equivalente a la registrada en los mismos sectores en Finlandia y si mantuviéramos la estructura de empleo de Portugal en 2019, la diferencia respecto al país finlandés se reduciría hasta alrededor del 6%.

  • 4. La elección de Finlandia para comparar con Portugal se explica por el peso similar de su PIB sobre el conjunto de la eurozona.
Portugal y Finlandia: desglose del diferencial de productividad en 2019

En definitiva, Portugal se enfrenta a importantes retos en materia de productividad, que revelan una escasa capacidad para generar valor en comparación con otros países europeos. Resulta fundamental implementar estrategias e inversiones específicas para impulsar un mejor desempeño económico del país y mejorar el nivel de vida de la población, y ello sin demoras, ya que si en los próximos 10 años la productividad en los distintos países europeos evoluciona al mismo ritmo que la observada entre 2010 y 2019, Portugal caería al penúltimo lugar de la UE, solo por delante de Grecia.

Vânia Duarte