La rentabilidad de la educación en España

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12 de mayo de 2014

En una economía de mercado que funciona adecuadamente, la relación entre la retribución de los trabajadores y su nivel educativo es muy estrecha. Las personas con un nivel educativo más elevado suelen ser más productivas y, por tanto, perciben un salario mayor. En España, en 2010 los trabajadores que habían completado como mucho la enseñanza secundaria de primer ciclo percibieron, en promedio, una renta anual bruta de 16.757 euros, mientras que los ingresos de un individuo con estudios universitarios alcanzaban los 29.548 euros. Formarse, por tanto, en general suele tener una recompensa.

La prima salarial en España es, sin embargo, inferior a la de los principales países de la OCDE. En promedio, en los países de la OCDE el salario de un trabajador con estudios universitarios es el doble que el de un trabajador con estudios básicos, mientras que en España es un 75% superior. Son muchos los factores que influyen en la magnitud de la prima salarial, pero la oferta y demanda relativas para cada segmento educativo son clave.1

En este sentido, la oferta de población con estudios universitarios en España parece muy similar a la de los países de la OCDE. En el año 2000, la proporción de la población española entre 25 y 64 años que contaba con estudios universitarios era del 23%, 1 punto por encima de la media de la OCDE. En 2011, esta ratio se situaba en el 32%, tanto en España como en el promedio de la OCDE. Por tanto, a igual oferta, si en España la prima salarial para los universitarios es inferior, es probable que una parte se explique porque la demanda por este tipo de trabajadores sea menor. Otro elemento que puede ayudar a explicarlo es que el nivel educativo efectivo de los universitarios en España es inferior, como muestra la evaluación de las competencias de la población adulta de la OCDE de 2013.2

Es también destacable la distinta evolución de la prima salarial durante la última década entre los países de la OCDE y España. Para los trabajadores con estudios universitarios, en ambos casos se ha producido un aumento notable, pero este ha sido más pronunciado en los países de la OCDE que en España. Concretamente, en España ha aumentado 10 p. p., y en el resto de países de la OCDE lo ha hecho en 23 p. p. en promedio. La evolución de la prima salarial ha sido la opuesta para los trabajadores con estudios hasta el segundo ciclo de secundaria superior: en los países de la OCDE se ha producido un aumento, y en España se ha reducido. En este caso, sin embargo, la evolución de la oferta ha sido muy distinta. En España ha aumentado de forma notable, mientras que en la OCDE se ha mantenido constante. Para que la recompensa de la educación no sea cicatera, deberíamos parecernos más a los alumnos aventajados de la OCDE.

1. Otros factores importantes son la regulación del salario mínimo y las instituciones que gobiernan las relaciones laborales.

2. Véase «OECD Skills Outlook 2013. First Results from the Survey of Adult Skills».

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