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En el balance de octubre, los principales índices bursátiles alcanzaron máximos históricos, el dólar se apreció, las rentabilidades de la deuda soberana descendieron y los diferenciales periféricos de la eurozona se estrecharon. Las materias primas exhibieron disparidad entre el alza de los metales y el descenso en los precios del crudo. Los bancos centrales cumplieron con lo esperado: la Fed recortó tipos y el BCE los mantuvo.
El fuerte deterioro sufrido por las finanzas públicas a raíz de la pandemia ha reabierto el debate sobre la necesidad de reformar las normas fiscales de la UE.
La economía española lleva cuatro años consecutivos creciendo por encima de la media de la eurozona. Paralelamente, la tasa de ahorro ha disminuido hasta mínimos históricos. Sin embargo, aun es pronto para pensar que los hogares tengas escaso margen para acomodar sus decisiones de consumo en caso de que el contexto económico empeore.
Tras unos años de expansión, la economía mundial se ha desacelerado en los últimos trimestres y los riesgos de recesión han empezado a generar inquietud. Todas las miradas se han centrado ahora en cómo las políticas monetaria y fiscal podrían ayudar a impulsar la economía. La política monetaria ya ha movido ficha: la Fed ha recortado tres veces los tipos de interés y el BCE ha emitido un nuevo paquete de estímulo.
Tras crecer un promedio del 3,0% en 2017-2018, la economía lusa ha moderado su crecimiento hasta cotas en torno al 2,0%, en 2019. La entrada en una fase más madura del ciclo y el desvanecimiento de factores de apoyo temporales que impulsaron el crecimiento en los últimos años son los principales causantes de una expansión más moderada. Aun así, este ritmo es suficiente para afianzar la recuperación de la convergencia de Portugal con el resto de la eurozona sin generar desequilibrios macrofinancieros.
La posición de España frente a las vulnerabilidades globales de las finanzas públicas
En este artículo analizamos dimensiones clave de las finanzas públicas españolas, como la duración de su deuda pública o la sensibilidad de la prima de riesgo a otras economías, para evaluar hasta qué punto nos pueden impactar el complejo entorno global y los riesgos fiscales en el resto de Europa.
A las puertas de 2026, la economía mundial demuestra una vez más una resiliencia mayor de la prevista frente a la incertidumbre y al ruido geopolítico. Sin embargo, el crecimiento y el bienestar dependerán de cómo se gestionen la división entre bloques económicos, el auge de la inteligencia artificial y los retos fiscales, en un contexto de transición y creciente complejidad.
Analizamos la evolución reciente y las perspectivas de la deuda pública en las principales economías avanzadas. Mientras que Estados Unidos, Francia o Bélgica seguirán aumentando sus ratios, Japón y Reino Unido podrían estabilizarlas. En contraste, la periferia de la eurozona muestra condiciones favorables para reducir su deuda, aunque requerirá esfuerzos fiscales significativos.
La COVID-19, enfermedad causada por el nuevo coronavirus surgido en la ciudad china de Wuhan, empezó como una amenaza distante para el mundo occidental. En las últimas semanas se ha hecho realidad. Hoy en día, se han detectado al menos 100 casos en más de 30 países del continente europeo, que ya registra el 75% de todos los nuevos casos diarios del mundo. El día 26 de marzo, EE. UU. sobrepasó a China en el número de casos confirmados.
Pese a la previsible reducción del déficit hasta cotas cercanas al 5,0% del PIB en 2022, las necesidades de financiación del Tesoro seguirán siendo elevadas, lo que lleva a preguntarnos si puede haber dificultades para captar dicha financiación una vez que el BCE ha anunciado que va a ir reduciendo sus adquisiciones de deuda pública.
Con el fin de corregir las disfuncionalidades del mercado laboral español, en las últimas décadas se han sucedido varias reformas, la última aprobada en el Consejo de Ministros del pasado 28 de diciembre y que hoy se vota en el Congreso. Se trata, además, de uno de los hitos comprometidos con la UE en el marco del PRTR, cuyo cumplimiento es necesario para acceder a los fondos europeos NGEU.
El tercer volumen de nuestra colección Nuevos Paradigmas está marcado, como no podía ser de otra manera, por los efectos de la COVID-19 y su papel como aceleradora de tendencias que ha hecho emerger nuevas formas de percibir y gestionar situaciones derivadas de la crisis sanitaria. En él abordamos las perspectivas económicas de 2022, la evolución de la desigualdad, las tendencias de consumo, el impacto de los fondos de recuperación europeos y el papel de las democracias en tiempos de pandemia.