Diferencias en el núcleo de la eurozona

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10 de enero de 2014

La eurozona ya lleva dos trimestres presentando tasas de crecimiento intertrimestrales del PIB positivas. Seis trimestres después de que la economía volviera a recaer, parece que finalmente se ha encarrilado la senda de la recuperación. No obstante, este crecimiento agregado a nivel de la eurozona esconde diferencias, no solo entre núcleo y periferia, sino también entre los dos grandes países: Alemania y Francia. La tasa de crecimiento intertrimestral que ambos han mostrado durante los últimos dos trimestres no es muy distinta, 0,4% en promedio en Alemania frente al 0,2% en Francia, pero varios indicadores apuntan a que estas disparidades se podrían mantener en los próximos trimestres, o hasta podrían aumentar.

Uno de los indicadores que ha puesto el debate sobre la mesa es el índice PMI, que suele predecir con alta fiabilidad la trayectoria que seguirá el PIB en el corto plazo. Mientras en Alemania este se ha consolidado en registros claramente superiores a los 50 puntos, nivel a partir del cual se suelen resgistrar tasas de crecimiento positivas, en Francia ha recaído de forma notable durante los últimos meses. Parece, pues, que en 4T 2013 las diferencias de crecimiento entre ambos países, como mínimo, se mantendrán.

Más allá de las tendencias de corto plazo, los indicadores estructurales de ambas economías, tanto macroeconómicos como del entorno económico, presentan diferencias notables que invitan a pensar que las trayectorias de ambas economías podrían divergir de forma notable en los próximos años. La evolución reciente de los principales in­­dicadores macroeconómicos es muy reveladora. Mientras Alemania ya ha superado claramente el nivel del PIB anterior a la crisis, Francia todavía se encuentra ligeramente por debajo. También se observan diferencias importantes en el mercado laboral. La tasa de paro en Alemania es inferior a la de Francia, y los datos más recientes no sugieren que este diferencial se pueda cerrar a corto plazo. También la evolución del sector exterior es muy distinta. Las exportaciones alemanas han mantenido una notable fortaleza durante los últimos años, exhibiendo una tasa de crecimiento anual promedio del 7,7% entre 1T 2010 y 3T 2013. En cambio, en Francia la tasa de crecimiento se ha quedado en el 4,6%. La mayor internacionalización de la economía alemana y la evolución relativa de los costes laborales en ambos países (véase tabla adjunta), hace pensar que esta diferencia se puede mantener en los pró­­ximos trimestres.

Los índices que intentan medir la situación del entorno económico, por otro lado, tienden a reflejar las tendencias de fondo de una economía y, por tanto, suelen ser un buen indicador de la capacidad de crecimiento a largo plazo. El índice de competitividad que computa el World Economic Forum es muy útil en este sentido. En cinco de las áreas más relevantes, Alemania presenta una mejor situación. Las diferencias en infraestructuras y capacidad tecnológica son menores. Las grandes diferencias las encontramos en instituciones, eficiencia del mercado laboral y, en menor medida, innovación. La buena noticia para Francia es que son diferencias que se pueden subsanar con reformas estructurales. Sin embargo, la falta de voluntad política y social para hacerlo no permite ser muy optimistas.

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