Diferencial de productividad entre la eurozona y EE. UU.: un análisis sectorial

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15 de mayo de 2017

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Uno de los mayores retos de la eurozona es, sin lugar a dudas, aumentar la tasa de crecimiento de la productividad. Como se puede observar en el primer gráfico, durante los últimos años su evolución ha sido relativamente débil. Concretamente, el crecimiento anualizado de la productividad en la eurozona ha sido 0,7 p. p. inferior al de EE. UU. entre los años 1995 y 2014.

Si se descompone la evolución de la productividad en la eurozona entre la de los países de la periferia y la de los países core se constatan tres tendencias. Primera, la evolución es muy heterogénea entre los países del núcleo y los de la periferia. Segunda, en los países core, como cabía esperar, su evolución ha sido algo mejor que la del conjunto de la eurozona, pero se ha mantenido lejos de la observada en EE. UU. Y, tercero, en los países de la periferia europea la evolución de la productividad ha sido muy pobre. Concretamente, el crecimiento anualizado se ha quedado en un 0,5%.

Respecto al segundo elemento, si se analiza con un poco más de detalle la evolución de la productividad entre las distintas economías antes de la crisis, y se lleva a cabo un análisis por sectores, las conclusiones tampoco invitan al optimismo para la eurozona. En la eurozona, para cada sector, si se toma la mejor evolución de la productividad observada entre los distintos países, esta solo consigue igualar la observada en el conjunto de EE. UU. (véase el segundo gráfico). Dicho de otra forma, si hacemos un símil con una clase de una escuela, en la que cada sector es una asignatura, y los distintos alumnos representan a los distintos países, el mejor alumno europeo de cada asignatura solo consigue igualar al alumno promedio de EE. UU.1

Finalmente, respecto a la evolución de la productividad en los países de la periferia, la tabla adjunta muestra que, entre 1995 y 2014, la productividad en la periferia creció, en términos anualizados, 0,6 p. p. menos que en los países del núcleo. Este diferencial es particularmente elevado en los sectores de turismo, comercio y transporte y en el de las telecomunicaciones. Sin embargo, cabe destacar que a partir de la crisis económica se observa un remarcable cambio de tendencia. Concretamente, mientras que el di­­ferencial de crecimiento de la productividad entre los países de la periferia y los core se situó en –1,2 p. p. durante la etapa previa a la crisis, en la etapa posterior el crecimiento de la productividad fue ligeramente superior en la periferia europea. No obstante, es demasiado pronto para cantar victoria, ya que parte de esta mejora de la productividad es resultado de la importante destrucción de empleo que se produjo en los países de la periferia durante la crisis y, por tanto, habrá que seguir de cerca si este cambio de tendencia se mantiene en los años de recuperación económica. Las reformas estructurales que se han llevado a cabo en los países periféricos invitan a un optimismo mo­­derado.

 

1. EU Klems ofrece datos comparables con EE. UU. solo hasta 2007.

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