La inclusión financiera en la India y los retos para la banca

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Denis Nakagaki
8 de enero de 2016
Rollos de billetes de rupias indias

La inclusión financiera, un aspecto clave para el avance de los países en desarrollo, constituye un gran desafío para la India. En un país donde más de 265 millones de personas (el 21% de su población) viven con menos de 1,9 dólares al día, la reducción de la pobreza y de la desigualdad económica es uno de los objetivos sociales más importantes. En este contexto, la inclusión financiera es una medida fundamental para alcanzar esta meta. Sin un acceso a servicios financieros básicos, los individuos pobres y las pequeñas empresas tienen que depender de sus ahorros o de otras fuentes informales de recursos para invertir en educación, crear una empresa o hacer frente a accidentes o siniestros. En términos macroeconómicos, la inclusión financiera aumenta el ahorro, promueve la inversión y el consumo de bienes duraderos y, en última instancia, favorece el crecimiento económico.1 En este artículo analizamos el grado de inclusión financiera en la India y los principales retos del proceso.

La inclusión financiera en la India ha mejorado significativamente en los últimos años. Entre 2011 y 2014, más de 175 millones de personas pasaron a tener una cuenta bancaria, lo que representa el 18% de la población. Como resultado de este notable avance, el acceso a los servicios financieros en la India es alto comparado con el de otros países de ingresos medianos y bajos, e inferior al de unos pocos países, como por ejemplo Kenia, donde la popularidad de la banca móvil ha propulsado la inclusión financiera. A pesar de esta evolución, más de 600 millones de ciudadanos indios (el 47% de la población) seguían sin tener una cuenta bancaria en una institución financiera formal en 2014. De manera similar, el país presenta una de las tasas de informalidad del sector financiero más altas del mundo, dado que el 12% de su población adulta tiene préstamos por canales no formales.

Para promover un progreso aún más intenso de la inclusión financiera, el Gobierno impulsó en 2014 el programa Pradhan Mantri Jan Dhan Yojana (PMJDY, por las siglas en hindi de Plan del primer ministro en relación con el dinero de los ciudadanos). Entre agosto de 2014 y principios de diciembre de 2015, el programa ha logrado que se abrieran más de 194 millones de cuentas.2 Como los bancos estatales constituyen el 70% de los activos del sistema bancario, el Gobierno les encomendó la tarea de ser el principal vector de inclusión financiera por el lado de la oferta, de tal manera que actualmente son responsables del 78% de las cuentas creadas bajo este programa. El plan se ha beneficiado de la iniciativa del Gobierno de ofrecer una tarjeta biométrica única (Aadhaar)3 a cada ciudadano indio, lo que ha facilitado el cumplimiento de los requisitos de identificación de clientes (know your client). Por otro lado, también cabe destacar que, en abril de 2014, el Reserve Bank of India, banco central y supervisor financiero del país, concedió dos licencias bancarias condicionadas a que el 25% de las oficinas de los nuevos bancos estuvieran en regiones rurales, con el objetivo de favorecer, precisamente, la inclusión financiera. Esta promoción de la competencia es fundamental para la inclusión financiera, puesto que incentiva a los bancos tradicionales (públicos) a innovar para poder ofrecer servicios financieros a nuevos segmentos de clientes.

Como parte del PMJDY, las autoridades han promovido una serie de incentivos para estimular la demanda de cuentas bancarias. Al establecer que los pagos de subsidios gubernamentales y otras ayudas sociales se tramitaran a través de las nuevas cuentas, el Gobierno creó incentivos para su apertura. A su vez, el Estado se ha beneficiado de una reducción de los gastos de administración de estas transferencias, ha prevenido la corrupción y ha aumentado el control sobre los destinatarios últimos de los beneficios, puesto que cada cuenta bancaria está asociada a una tarjeta única de identidad.4, 5 Además, asociados a las cuentas bancarias, se incluyeron otros productos financieros subsidiados por el Gobierno, como tarjetas de débito, seguros de accidentes y de vida, y planes de pensiones.

Todas estas medidas de inclusión financiera han favorecido particularmente a ciertos grupos sociales tradicionalmente excluidos del sistema financiero, como los agricultores y los jornaleros. El programa ha permitido abrir cuentas conjuntas para estos trabajadores, haciendo que estos grupos se vuelvan más atractivos para los bancos, ya que generan más transacciones y tienen una mejor capacidad financiera para operar de forma cooperativa. Finalmente, el programa de inclusión financiera se beneficia de las denominadas externalidades de red, por las que la utilidad que los nuevos clientes obtienen del acceso a los servicios financieros depende del número de individuos que también tengan acceso. En tal caso, la inclusión de determinados grupos en el sistema financiero crea una masa crítica de nuevos clientes, lo que facilita que interactúen entre sí y con otros segmentos de la sociedad, y aumenta el interés y la competencia por parte de los bancos, al enfocarse en ese segmento de mercado. Esta situación favorece la creación de productos financieros destinados a esos nuevos clientes y, en consecuencia, crece su interés en obtener esos nuevos productos financieros.

El gran reto para la banca es poder rentabilizar los nuevos millones de clientes de ingresos muy bajos. Para que este modelo de negocio sea sostenible, se requiere escala, costes operativos muy reducidos y una oferta de productos financieros específicos a estos segmentos de clientes, basada en servicios de transaccionalidad, productos simples de ahorro y seguros. Actualmente, las tasas de utilización de las nuevas cuentas del programa PMJDY siguen siendo bajas, ya que el 34% tiene un saldo cero, mientras que el total de depósitos asciende a 4,1 miles de millones de dólares (una media de 20 dólares por cuenta).6

La implementación de nuevos modelos de negocio y la utilización de las nuevas tecnologías serán imprescindibles para que la inclusión financiera sea sostenible. La mediación de agentes o de corresponsales (por ejemplo, correos, gasolineras u otros establecimientos) ya ha permitido una significativa reducción de los costes del PMJDY, puesto que el coste de la apertura de una cuenta a través de estos canales representa una decimoquinta parte del que supondría para una oficina bancaria. Según estimaciones de mercado, el coste de abrir y mantener las nuevas cuentas bajo el programa PMJDY es de 3-4 dólares anuales por cuenta. El State Bank of India, el banco estatal más grande del país, ha sido pionero en usar este canal, que ha representado el 90% de las cuentas que se han abierto bajo el programa.7 Para facilitar su uso, se están distribuyendo terminales portátiles a los carteros, que permitirán la autorización de transferencias mediante las tarjetas de identidad Aadhaar, eliminando la necesidad de que una persona se desplace a una agencia o a la oficina de un corresponsal. Finalmente, la digitalización y la am­­pliación del uso del móvil para transacciones bancarias contribuyen a aumentar la escala de las transacciones. Aunque la tasa de penetración de los móviles en la India sea elevada, su empleo para las transacciones es bajo en relación con otros países en desarrollo, a causa de las diferencias de plataformas y de procedimientos adoptados por los bancos.8 Para facilitar la digitalización de la banca india, la National Payments Corporation of India está desarrollando una interface única de pagos basada en la tarjeta biométrica Aadhaar.

En el futuro, una mayor inclusión financiera deberá acompañarse también de una mayor alfabetización financiera y de la expansión de registros de crédito para evitar los riesgos asociados a un incremento del endeudamiento. La educación financiera de los nuevos clientes y de los agentes o corresponsales es particularmente importante, puesto que gran parte de ellos nunca habían tenido acceso a servicios financieros formales hasta la puesta en marcha del PMJDY. Finalmente, la utilización de las tarjetas biométricas Aadhaar podrá contribuir a generar y mantener nuevas bases de datos de créditos, lo que facilitará las estimaciones de potenciales pérdidas y la fijación del precio de los nuevos productos financieros.

Denis Nakagaki

Departamento de Estrategia Bancaria, Área de Planificación Estratégica y Estudios, CaixaBank

 

1. Véase «The Global Findex Database 2014. Measuring Financial Inclusion around the World», Banco Mundial, abril de 2015.

2. Véase «Progress Report, Pradhan Mantri Jan Dhan Yojana», Ministerio de Finanzas, Gobierno de la India, diciembre de 2015.

3. La Aadhaar (del hindi «fundación») es el documento nacional de identidad de la India, que incluye información biométrica de cada persona (fotografía, huellas dactilares e iris) y reduce el número de identidades duplicadas o falsas.

4. Véase «The Opportunities of Digitizing Payments», Banco Mundial, agosto de 2014.

5. Véase «India: Jump-Starting Financial Inclusion», Institute of International Finance, junio de 2015.

6. Véase la nota núm. 2.

7. Véase la nota núm. 5.

8. Véase «Report of the Technical Committee on Mobile Banking», Reserve Bank of India, febrero de 2014.

Denis Nakagaki
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