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El inicio de 2025 ha traído un cambio en el foco de los mercados financieros, que se afianzó en el último mes de febrero. Los inversores han desplazado su atención desde los bancos centrales, el principal driver de los mercados en 2024, hacia un entorno de elevado riesgo geopolítico, con el «efecto Trump» como catalizador clave.
A las puertas del Black Friday, analizamos el consumo electrónico en España por sectores y franjas de edad a partir de datos internos anonimizados de CaixaBank.
Sentimiento de menos a más en EE. UU., y algo dubitativo en el resto del mundo, mientras los bancos centrales avanzan en la distensión monetaria «gradual».
El crecimiento del PIB volvió a batir las expectativas en el 3T y el mercado laboral y los PMI estrenan el 4T con buen pie.
Tras casi dos años incrementando los tipos de interés, en 2023 los principales bancos centrales alcanzaron la cima y reajustaron su estrategia: en vez de subir más los tipos oficiales, el endurecimiento monetario se iba a vehicular sosteniendo esa cima por un buen tiempo. Sin embargo, ya en otoño los mercados financieros se cuestionaban esta narrativa. ¿Por qué?
Los mercados iniciaron el 2024 con apetito por el riesgo, apoyados en la retórica del aterrizaje suave en las principales economías avanzadas y en una valoración positiva de los datos macroeconómicos.
En un entorno de incertidumbre geopolítica, tipos de interés elevados y enfriamiento de la demanda mundial, las principales economías avanzadas terminaron el año 2023 con mayor resiliencia de lo esperado hace unos trimestres.
Los datos preliminares del PIB publicados por el INE indican una notable aceleración del crecimiento en el último trimestre de 2023, con un avance del 0,8% intertrimestral y del 2,2% interanual en el 4T 2023.
¿Cómo ha evolucionado el gasto en agua, luz y gas en los últimos cinco años? Analizamos de manera anonimizada los recibos domiciliados en las cuentas bancarias de CaixaBank y su principal partida, los suministros básicos, para entender el esfuerzo que han tenido que hacer los hogares españoles para pagar la factura energética.
Si en diciembre de 2022 nuestra previsión de crecimiento del PIB para 2023 era del 1%, finalmente la economía española ha logrado crecer un notable 2,5%, a pesar de la incertidumbre geopolítica, una inflación todavía elevada pese a su descenso en los últimos meses y el alza de los tipos de interés.
CaixaBank Research prevé un crecimiento del 1,4% para 2024, pero empezamos el año señalando los riesgos al alza. Los buenos datos de crecimiento del 4T 2023 y la mejora de las perspectivas de consumo de los hogares nos llevarán a revisar el crecimiento y situarlo cerca del 2,0%.
En un contexto marcado por tensiones geopolíticas, incertidumbre persistente y amenazas arancelarias, la economía global sigue mostrando una notable capacidad de resistencia.
La situación actual del mercado inmobiliario español se caracteriza, a grandes rasgos, por la fortaleza de la demanda y la escasez de oferta. Como consecuencia de este desajuste entre oferta y demanda, el precio de la vivienda ha acelerado el paso, especialmente el de la obra nueva. Desde CaixaBank Research ya preveíamos que la tendencia alcista del mercado inmobiliario se afianzaría en 2024, pero los datos que se han ido publicando han sido más pujantes de lo esperado, y ello, junto con la mejora de las perspectivas económicas, nos ha llevado a revisar al alza las previsiones del sector inmobiliario para 2024-2025.