El shock de la COVID-19 está teniendo efectos muy significativos sobre las economías emergentes y se está transmitiendo por canales reales y financieros de forma rápida e intensa. Cerca de 100 países, la mayoría emergentes, están explorando obtener ayuda del FMI o ampliar la que ya tienen. ¿Será el principio de una nueva crisis emergente como la de las décadas de 1980 y 1990?
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El enésimo cambio de narrativa económica de los últimos meses, esta vez pasando del soft landing al no landing, parece jugar a favor de la intención de los bancos centrales de mantener el curso, seguir subiendo tipos y, una vez se alcance el pico, permanecer en terreno restrictivo durante más tiempo del esperado.
Con la previsible estabilización del déficit público en cotas cercanas al 4,0% del PIB en 2023, las necesidades de financiación del Tesoro seguirán siendo elevadas. El mercado deberá absorber, además, toda aquella deuda en manos del BCE que no será reinvertida por parte del banco central, que anunció un cambio de estrategia en diciembre. En este contexto, es útil poner en perspectiva el volumen de deuda que deberá absorber el mercado durante este 2023.
El anuncio de un aumento significativo y generalizado de los aranceles por parte de la Administración Trump, junto con una política económica errática y poco predecible, ha disparado el temor a una nueva desaceleración de la economía global. En este contexto, toca reevaluar la posición de la economía española, valorando sus fortalezas y debilidades en el nuevo escenario.
La AIReF ha dictaminado que no se incumple la regla de gasto en pensiones acordada con la Comisión Europea, si bien señala que cumplirla no garantiza la sostenibilidad del sistema de pensiones ni del conjunto de AA. PP., y alerta de que será necesario aumentar las transferencias del Estado a la Seguridad Social para sostener el sistema entre ahora y 2050.
Reducir el elevado stock de deuda pública española llevará su tiempo, pero en el contexto económico actual hay elementos que pueden ayudar a que la digestión sea algo más llevadera de lo que estas astronómicas cifras (1,34 billones de euros en 2020) pueden dar a entender.
España redujo en 2024 sus exportaciones a la Unión Europea y a los Estados Unidos, de manera que tuvo que buscar oportunidades en nuevos mercados para diversificar y fortalecer sus relaciones comerciales. Entre ellos destacan los países de la ASEAN, América Latina y las islas del Caribe, y Oceanía.
La economía española sigue mostrando un dinamismo mayor de lo que se esperaba en el arranque del año, gracias sobre todo al empuje del sector terciario, especialmente el turismo, y la creación de empleo. De cara a los próximos trimestres, contará además con factores de soporte, como una política monetaria menos restrictiva, unas tensiones inflacionistas en senda de corrección y la previsible aceleración de la ejecución de los fondos europeos NGEU.
Sin duda, las dos preguntas clave en la mente de los inversores y el hilo conductor de los mercados financieros durante gran parte del año, y claramente en el último mes, han sido cuándo bajarán el BCE y la Fed los tipos de interés y cuántas veces lo harán en 2024. Así, mayo y el inicio de junio experimentaron idas y venidas en la cotización de los activos financieros a medida que los inversores trataron de esclarecer las futuras decisiones de los bancos centrales.
El ahorro de los españoles pasó de 5.800 euros por hogar en 2023 a más de 7.000 en 2024. ¿Por qué ha crecido la tasa de ahorro de las familias y qué esperamos en 2025?
Las disrupciones en las cadenas globales de suministros, presentes en los mercados desde finales de 2020 por la reactivación de la demanda tras las peores fases de la pandemia, y más tarde por los efectos de la guerra en Ucrania y por la persistencia de la COVID-19 en Asia, condicionaron la actividad en algunas ramas manufactureras a lo largo de la segunda mitad de 2021 y, sobre todo, en 2022. En algunos sectores, los episodios más intensos de dificultades en el comercio internacional obligaron a recortar la producción de manera puntual, o incluso a paralizarla. Como es lógico, sufrieron más las industrias más dependientes de la importación de materias primas o de bienes intermedios para sus procesos productivos, así como aquellas con una mayor complejidad en sus cadenas de valor.
En 2024, la economía española ha exhibido un crecimiento generalizado de todos sus sectores de actividad, con pocas excepciones: se ha reducido el número de sectores en debilidad y que han aumentado los sectores en expansión gracias a la progresiva absorción de los fuertes shocks que afectaron su evolución en los últimos años.
A partir del análisis del crecimiento del consumo desde mayo de 2021, cuando finalizó el último estado de alarma, observamos que el gasto en transporte, y sobre todo en ocio y restauración y en turismo, se recuperó con especial vigor. Así pues, los sectores más perjudicados por las restricciones (la mayoría todavía vigentes en el 1T 2021) son los que más se están recuperando. En cambio, los bienes duraderos (muebles, textil, etc.) se han beneficiado de forma mucho más modesta del repunte del consumo, como se verá más adelante, mientras que el gasto en bienes de primera necesidad ha registrado un retroceso (excepto entre los hogares con menores rentas), debido en parte a que estos bienes son sustituibles por los servicios ofrecidos por la restauración.
El consumo en España se está recuperando a mayor velocidad que en crisis anteriores. Ello se pone de manifiesto en el monitor de consumo elaborado por CaixaBank Research con datos internos. En el mes de octubre, nuestro indicador de consumo ya se situaba un 13% por encima del mismo mes de 2019.
En 2021 se alcanzó un hito difícil de imaginar un año atrás: la vacunación masiva de gran parte de la población en los países avanzados. Aunque se están produciendo nuevas olas de contagios, en los países en los que los niveles de vacunación de la población son más elevados es de esperar que no se tengan que volver a restricciones a la actividad y a la movilidad tan severas como las que marcaron el compás de la evolución económica desde el estallido de la pandemia.