La rápida recuperación de la movilidad aérea en los meses de verano ha cogido al sector del transporte aéreo desprovisto de la mano de obra suficiente para hacer frente al crecimiento de los pasajeros. Según nuestro análisis, este desajuste ha desembocado en fuertes problemas de saturación aeroportuaria en buena parte de Europa, principalmente en los países emisores de turistas, lo que ha supuesto un techo a la recuperación del turismo en Europa.
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La combinación de un crecimiento demográfico vigoroso y el gradual descenso de los tipos de interés, junto con la falta de oferta, está impulsando el crecimiento de los precios de la vivienda, particularmente en el mercado de vivienda nueva y en las regiones más dinámicas y con mayor atractivo turístico.
El mercado residencial español se ha resentido de la caída de la demanda extranjera durante la pandemia, en especial en las las zonas más turísticas del arco mediterráneo y los archipiélagos. Si bien los precios de la vivienda en los municipios más turísticos han sufrido una desaceleración marcada, el ajuste fue muy moderado hasta el 1T 2021 y las perspectivas de cara a los próximos trimestres son positivas.
La economía española creció un 5,0% en 2021, un registro elevado en términos históricos, aunque levemente por debajo de lo que se esperaba, teniendo en cuenta que a comienzos de año se preveían tasas de crecimiento del PIB más próximas al 6,0%. Varios factores, tanto internos como externos, han restado vigor a esa reactivación de la economía. Entre los internos, destaca una activación del programa NGEU algo más lenta de lo previsto, que se tradujo en una recuperación modesta de la inversión. Entre los factores externos, sobresalen el encarecimiento de los costes energéticos y los problemas en las cadenas de suministros globales, ambos agravados significativamente por la guerra en Ucrania.
Judit Montoriol comparte los principales mensajes del Informe Sectorial de Agroalimentario 2020 en el webinario “Oportunidades y motivos para invertir en la industria agroalimentaria” organizado el 25 de noviembre por AgroBank y CNTA. Tras resumir la situación de la economía mundial y española en el contexto de laCOVID-19, la autora analiza cómo resistió el sector agroalimentario los peores meses de la pandemia desde el punto de vista de la oferta, la demanda y las exportaciones, y cuáles son las principales tendencias de digitalización que se están incorporando en el sector.
Nuestra especialista en sector inmobliario analiza las previsiones del sector tras el impacto de la crisis de la covid-19 en este webinario organizado para los gestores de HolaBank, el segmento de CaixaBank dirigido a los clientes internacionales que pasan temporadas en España. El vídeo está disponible en castellano, con subtítulos en inglés.
El sector citrícola es uno de los más importantes del sistema agroalimentario español y líder destacado en los mercados internacionales de exportación. Caracterizado por la atomización de las explotaciones, con las consiguientes dificultades para su modernización, debe afrontar importantes retos y desafíos. En particular, la fuerte competencia de terceros países, en un momento de intenso repunte de los costes de producción, acentuado por la prolongada sequía y la guerra de Ucrania. En todo caso, a la vista de las cifras, la citricultura española sigue siendo la más competitiva del mundo, gracias a la vitola, ganada a pulso, de producto de la más alta calidad y con las máximas garantías sanitarias.
El sector del comercio minorista desempeña un papel muy relevante en una economía eminentemente de servicios como la española, con un mayor peso respecto a otras economías europeas en términos de actividad, empleo y número de empresas. Se trata de un sector empresarialmente atomizado, con fuerte presencia de pymes y micropymes, y especialmente intensivo en empleo. Además, su presencia está ampliamente extendida a lo largo y ancho de nuestra geografía. Todo ello le concede cierto papel cohesionador, tanto desde el punto de vista social como territorial, dentro de la economía española.
Los costes de la construcción en España se han incrementado significativamente desde enero de 2021, un alza que se inició por la fuerte reactivación de la demanda global ante la reapertura de la economía tras la pandemia, pero que se acentuó con el estallido de la guerra en Ucrania. En los últimos meses, sin embargo, el precio de los metales industriales en los mercados internacionales ha descendido de forma marcada y los mercados de futuros apuntan a una cierta estabilización de las cotizaciones. En este contexto, es de esperar que los costes de los materiales de la construcción en España se moderen en 2023.
La industria de la automoción es un importante motor de crecimiento y prosperidad a nivel mundial, por su contribución social, al facilitar la movilidad de las personas de forma eficiente, segura y asequible, y económica, como motor de innovación, generador de empleo de calidad y pilar del comercio internacional. En el caso de España, se ha convertido en un puntal de nuestra industria y un referente a escala mundial, gracias a una gran capacidad de producción y una elevada productividad, derivada de una mano de obra cualificada y un alto nivel de automatización de las plantas. La crisis económica generada por la pandemia ha hecho mella en un sector que se encuentra en plena transformación tecnológica hacia la electrificación. Una transición necesaria y que contará con un importante apoyo de los fondos Next Generation EU (NGEU).
En 2021 se alcanzó un hito difícil de imaginar un año atrás: la vacunación masiva de gran parte de la población en los países avanzados. Aunque se están produciendo nuevas olas de contagios, en los países en los que los niveles de vacunación de la población son más elevados es de esperar que no se tengan que volver a restricciones a la actividad y a la movilidad tan severas como las que marcaron el compás de la evolución económica desde el estallido de la pandemia.
Según el nuevo Indicador Sectorial de CaixaBank Research, las ramas más intensivas en energía de la industria manufacturera y el sector agroalimentario son los que más sufrieron en 2023. En el lado opuesto, encontramos la hostelería y la automoción, que mantuvieron una buena evolución.