La economía portuguesa, apoyada por la demanda interna y con cuentas públicas equilibradas

En el 3T, la demanda interna contribuyó 3,6 p. p., beneficiada por la solidez del consumo privado (+4,0% interanual) y de la inversión (+4,0%). La demanda externa siguió lastrando el crecimiento (–1,2 p. p.), aunque en menor medida que en el 2T. En términos intertrimestrales, se registró un crecimiento del 0,8%, en el que destaca el comportamiento de la inversión (+3,3% intertrimestral, +1 p. p.), anclada en un crecimiento significativo en equipos de transporte. En este contexto, esperamos que la economía portuguesa crezca en torno al 2% en 2026. El apoyo de la inversión, impulsada por la aceleración de los fondos NGEU y unos costes de financiación más reducidos, será un elemento clave. Mientras, el consumo privado seguirá apoyando el crecimiento y beneficiándose de la robustez del mercado laboral, la recuperación de los ingresos y la acumulación de ahorros en los últimos años. Por otro lado, se mantendrá la contribución negativa de la demanda externa por unas perspectivas moderadas para el avance de las exportaciones y la fortaleza continuada de las importaciones. La política fiscal seguirá siendo un factor de apoyo a la economía. En este ámbito, los datos de ejecución presupuestaria refuerzan la expectativa de que el saldo presupuestario pueda terminar 2025 incluso por encima de lo previsto por el Gobierno (0,3% del PIB), ofreciendo un mayor margen de maniobra fiscal de cara al próximo año.

El indicador de sentimiento económico de la Comisión Europea se recuperó en noviembre y se situó en los 106,5 puntos (vs. 104,5 en octubre, 106,2 en el 3T). Del mismo modo, el indicador de clima económico del INE portugués aceleró hasta el 3,1% en noviembre y situó la media del trimestre en el 3%, 1 décima más que en el 3T, resultado de la mejora del sentimiento en el sector manufacturero. En los servicios se registró un deterioro, lo que refleja unas perspectivas algo más cautelosas respecto a la evolución de la demanda en los próximos meses. Por otro lado, la confianza de los consumidores sufrió un ligero deterioro en noviembre y señaló una mayor incertidumbre sobre la situación económica del país.

En noviembre, la inflación general retrocedió hasta el 2,2% (2,3% en octubre) y situó la inflación media de los últimos 12 meses en el 2,4%. La subyacente también descendió, hasta el 1,9% (2,1% en octubre). La variación intermensual negativa de ambos índices está en línea con su patrón histórico de estacionalidad y deja el camino abierto para que el año cierre con la inflación cerca del 2%. Por su parte, la población empleada alcanzó un nuevo máximo histórico en el 3T. El aumento del 3,7% interanual se explica, en gran medida, por los sectores de salud y apoyo social, hostelería y restauración, y tecnologías de información. También los datos mensuales muestran el buen dinamismo del mercado laboral, con un crecimiento del empleo superior al 3% interanual en octubre.