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BCE: (casi) todo sigue igual desde la Toscana

El BCE mantuvo los tipos de interés (depo en el 2,00%) y reiteró su compromiso con una estrategia de tomar las decisiones “reunión a reunión, según la evolución de los datos” y sin comprometerse con ninguna senda futura de tipos de interés. El BCE presentó una visión algo más positiva de la actividad económica y del balance de riesgos, pero no alteró significativamente unas expectativas de los mercados financieros que siguen cotizando tipos estables (depo al 2,00%) pero con cierto sesgo bajista (probabilidad implícita de un depo en el 1,75% a mediados de 2026 del 40%). Más allá de la coyuntura, el BCE también anunció que el proyecto del euro digital avanzará de fase.

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October 30th, 2025

Puntos clave

  • En una reunión celebrada en Florencia, como parte de la rotación ocasional entre las sedes de los bancos centrales nacionales, el BCE mantuvo los tipos de interés (depo en el 2,00%) y reiteró su compromiso con una estrategia de tomar las decisiones “reunión a reunión, según la evolución de los datos” y sin comprometerse con ninguna senda futura de tipos de interés.
  • La decisión fue unánime, y nuestra lectura de los comentarios de hoy de Lagarde es que refleja cuatro grandes elementos:
    • Unos datos de inflación virtualmente en el objetivo y la perspectiva de que sigan aflojando las presiones subyacentes que, residualmente, todavía son algo elevadas.
    • Una actividad económica resiliente. Tras los datos de PIB conocidos hoy, con un crecimiento del 0,2% intertrimestral en la eurozona, Lagarde incluso hizo algo de broma y dijo que “no se va a quejar demasiado” (las últimas proyecciones del BCE preveían un 0,0%).
    • Una disminución de las amenazas. El BCE subió un poco el tono respecto a anteriores reuniones al señalar que algunas amenazas han amainado (abated, en palabras de Lagarde), tras recoger el acuerdo comercial entre EE. UU. y la UE, la tregua en Oriente Medio y los recientes avances en las negociaciones entre EE. UU. y China.
    • Una política monetaria en “buena posición”. Como en las últimas reuniones, no se habló de tipos “neutrales”, pero el BCE repitió que “la política monetaria está en una buena posición”. Ello es coherente con nuestra visión de que un depo del 2,00% se corresponde con un tipo “neutral”, que ni estimula ni restringe la actividad y, así, es un buen punto de reposo desde el que se podría actuar si el escenario se tuerce (la propia Lagarde puntualizó que el “buen lugar” no es “fijo”).
  • Más allá de la coyuntura, el BCE anunció que el proyecto del euro digital avanzará de fase, de la “preparación” (iniciada en noviembre de 2023) a la “disponibilidad técnica para una primera emisión” (en una nota de prensa separada, el BCE habla de la posibilidad de un ejercicio piloto en 2027 y una potencial primera emisión del euro digital en 2029).
  • Tras la reunión, los mercados mantienen la expectativa de que el BCE sostendrá el tipo depo en el 2,00% en los próximos meses, aunque siguen cotizándolo con cierto sesgo bajista (la probabilidad implícita en los mercados monetarios de un depo en el 1,75% a mediados de 2026 es del 40%).

Entorno macroeconómico

  • El BCE presentó una visión algo más positiva del escenario. Sin dejar de reiterar que el entorno es incierto, el BCE volvió a describir unas buenas perspectivas para la inflación (“indicadores coherentes con el objetivo de medio plazo del 2%”) y mejoró su valoración de la actividad y el mapa de riesgos.
  • El BCE ve buenas perspectivas para la demanda doméstica, apoyada en la recuperación de los ingresos reales de las familias, las bajadas de tipos ya realizadas y el soporte a la inversión de los planes de gasto público en infraestructura y defensa. Además, el PIB del 3T sorprendió en positivo, y la lectura del BCE es que se vio espoleado no solo por el turismo, sino también por la inversión de las empresas destinada a modernizar la infraestructura digital e integrar la inteligencia artificial en las operaciones.
  • El tono también fue más positivo en la descripción del mapa de riesgos, especialmente en aquellos que condicionan la actividad económica (acuerdos comerciales de EE. UU. y la UE, la tregua en Oriente Medio y los avances en las negociaciones EE. UU. – China), hasta el punto de que, preguntada por los periodistas, Lagarde tuvo que clarificar que el BCE no estaba señalando un sesgo alcista sobre las perspectivas de crecimiento. En cambio, Lagarde mantuvo un mensaje de mayor continuidad sobre los riesgos que rodean a la inflación, pero exhibió cierto sesgo hawkish al poner el énfasis en la amenaza de los cuellos de botella y la disrupción de las cadenas de suministros globales, un riesgo que, como señaló, todavía no se ha materializado pero al que el BCE sigue muy atento.

Política monetaria

  • Desde junio, el BCE mantiene el tipo depo en el 2,00%, el refi en el 2,15% y el de la facilidad marginal de crédito (MLF) en el 2,40%, niveles que estimamos “neutrales” (ni estimulan ni enfrían la actividad).
  • Más allá de la coyuntura, parte de la atención estuvo centrada en los anuncios sobre el cambio de fase del proyecto del euro digital:
    • En una nota de prensa separada, el BCE detalló que la nueva fase se centrará en “la disponibilidad técnica” (desarrollar los fundamentos técnicos del euro digital), “la participación del mercado” (colaboración con proveedores de pagos, consumidores y otros agentes) y “apoyo al proceso legislativo” (proporcionando apoyo técnico a los legisladores europeos).
    • Preguntados en la rueda de prensa sobre el rol del banco central en el dinero digital, tanto Lagarde como el gobernador de Banca d’Italia (Fabio Panetta, figura clave del euro digital como miembro de la Junta de Gobierno del BCE en 2020-2023) recalcaron que, físico o digital, el dinero es un bien público y eso hace necesario un papel central del BCE como ancla para la confianza.

Reacción de los mercados

La reunión del BCE se saldó sin grandes movimientos en los mercados financieros. Las bolsas europeas revirtieron parte de los retrocesos que mantenían desde el inicio de la sesión, mientras que los tipos de interés soberanos deshicieron los repuntes exhibidos en la apertura y el euro se debilitó hacia los 1,15 dólares.