El problema de acceso a la vivienda, tanto en alquiler como en propiedad, se ha agravado en los últimos años afectando con especial intensidad a colectivos como los jóvenes. La solución no es sencilla y requiere de actuaciones en múltiples frentes y contemplar un horizonte temporal amplio. La colaboración público-privada es fundamental para incrementar de forma significativa la oferta de vivienda asequible, y la construcción industrializada se postula como una nueva forma de construcción que permite superar los principales retos del sector, como atraer mano de obra cualificada y femenina, y fomentar sistemas constructivos más digitales y sostenibles.
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El mercado inmobiliario español se empezó a desacelerar a mediados de 2022 con el cambio de rumbo de la política monetaria. Por el momento, y a pesar de que el BCE ya ha subido los tipos de interés de referencia en 4 p. p., el ritmo de desaceleración está siendo más suave de lo anticipado, lo que nos ha llevado a mejorar las previsiones del sector para 2023. No obstante, de cara a los próximos trimestres seguimos esperando un notable ajuste en el número de compraventas respecto a los elevados registros de 2022 y una ralentización del crecimiento del precio de la vivienda, especialmente en 2024, en un contexto de tipos de interés altos por más tiempo. Con todo, hay varios factores que seguirán apoyando al sector y que hacen improbable una fuerte corrección como la experimentada en 2008-2013, entre los que destacan un mercado laboral resiliente y unos flujos de inmigración significativos.
La rápida recuperación de la movilidad aérea en los meses de verano ha cogido al sector del transporte aéreo desprovisto de la mano de obra suficiente para hacer frente al crecimiento de los pasajeros. Según nuestro análisis, este desajuste ha desembocado en fuertes problemas de saturación aeroportuaria en buena parte de Europa, principalmente en los países emisores de turistas, lo que ha supuesto un techo a la recuperación del turismo en Europa.
Las etiquetas Hecho en España, Hecho en EE. UU. e incluso Hecho en China cada vez tienen menos sentido en nuestro mundo actual. Desde que las empresas decidieron trocear sus procesos productivos y trasladarlos a otros países, seguramente Hecho en el Mundo represente mejor la naturaleza de la mayoría de los bienes manufacturados que consumimos. Repasamos el pasado, el presente y el futuro de las cadenas de valor globales, en un momento en el que las restricciones a la movilidad provocadas por la pandemia y las disrupciones en los suministros las han vuelto a poner de actualidad.
El crecimiento poblacional ha sido uno de los factores principales que ha impulsado la demanda de vivienda en España en los últimos trimestres y ha desempeñado un papel fundamental en el sostenimiento del precio de la vivienda en un contexto de endurecimiento de las condiciones de financiación. En este artículo, analizamos la relación entre el crecimiento de la población y la evolución del precio de la vivienda en los dos últimos años. Los flujos de población se han concentrado en las grandes áreas urbanas y en las zonas turísticas, y han provocado una fuerte dispersión en el crecimiento de los precios de la vivienda entre las zonas más dinámicas del país y las zonas que sufren despoblación.
Las disrupciones en las cadenas globales de suministros, presentes en los mercados desde finales de 2020 por la reactivación de la demanda tras las peores fases de la pandemia, y más tarde por los efectos de la guerra en Ucrania y por la persistencia de la COVID-19 en Asia, condicionaron la actividad en algunas ramas manufactureras a lo largo de la segunda mitad de 2021 y, sobre todo, en 2022. En algunos sectores, los episodios más intensos de dificultades en el comercio internacional obligaron a recortar la producción de manera puntual, o incluso a paralizarla. Como es lógico, sufrieron más las industrias más dependientes de la importación de materias primas o de bienes intermedios para sus procesos productivos, así como aquellas con una mayor complejidad en sus cadenas de valor.
Las perspectivas de la economía española y de sus sectores de actividad son positivas. Esperamos un mayor ritmo de crecimiento para los sectores ligados a la transición digital, como las TIC y los servicios profesionales, o sectores en los que España despunta por su elevada competitividad, como el farmacéutico o el turístico.
Hemos dejado atrás 2020, el año que será recordado en la industria turística como el más duro de su historia reciente. En 2021, el combate contra la pandemia continúa, y las restricciones a la movilidad y al comercio siguen impidiendo un desempeño normal de la actividad económica que está afectando con especial crudeza a las empresas dependientes del turismo. Sin embargo, la entrada en juego de la vacuna va a suponer un claro punto de inflexión una vez permita alcanzar la inmunidad de la población de riesgo. Nuestras previsiones apuntan a una fuerte recuperación del sector durante el segundo semestre del año, que empujará al PIB turístico a crecer un 80% anual y a que vuelva a ser uno de los sectores tractores de la economía española.
El agroalimentario es el principal sector de la industria española. Es un sector con un fuerte arraigo en el territorio, que genera empleo estable y que está muy abierto al exterior. También se caracteriza por contar con una estructura empresarial muy atomizada, dominada por empresas pequeñas y con unas empresas grandes menos productivas que sus homólogas europeas. Aumentar el tamaño empresarial e impulsar la productividad de las empresas de mayor tamaño, a través de la inversión en I+D y la adopción de las nuevas tecnologías, ayudaría a incrementar la competitividad de un sector clave para la economía y el conjunto de la sociedad.
Históricamente, y por lo general, los aumentos (o caídas) del consumo van de la mano de mayores aumentos (o caídas) de los préstamos al consumo. Esta relación es especialmente estrecha en el caso de los bienes duraderos, que son los que más se financian dado que suelen ser gastos de mayor envergadura.
Dependencias importadoras y urgencias competitivas para la industria europea
Analizamos la dependencia importadora de China y Estados Unidos por parte de la industria manufacturera europea y las estrategias para reducirla en un contexto geopolítico más fragmentado.
El apetito por el riesgo se recupera, tras el repunte de volatilidad a principios de abril. Sin embargo, se acentúa la divergencia entre las estrategias de los bancos centrales. Mientras tanto, los tipos soberanos regresan, en líneas generales, a los niveles de marzo y las bolsas recuperan terreno. Aunque el dólar se estabiliza, sigue débil, y los precios de la energía se resienten por la incertidumbre global.
Inmersos en la Cuarta Revolución Industrial y en medio de una intensa batalla geopolítica que probablemente desembocará en un mundo multipolar, las grandes economías deben decidir su estrategia de juego.
En EE. UU. se han lanzado dos grandes planes económicos de inversiones y modernización económica en los últimos años que representan un modelo muy distinto del europeo al contener un enfoque más proteccionista. Estos esfuerzos transformadores de energía y tecnología no surgieron de la necesidad de impulsar la economía tras la COVID, como en la eurozona con los fondos europeos NGEU, sino de la necesidad de reforzar la autonomía y posición estratégica de EE. UU.
¿Es compatible el giro estratégico de la Administración Trump con el papel que han desempeñado los Estados Unidos como potencia garante del equilibrio económico internacional?
El BCE y la Fed han iniciado un proceso de revisión de su estrategia cuyos resultados publicarán a lo largo de 2020. Ciertos cambios estructurales en las economías avanzadas, como la caída del tipo de interés de equilibrio o el aplanamiento de la curva de Phillips, han motivado esta revisión.
El informe Draghi sienta las bases de una reindustrialización en Europa, combinando acciones horizontales con un menú de propuestas para 10 sectores estratégicos.
Hoy todavía está en vigor el mayor despliegue expansivo de política monetaria de la historia y se encuentra en periodo de prueba el reciente cambio de estrategia realizado por los dos grandes bancos centrales del mundo que, no olvidemos, pretendía facilitar un ajuste al alza de las expectativas de inflación.
Dada su estrategia oficial de «dependencia de los datos», las próximas decisiones del BCE estarán sujetas a las señales presentes que mandan los datos, pero probablemente también estarán condicionadas por la expectación sobre la agenda económica de Estados Unidos y sus consecuencias en el futuro.
A mediados de 2020, el Ejecutivo chino anunció una serie de estrictas reglas al acceso a crédito en el sector inmobiliario, un sector cuyo modelo de crecimiento se había basado históricamente en un fuerte grado de apalancamiento. Sin embargo, estas medidas no solo lograron limitar el endeudamiento del sector, sino que también expusieron sus vulnerabilidades. En este artículo, analizamos los mayores riesgos de la estrategia.