¿Es compatible el giro estratégico de la Administración Trump con el papel que han desempeñado los Estados Unidos como potencia garante del equilibrio económico internacional?
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El apetito por el riesgo se recupera, tras el repunte de volatilidad a principios de abril. Sin embargo, se acentúa la divergencia entre las estrategias de los bancos centrales. Mientras tanto, los tipos soberanos regresan, en líneas generales, a los niveles de marzo y las bolsas recuperan terreno. Aunque el dólar se estabiliza, sigue débil, y los precios de la energía se resienten por la incertidumbre global.
La negociación del próximo presupuesto pondrá nuevamente a prueba el estado de salud del proyecto europeo, del que dependerá nuestra autonomía estratégica para abordar los retos geopolíticos que seguirán llegando del exterior.
Dependencias importadoras y urgencias competitivas para la industria europea
Analizamos la dependencia importadora de China y Estados Unidos por parte de la industria manufacturera europea y las estrategias para reducirla en un contexto geopolítico más fragmentado.
¿Qué papel pueden tener los bancos centrales en la lucha contra el cambio climático? ¿Cómo podría el BCE incorporar criterios climáticos en su toma de decisiones, en el marco de su revisión estratégica?
Como dice ese viejo adagio tan de actualidad tras la guerra de Ucrania y la crisis energética: «espera lo mejor, prepárate para lo peor».
El retorno este año de las reglas fiscales –como garantes de la sostenibilidad de la deuda pública– y la persistente brecha de inversión para abordar las prioridades de la UE en el actual contexto geopolítico conforman un escenario de fricción que hace necesaria una estrategia fiscal coordinada en tiempos e intensidad que excede con mucho el horizonte de los mandatos políticos nacionales y comunitarios, siendo imprescindible superar diferencias y algunos tabús que han caracterizado la historia económica de la UE en otros momentos.
Entre 2018 y 2024, la economía española ha experimentado una mejora sustancial en los precios relativos de la electricidad y el gas, pasando de pagar más que la media europea a beneficiarse de tarifas más bajas. Este descenso responde al fuerte crecimiento de la producción de energía solar fotovoltaica y eólica terrestres, los dos procesos de generación eléctrica con menor coste. Los menores precios de la electricidad en comparación con los competidores europeos han favorecido un buen desempeño del sector manufacturero en los últimos ejercicios. Esta ventaja en la generación de electricidad sostenible y de bajo coste posiciona la industria española en una situación aventajada con respecto a sus competidores.
El porcino se ha consolidado como el sector más relevante para la ganadería española, con más del 40% de la producción final ganadera. Lo componen unas 86.500 granjas y unas 2.600 empresas transformadoras, y la mayor parte de su producción se concentra en solo tres regiones: Cataluña, Aragón y Castilla y León. Recientemente, el porcino ha esquivado mejor que otros sectores cárnicos la caída de la demanda por la COVID-19, gracias a su menor dependencia del canal HORECA y al repunte de la demanda procedente de China, cuya producción doméstica se ha visto gravemente afectada por la peste porcina africana (PPA). Esta situación ha permitido al sector porcino español consolidarse como uno de los principales actores en la UE y en el mundo. Entre los retos del sector se encuentra la reducción de las emisiones contaminantes y seguir aplicando de forma estricta las medidas necesarias de bioseguridad para evitar la entrada de la PPA en territorio español.
El aumento de los aranceles por parte de EE. UU. entre 10 y 20 p. p. debería tener un impacto limitado en la economía española, menor que en otras economías avanzadas, pero algunos sectores de actividad podrían verse más afectados.
Después de un 2023 en el que los principales indicadores del sector turístico español retomaron los niveles máximos de 2019, el sector sigue sin mostrar signos de agotamiento cíclico y creció con fuerza en 2024.
La actividad agroalimentaria en España tiene una relevancia que va más allá de su peso en la economía. Su papel estratégico en la competitividad internacional, la cohesión territorial y la autonomía productiva lo convierte en un sector clave. Este artículo analiza su capacidad para vertebrar el territorio, profundizando en su importancia a nivel autonómico y provincial, así como en la evolución de su peso relativo en las últimas décadas. Andalucía, Castilla-La Mancha, Castilla y León y Cataluña son las comunidades que más contribuyen al sector agroalimentario español, entre las que destaca Andalucía tanto por su volumen de actividad como por su dinamismo reciente. A nivel provincial, Almería, Sevilla y Barcelona se sitúan como los principales núcleos agroalimentarios del país.
La inversión en el mercado inmobiliario comercial registró caídas significativas en 2023 como consecuencia del aumento de los tipos de interés. Sin embargo, a medida que avance 2024, se espera una reactivación de las operaciones, gracias al descenso que se anticipa de los tipos de interés y a una evolución favorable de los fundamentales que determinan el comportamiento de los diferentes segmentos. Por un lado, un mayor dinamismo del consumo servirá de apoyo al segmento minorista y la continua penetración del e-commerce seguirá requiriendo de inversiones en el segmento logístico. Por el otro, el living se consolidará como el segmento que más inversión atrae, y el sector hotelero seguirá teniendo una evolución positiva, gracias a la buena marcha del turismo en España. Por último, las oficinas seguirán adaptándose a las nuevas exigencias de sostenibilidad y a las nuevas formas de trabajo surgidas tras la pandemia.
Las exportaciones agroalimentarias han exhibido un gran dinamismo durante la pandemia en un contexto en el que el comercio internacional ha sufrido con especial dureza el impacto de la crisis. La carne de porcino, las frutas y algunas verduras frescas han sido los productos con mayor demanda, y el País Vasco y sobre todo Aragón, las regiones con los mayores crecimientos de las exportaciones entre enero y julio de 2020. A pesar de este comportamiento favorable hasta la fecha, el sector sigue atentamente la evolución de las tensiones comerciales globales, especialmente entre EE. UU. y la UE, y las negociaciones sobre el brexit.
Si bien la industria manufacturera no ha sido uno de los sectores más golpeados por la crisis, lo cierto es que el shock de la COVID-19 tuvo lugar en un contexto de prolongada debilidad del sector, no solo en España, sino en toda Europa. Tras el duro ajuste inicial, que fue breve y heterogéneo entre las distintas ramas de actividad, el sector retomó el vuelo con rapidez, aproximándose a los niveles prepandemia de actividad y empleo. Las perspectivas para 2021 y 2022 son favorables, apoyadas, sobre todo, en el tirón de la demanda externa y las inversiones del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia (PRTR). Las recientes disrupciones en las cadenas de suministro global, ocasionadas por cuellos de botella en el transporte mundial y desabastecimiento de algunos componentes, tendrán un impacto temporal y reducido.
La actividad en el mercado inmobiliario se está recuperando de la extraordinaria caída que experimentó entre los meses de marzo y junio. Así, las compraventas de vivienda y los visados de obra nueva han recuperado gran parte del terreno perdido en el tercer trimestre de 2020, una tendencia que prevemos que se afiance en 2021. El precio de la vivienda, que hasta la fecha ha mantenido una evolución débil pero sin llegar a registrar ajustes pronunciados, esperamos que mantenga una tónica similar en los próximos trimestres, y es probable que cierre 2021 con un descenso de alrededor del 2%.
Después de un año 2022 en el que la demanda de vivienda ha batido todas las expectativas, en 2023 prevemos que el número de compraventas experimente un ajuste significativo, principalmente por el impacto del aumento de los tipos de interés. El precio de la vivienda, que suele responder con algo de retraso tras la caída de la demanda, se ralentizará de forma notable, pero esperamos que mantenga una tasa de crecimiento ligeramente positiva en 2023 (aunque sí se ajustará en términos reales, debido a la elevada inflación). La oferta de vivienda, que es insuficiente para cubrir la demanda estructural por formación de hogares, seguirá siendo muy limitada debido a la ralentización económica, los elevados costes de construcción y el descenso de la demanda.
El fuerte crecimiento del sector turístico en los últimos años, junto con los nuevos hábitos de consumo tras la pandemia, ha propiciado una extraordinaria recuperación del sector de la restauración español tanto en la creación de empleo como en la facturación. Además ha logrado obtener un notable reconocimiento y prestigio a nivel internacional, al tiempo que desempeña un papel fundamental en nuestro país como promotor de cohesión social y territorial.
La economía española ha iniciado 2025 con un crecimiento generalizado, aunque algo más moderado que el año anterior. A pesar de los desafíos globales, como el giro proteccionista de EE. UU., la mitad de los sectores muestra signos de expansión, destacando la industria química y farmacéutica. Este dinamismo sectorial, junto con la ventaja competitiva en energías renovables, refuerza la resiliencia de la economía ante un entorno internacional incierto.
El episodio inflacionista que está viviendo la economía española ha tenido su origen en un importante shock de costes. Si bien el foco se lo ha llevado el alza de precios de las materias primas energéticas y agrícolas, desde mediados del año 2021 un gran número de materias primas y bienes intermedios clave en multitud de procesos de producción también se han encarecido ostensiblemente. Este artículo muestra cómo el encarecimiento de dichos productos ha afectado los costes operativos de la industria manufacturera, que se ha visto obligada a transmitir una parte de ese incremento a sus clientes para no comprometer su viabilidad económica.