La inflación se mantiene en el -0,8%, una cifra que se acerca bastante a lo esperado (-0,7%).
Resultados de la búsqueda
La inflación subió al 1,1% en enero con el fin de la contribución bajista de los precios energéticos y se acerca así al índice subyacente.
Los motivos del aumento de la inflación hasta el 0,2% en julio son debidos especialmente al mayor aumento de los precios del componente alimentario (del 0,9% interanual en junio al 1,4% interanual en julio) y, en menor medida, al mayor avance del precio del componente servicios (del 1,1% interanual en junio al 1,2% interanual en julio).
La inflación se situó en el –0,9% en mayo, 1 décima por encima del dato adelantado por el INE el pasado 14 de mayo y 2 décimas menos que en abril.
El aumento de la inflación general se debió a una mayor contribución de los servicios (1,8% en abril respecto al 1,0% en marzo), en parte contrarrestado por un menor avance de los precios de los alimentos no procesados (0,9 p. p. inferior al mes de marzo).
La inflación general de EE. UU. disminuyó -0,4 p. p. en marzo hasta el 2,4%, y la inflación núcleo, que excluye alimentos y energía, cayó -0,3 p. p. hasta el 2,8%, situándose por debajo de 3% por primer vez desde 2021. El desglose por componentes muestra cómo la caída de los precios energéticos, especialmente los de la gasolina, y la moderación de la inflación de los servicios, explican el descenso de la inflación. Si bien el dato de marzo es positivo, los riesgos están sesgados al alza por la entrada en vigor de los nuevos aranceles.
El BCE no ha modificado ni los tipos de interés oficiales ni el ritmo de compra de activos y se mantiene confiado en que los factores que están empujando al alza la inflación son transitorios y se desvanecerán a lo largo de 2022. No obstante, Christine Lagarde reconoció que los cuellos de botella en el mercado laboral y en la oferta de insumos y materiales durarán más de lo inicialmente esperado.
La inflación se moderó significativamente en diciembre, hasta el 0,6%, 1 décima por encima del dato adelantado por el INE.
La inflación general aumentó en abril colocándose en el 4,1% (3,3% en marzo). Este aumento vino dado por un efecto de base alcista causado por los precios de la energía (cayeron un 13,5% intermensual hace un año), que llevó al componente energético a registrar una caída interanual mucho más moderada en abril (-15,6% interanual) que en marzo (-25,6%). Por su parte, la inflación núcleo y la inflación en alimentos mostraron una evolución positiva al moderarse con fuerza. Así, la inflación núcleo se situó en el 4,6%, 0,5 p. p. por debajo del registro de marzo, mientras que la inflación de alimentos, bebidas y tabaco cayó hasta el 12,4%, más de 3 p. p. por debajo de hace un mes.
Tras meses de sorpresas positivas, la inflación general en EE. UU. se estabilizó en julio, gracias a cierta moderación de las presiones alcistas en los precios de algunos bienes y servicios ligados al proceso de reapertura y a los cuellos de botella en las cadenas de producción mundial. No obstante, la variación de los precios del consumo se mantuvo en cotas históricamente elevadas, muy por encima del objetivo de la Reserva Federal. En nuestro escenario central, proyectamos una moderación gradual en la inflación en los próximos meses, a medida que la economía transite a sendas de crecimiento más “normales” y se continúen aliviando las distorsiones entre oferta y demanda. Dicho esto, hay un riesgo real de que la inflación se mantenga en niveles incómodamente elevados e incluso que repunte nuevamente en los próximos meses.
En octubre, la tasa de inflación avanzó según lo previsto. Se espera que dicho avance se deba al comportamiento de los carburantes y lubricantes, cuyos precios habrían caído menos que en 2014.
La inflación general se moderó hasta el 9,0% en septiembre (10,5% en agosto) según el indicador adelantado del IPC publicado por el INE. La inflación subyacente también se moderó, aunque más tímidamente, hasta el 6,2% (6,4% en agosto). El dato de inflación general supone una sorpresa a la baja frente a la previsión de CaixaBank Research, en la que se anticipaba una moderación significativamente más leve de la acontecida. Por su parte, el dato de inflación subyacente se sitúa en línea con lo esperado.
La inflación de diciembre se redujo en 5 décimas hasta el 1,2 y la tasa intermensual fue del -0,4%.
La inflación general subió 3 décimas en octubre hasta situarse en el 1,8%, según el indicador adelantado del IPC publicado por el INE. Esta subida se debe principalmente al comportamiento de los precios de los carburantes. Los precios de la electricidad también contribuyeron al alza en la inflación, aunque en menor medida. El repunte en el dato de inflación general y subyacente se sitúa en el rango esperado por CaixaBank Research.
La inflación aumentó 0,2 p. p. en marzo hasta el 1,5%, y dio cierta continuidad al repunte alcista del mes anterior.
En noviembre, la inflación se mantuvo plana en el 0,7%, coincidente con el dato avanzado por el INE.
La inflación general de EE. UU. disminuyó 0,2 p. p. en febrero hasta el 2,8%, y la inflación núcleo cayó hasta el 3,1%. El dato de febrero muestra un panorama más alentador del que se observó el mes anterior, especialmente porque la moderación de la inflación se dio en gran parte por los servicios, el componente más persistente de la cesta de consumo. Sin embargo, no consideramos que este buen dato sea suficiente para convencer a la Fed de bajar los tipos en su próxima reunión de marzo. En primer lugar, porque los miembros del FOMC han sido claros en que se necesitan varios meses de buenos datos, y el de febrero es apenas el primero de ellos en cinco meses. Y, en segundo lugar, porque los riesgos alcistas de inflación siguen latentes, especialmente en un contexto de elevadas tensiones comerciales. Los mercados financieros esperan que la Fed continúe en pausa durante la primera mitad del año, para luego empezar a bajar tipos en verano.
Los datos publicados esta semana confirman que el riesgo de estanflación se ha incrementado en la economía del euro desde el comienzo del año. Por un lado, el crecimiento del PIB siguió perdiendo empuje en el 1T (0,2% intertrimestral). Por el otro, la inflación se estabilizó en abril (7,5% la general y 3,5% la subyacente), si bien las presiones alcistas se están extendiendo a lo largo de la cesta de consumo. De cara a los próximos meses, no descartamos que el PIB pueda retroceder en el 2T, mientras que la inflación se mantendrá en cotas elevadas.
La inflación subió 1 décima en agosto hasta el 1,6%, un aumento inferior al previsto por CaixaBank Research.
La inflación se situó en mayo en el 2,7%, como adelantó el INE el pasado 31 de mayo. Esto corresponde a un aumento de 0,5 p. p. respecto a abril y de 3,2 p. p. respecto a diciembre de 2020. Así, la inflación general se situó en el nivel más elevado desde febrero de 2017. Este aumento se explica principalmente por la evolución al alza de los precios de los carburantes y de los precios de los alimentos frescos. La inflación subyacente (general sin energía y alimentos frescos) subió 2 décimas hasta el 0,2%, con aumentos de los precios de bienes industriales y de los servicios. Con este dato, la inflación general sube a su nivel más alto en más de cuatro años, mientras que la subyacente sigue todavía en cotas muy contenidas. La publicación del dato se situó ligeramente por encima de la previsión de CaixaBank Research.