Aumentar el crecimiento de la productividad es uno de los principales retos que Europa tiene por delante. Como señala el artículo introductorio de este Dossier, «Momento Europa: es hora de reforzar nuestra competitividad», es urgente actualizar el tejido productivo del Viejo Continente. El rápido cambio tecnológico lo permite. Además, el contexto global, cada vez más competitivo y con una creciente desconfianza hacia las instituciones multilaterales, lo hace imprescindible.
Resultados de la búsqueda
El agroalimentario es el principal sector de la industria española. Es un sector con un fuerte arraigo en el territorio, que genera empleo estable y que está muy abierto al exterior. También se caracteriza por contar con una estructura empresarial muy atomizada, dominada por empresas pequeñas y con unas empresas grandes menos productivas que sus homólogas europeas. Aumentar el tamaño empresarial e impulsar la productividad de las empresas de mayor tamaño, a través de la inversión en I+D y la adopción de las nuevas tecnologías, ayudaría a incrementar la competitividad de un sector clave para la economía y el conjunto de la sociedad.
La economía española dispone de un sector manufacturero diverso, exportador y de productividad elevada. Sin embargo, el tejido empresarial está todavía muy atomizado si se compara con la industria alemana, un referente a nivel europeo. Aumentar el tamaño empresarial e impulsar la productividad de las empresas, a través de la inversión en I+D y la adopción de las nuevas tecnologías digitales, avanzando hacia la Industria 4.0, son las claves para seguir incrementando la competitividad de un sector fundamental para la economía y para el sector exterior español. Asimismo, el sector debe evolucionar hacia un modelo industrial más sostenible: solamente las empresas que acometan la transición energética con éxito podrán competir en un nuevo entorno en el que la sostenibilidad será un requisito imprescindible para seguir operando en el mercado.
¿Qué se entiende por productividad y cómo podemos medirla? ¿Cuál es la posición de la productividad en España respecto a la eurozona? Con este artículo inauguramos una colección sobre los fundamentos de la economía española que tendrán continuidad en los informes mensuales de los próximos meses.
El crecimiento de turistas internacionales se ha contenido en 2019 debido al contexto económico mundial y a la recuperación de los competidores en el Mediterráneo, pero el sector turístico muestra una gran resiliencia apoyada en el consumo del turismo residente y en la apuesta por el turismo de calidad.
La rápida recuperación de la movilidad aérea en los meses de verano ha cogido al sector del transporte aéreo desprovisto de la mano de obra suficiente para hacer frente al crecimiento de los pasajeros. Según nuestro análisis, este desajuste ha desembocado en fuertes problemas de saturación aeroportuaria en buena parte de Europa, principalmente en los países emisores de turistas, lo que ha supuesto un techo a la recuperación del turismo en Europa.
Las perspectivas para el conjunto de la economía española están altamente condicionadas a la evolución de las presiones inflacionistas, especialmente las energéticas. El sector primario ya venía sufriendo el alza de los costes de producción y el conflicto bélico en Ucrania no ha hecho más que agravar la situación.
Europa se enfrenta no solo a una coyuntura económica exigente, sino también a un tridente de desafíos de fondo: la descarbonización de la economía, la redinamización de la productividad y el desarrollo tecnológico, y la creciente fragmentación geopolítica en el mundo. Estos retos difícilmente se podrán afrontar sin una notable movilización de inversiones y financiación, por un lado, y sin reforzar el papel internacional del euro, por el otro. Y esto es precisamente lo que persigue la Unión del Mercado de Capitales (UMC).
¿Por qué es tan baja la productividad en España y por qué ha crecido tan poco en los últimos años? Aunque la respuesta es compleja y en ella influyen un cúmulo de factores, una de las causas de la baja productividad laboral de la economía española y su escaso crecimiento es la especialización productiva y el reducido tamaño de las empresas.
El mercado laboral español ha cambiado su patrón de crecimiento tras la pandemia, mostrando un aumento del empleo en sectores como la sanidad, la educación y la tecnología. ¿Está este nuevo modelo favoreciendo el avance de la productividad? Analizamos el impacto del efecto composición y cómo compara con otros ciclos expansivos.
La pandemia de coronavirus tomó al mundo por sorpresa y paralizó el turismo internacional casi por completo. Las primeras etapas de una cierta recuperación están pasando por la reinstauración de la conectividad entre los países emisores y destinos turísticos que hayan controlado la expansión del nuevo coronavirus. No obstante, el sector deberá acometer una profunda y rápida transformación para adaptarse a un nuevo perfil de turista internacional pos-COVID-19, mucho más preocupado por recibir un servicio personalizado, flexible y, sobre todo, más seguro.
El sector español de la automoción intenta encontrar su lugar en el nuevo ecosistema mundial, una vez superado el entorno adverso de los últimos años, marcado por los problemas de aprovisionamiento en los mercados internacionales de inputs esenciales como microchips y semiconductores, y los aumentos de precios y tipos de interés.
La inteligencia artificial generativa (IA) es una de las tecnologías más disruptivas y prometedoras de nuestro tiempo. Su capacidad para crear, imitar y mejorar contenidos de todo tipo la convierte en una tecnología de utilidad general con un potencial de transformación económica y social comparable al de la electricidad o la informática. Su impacto potencial y cómo utilizarla de la mejor forma posible, un reto mayúsculo para Europa y para el mundo entero, es lo que tratamos en este artículo.
Con motivo de las elecciones europeas del 9 de junio, avanzamos la publicación del Dossier de nuestro próximo Informe Mensual de junio con la intención de contribuir a la reflexión sobre las fortalezas y debilidades del mercado único a nivel económico y algunos de los desafíos que se avecinan: la competitividad, el impacto de la inteligencia artificial, la productividad y la unión de los mercados de capitales.
Un impulso digital a la productividad, ¿pondría fin a los bajos tipos de interés?
El entorno de bajos tipos de interés en el que se encuentran las principales economías avanzadas refleja transformaciones económicas profundas.1 Como hemos visto recientemente,2 el grueso de los estudios señala que la demografía es la más importante de estas fuerzas y, probablemente, el envejecimiento de la población seguirá pesando sobre los tipos de interés en las próximas décadas. Frente a este lastre, el futuro de la productividad es una de las claves para impulsar al alza los tipos de interés. Veamos cómo y con qué condicionantes.
Las small mid-caps podrían beneficiarse de una regulación más proporcionada que facilite el salto de escala en el tejido productivo europeo, una idea sobre la que el informe Draghi hizo hincapié para recuperar competitividad a escala global.
Una de las grandes preguntas del momento es si el aumento de precios se trasladará a los salarios. Para responderla analizamos cómo se están comportando las dinámicas salariales en la eurozona y cuál podría ser su evolución futura.