Radiografía del descenso de la población activa

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2 de septiembre de 2013

La población activa creció rápidamente en España durante la etapa expansiva. De los 16,3 millones de 1996 se pasó a los 23,1 en 2T 2011. Durante estos años el crecimiento fue prácticamente ininterrumpido, impulsado, sobre todo, por la incorporación de la mujer al mercado laboral y la inmigración. Pero en los últimos dos años esta tendencia se ha invertido. El retroceso, que se ha acelerado en los últimos trimestres, ya alcanza las 375.000 personas y la tasa de variación interanual se sitúa en el –1,5%. En 2T 2013 la caída no fue muy pronunciada, de 76.000 personas, pero sorprendió porque este es el periodo del año en el que tradicionalmente el aumento era más fuerte.

La caída de la población activa está ayudando a contener el aumento de la tasa de paro. Desde 2T 2011 se han destruido 1,5 millones de puestos de trabajo mientras que el número de parados ha aumentado en 1,1 millones. Esta di­­ferencia se debe, en parte, al aumento de la población inactiva, de 120.000, pero, sobre todo, a la caída de la po­­blación de más de 16 años, de 255.000. Dicho de otra forma, si la población activa se hubiera mantenido constante, la tasa de paro se situaría en el 27,9% en lugar del 26,3% actual.

La reducción de la población activa se concentra, fundamentalmente, en el colectivo de extranjeros: desde el máximo que alcanzó en 1T 2009, con 3,7 millones, se ha re­­ducido en 485.000, hasta los 3,2 millones. Los movimientos de este colectivo son muy sensibles a las perspectivas laborales: cuando estas eran favorables en España el aumento fue notable, pero cuando la situación ha cambiado, los flujos migratorios se han invertido. La mejor situación económica en sus países de origen o en otros países europeos también ha ayudado a revertir esta tendencia.

El total de activos con nacionalidad española también ha experimentado un importante repliegue en los últimos trimestres. Desde 3T 2012, momento en que la población activa nacional alcanzó el máximo con 19,3 millones de personas, el descenso ha sido de 177.000 personas. En este caso, sin embargo, esto ha ido acompañado de un importante aumento de la inactividad, con 129.000 personas más. Pero también existe un importante colectivo de personas que, dada la coyuntura económica, ha decidido emigrar a países donde las perspectivas laborales son mejores. La lectura no debe ser negativa, no solo desde un punto de vista estrictamente económico (contención del gasto público) sino, sobre todo, porque estos trabajadores mantendrán o en muchos casos mejorarán su formación. El gran reto de España será, una vez la recuperación económica se haya consolidado, volver a atraer a este colectivo que gozará de una experiencia laboral muy valiosa para una economía cada vez más internacionalizada.

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