Marruecos

La economía marroquí ralentizó el ritmo de crecimiento en 2022 hasta el 1,1%, resultado de la dureza de la sequía, que se extendió por gran parte del territorio, y de los efectos derivados de la guerra en Ucrania.

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16 de junio de 2023
Marruecos
Perspectivas

 

Previsiones

 

Prom.
12-16

2017

2018

2019

2020

2021

2022

2023

2024

Crecimiento del PIB (%)

3,0

5,1

3,1

2,9

-7,2

7,9

1,1

3,0

3,1

Inflación IPC (%)*

1,2

0,7

1,6

0,2

0,6

1,4

6,6

4,6

2,8

Saldo fiscal (% del PIB)

-5,0

-3,2

-3,4

-3,6

-7,1

-5,9

-5,1

-4,9

-4,4

Deuda pública (% del PIB)

57,3

60,3

60,5

60,3

72,2

68,9

68,8

68,3

68,4

Tipo de interés de referencia (%)*

2,7

2,3

2,3

2,3

1,5

1,5

2,5

3,2

3,4

Tipo de cambio (MAD/USD)*

8,8

10,2

9,4

9,6

9,6

8,9

9,3

10,3

10,0

Saldo corriente (% del PIB)

-5,4

-3,2

-4,9

-3,4

-1,2

-2,3

-4,3

-3,7

-3,5

Deuda externa (% del PIB)

37,1

44,2

40,5

42,5

54,2

45,5

47,8

45,9

44,2

Notas: * Promedio anual.

Fuente: CaixaBank Research, a partir de datos de organismos nacionales de estadística y de Refinitiv.

  • La economía marroquí ralentizó el ritmo de crecimiento en 2022 hasta el 1,1%, resultado de la dureza de la sequía, que se extendió por gran parte del territorio, y de los efectos derivados de la guerra en Ucrania. El descenso de la producción agrícola (–14% del PIB), unido al encarecimiento de los combustibles y las importaciones de bienes de primera necesidad, derivaron en el fuerte repunte de la inflación a niveles máximos. A pesar de estos obstáculos, la economía magrebí logró evitar la recesión gracias al buen comportamiento del sector servicios y al consumo de los hogares, favorecido por el aumento de la masa crediticia, y al esfuerzo realizado por las autoridades en materia de política económica.
  • Para 2023 esperamos que el crecimiento se acelere hasta el 3%, impulsado por la recuperación de la producción agrícola y los efectos indirectos positivos sobre el resto de la economía. Igualmente, prevemos que el déficit comercial experimentado en 2022 aminorará en función de la mejora de la posición externa de Marruecos y del aumento de los ingresos (vía remesas y turismo). En cuanto a la inflación, tras haber alcanzado el máximo histórico en febrero de este año (11,1% interanual), debido al encarecimiento de los alimentos (cuya contribución al índice general es del 37,5%) y del transporte, consideramos que a medida que se disipen los efectos del shock de las materias primas se abarate la energía y la política monetaria sea más restrictiva, y las presiones inflacionistas deberían retroceder, aunque no será hasta 2024 cuando se sitúen por debajo del 3%. En este sentido, la autoridad monetaria, Bank Al-Maghrib, que desde septiembre de 2022 ha incrementado gradualmente los tipos de interés en 150 p. b., hasta el 3%, mantendrá un perfil restrictivo, al igual que el BCE, y podría elevar los tipos en el 4T. Adicionalmente, este aspecto beneficiará la apreciación del dirham respecto al dólar, contra el que se debilitó un 11% en 2022. En materia fiscal, el compromiso de las autoridades marroquíes con el FMI (en el marco del acuerdo de una línea de crédito flexible de 5.000 millones de dólares hasta 2025) contempla la reducción de los subsidios a los combustibles y el aumento de la base impositiva, argumentos que deberían favorecer la reducción del déficit fiscal en los próximos ejercicios.
  • En febrero, Marruecos abandonó la lista gris del GAFI (Grupo de Acción Financiera Internacional), tras la adopción de un plan específico para la lucha contra el blanqueo de capitales y la financiación del terrorismo. Este aspecto debería tener un impacto positivo en las calificaciones crediticias de Marruecos, en su posicionamiento en las negociaciones con las instituciones financieras internacionales y en la confianza de los inversores extranjeros. No obstante, y a pesar de su fortaleza respecto a otros países del Norte de África, los riesgos para la economía marroquí están sesgados a la baja. Un potencial empeoramiento de la guerra en Ucrania le afectaría a través del descenso de la demanda exterior (especialmente de la eurozona), del encarecimiento de las commodities y el tensionamiento financiero. A nivel doméstico, los aspectos de mayor vulnerabilidad serían la debilidad del dirham y las sequías.