¿Cuál es el estado de la demografía en Portugal?

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Vânia Duarte
Teresa Gil Pinheiro
17 de septiembre de 2019
Calle lisboeta con tranvía y transeúntes

• La población portuguesa ha disminuido en la última década como consecuencia de unos saldos naturales y migratorios negativos. Sin embargo, recientemente, la mejora del saldo migratorio ha mitigado la caída de la población residente.

• El envejecimiento de la población y la baja natalidad constituyen grandes retos para los próximos años, con importantes impactos en términos económicos, financieros y sociales.

• En este contexto, los flujos migratorios adquirirán una relevancia especial.

En Portugal, como en otros países desarrollados, las dinámicas demográficas han cambiado considerablemente en las últimas décadas. Entre 2009 y 2018, la población residente del país disminuyó cerca de 297.000 personas, hasta situarse en los 10,3 millones.

Esta reducción se debió a un saldo natural negativo y, especialmente, a un saldo migratorio1 también negativo. De hecho, entre 2011 y 2016 se produjo tanto una considerable salida de portugueses como una reducción de la entrada de personas, lo que refleja la sensibilidad de los flujos migratorios al ciclo económico.2 En este sentido, cabe recordar que el periodo estuvo caracterizado por un entorno económico adverso, con la crisis de la deuda soberana en 2011-2012. Por ejemplo, entre 2011 y 2013, la economía portuguesa se contrajo un 6,8% y el paro alcanzó niveles máximos.3 No obstante, desde 2017 el saldo migratorio ha vuelto a alcanzar valores positivos, coincidiendo con la consolidación de la recuperación económica de Portugal, y ha contribuido a moderar la disminución de la población portuguesa.

Por su parte, el saldo natural empezó a registrar valores negativos en 2009 y se ha mantenido así hasta la fecha, fruto del envejecimiento de la población y de una baja natalidad. En efecto, la evolución de la pirámide poblacional por edades señala que la población portuguesa sufre el llamado «doble envejecimiento demográfico»: como muestra el segundo gráfico, el aumento de la esperanza media de vida se refleja en el ensanchamiento de la parte superior de la pirámide, mientras que las bajas tasas de natalidad contribuyen al estrechamiento de la base de la pirámide. En concreto, la esperanza de vida media ha pasado de los 73,9 años a principios de los años noventa hasta los 80,8 años en 2018 y, al mismo tiempo, la fracción de la población mayor de 65 años ha alcanzado el 21,8%.4 Además, esta evolución no ha venido acompañada por un aumento de los nacimientos. De hecho, Portugal es de los países de la UE donde nacen menos bebés, con un índice de natalidad5 de 8,5% en 2018. Por debajo de Portugal, solamente se encuentran Italia (7,3%), España (7,9%) y Grecia (8,1%). Así, la edad media de la población residente en Portugal ha pasado de los 33,9 años en 1990 hasta los 44,8 años actuales, levemente por encima del promedio de la UE (43,1 años).

Así, estas dinámicas han conllevado un deterioro de la tasa de dependencia: en 2018, la población dependiente (menores de 15 años y mayores de 65) equivalía al 55,1% de la población en edad de trabajar (de los 15 a los 64 años), frente al 50,6% de principios de los años noventa. Además, el deterioro de esta tasa se ha acentuado en los últimos años, principalmente a partir de 2010, al tornarse negativos los flujos migratorios.

¿Y cómo ha evolucionado la población en edad de trabajar? Del mismo modo que la población residente, la población en edad de trabajar también ha disminuido en los últimos años, especialmente a partir de 2011. Así, la población entre los 15 y los 64 años ha pasado de representar el 66% del total de la población residente a principios de los años noventa hasta el 64% en 2018, y las proyecciones apuntan a que continuará disminuyendo hasta situarse por debajo del promedio de la eurozona en 2070 (52,6% y 56,6%, respectivamente).6

¿Cuáles son las características de los flujos migratorios en Portugal?

Para entender mejor la evolución de los flujos migratorios desde 2008, debemos descomponerlos entre entradas de inmigrantes y salidas de emigrantes. Como muestra el tercer gráfico, esta división indica que el empeoramiento del saldo migratorio entre 2011 y 2013 se debió, esencialmente, al aumento de la emigración, que repuntó como consecuencia de las dificultades que atravesaba el mercado laboral portugués en esos años. Pero, a partir de 2014, el flujo de salidas disminuyó y aumentaron las entradas de inmigrantes, tanto por la vía del retorno de portugueses como por el aumento de los inmigrantes extranjeros.

En términos sociodemográficos, cabe destacar dos características de los emigrantes e inmigrantes: su perfil de edad y de educación. En términos de edad, los movimientos migratorios están caracterizados por concentrarse en individuos en edad de trabajar, entre los que destacan aquellos entre los 20 y los 49 años, que en el caso de los emigrantes portugueses representaron más del 75% de las salidas de los últimos seis años7 y, en el de los inmigrantes, poco más del 60%. En cuanto al nivel educativo, las dinámicas entre emigrantes e inmigrantes son ligeramente diferentes y desfavorables para Portugal, pues, en términos netos, se han producido más salidas de individuos con formación superior que entradas de estos (51.000 salidas en los últimos cuatro años frente a 24.000 entradas). Además, se ha producido un aumento del peso de los emigrantes con estudios a nivel de secundaria (ISCED8 3-4:26,9% en 2017) y una reducción del de aquellos con bajas cualificaciones (ISCED 0-2: 42,5%), mientras que el porcentaje de personas con formación superior (ISCED 5-8: 28,7%) que decide emigrar prácticamente no ha cambiado. Por ocupación, destacan las personas con formación en ingeniería (20% de las salidas) y gestión y ciencias jurídicas (35%).

Entre los inmigrantes, se han producido cambios en los motivos detrás de la elección de Portugal como país de residencia: en particular, se observa una reducción de las personas cuya motivación es laboral y el aumento de aquellos cuyo principal motivo tiene que ver con la enseñanza o la jubilación. En los últimos años, también se ha producido un incremento significativo de los inmigrantes motivados por actividades emprendedoras e independientes, lo que sugiere que las personas que emigran a Portugal tienen mayores cualificaciones (una dinámica que puede mitigar las salidas de población cualificada).

En definitiva, las perspectivas demográficas para la población portuguesa no son favorables. Las proyecciones apuntan a que el envejecimiento y la disminución de la población residente se mantendrán en las próximas décadas y se estima que la población residente en Portugal será de aproximadamente 8 millones en 2070, de los cuales el 35,7% tendrán más de 65 años. El envejecimiento de la población portuguesa conlleva algunos desafíos, entre los que destacan la reducción del ahorro y de la mano de obra, el impacto sobre el potencial de crecimiento de la economía y el aumento del número de pensiones y gastos relacionados con la sanidad. En este contexto, los flujos migratorios adquieren un papel especialmente relevante, sobre todo en lo que respecta a la atracción de inmigrantes, para paliar estos efectos. Por ello, en los últimos años se han adoptado algunas medidas en ese sentido, especialmente en la agilización del proceso de adquisición de la nacionalidad portuguesa, la concesión de visados de residencia o de beneficios fiscales, que buscan que se establezcan en Portugal profesionales con mayores cualificaciones.

Vânia Duarte y Teresa Gil

1. El saldo migratorio es la diferencia entre el número de entradas y salidas migratorias; el saldo natural es la diferencia entre el número de nacidos vivos y de fallecimientos.

2. Véase Banco de Portugal (2019). «Boletín Económico» de junio.

3. La tasa de paro alcanzó un máximo del 17,5% a principios de 2013.

4. En 1991, esta proporción era del 14%.

5. Número de nacidos vivos durante un determinado periodo de tiempo, normalmente un año natural, en relación con la población media de ese periodo.

6. Proyecciones de Eurostat.

7. Solo se dispone de datos hasta 2017.

8. ISCED son las siglas de International Standard Classification of Education.

Vânia Duarte
Teresa Gil Pinheiro
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