El IPC estadounidense vuelve a sorprender al alza, intensificando las dudas sobre la transitoriedad de las tensiones inflacionistas
Como viene siendo habitual, la inflación estadounidense volvió a sorprender con una sustancial subida en octubre: hasta el 6,2% la general y hasta el 4,6% la subyacente. Más allá del nuevo y considerable incremento en los precios energéticos, destaca el aumento generalizado de precios en prácticamente todos los componentes. Sin duda, la escasez de suministros derivada de los cuellos de botella y los incrementos salariales están ejerciendo una presión sobre los precios al consumo más persistente de lo previsto. Las encuestas empresariales más recientes sugieren que las presiones inflacionistas perdurarán a corto plazo.